¿Por qué el VAR falla demasiado?
El VAR vino al fútbol de élite para quedarse y ya no hay marcha atrás. Pero el fútbol español debería trabajar obsesivamente para mejorar su eficacia. Sin embargo, ahora que empieza la tercera Liga con VAR, observo nulas ganas de cambiar las cosas. El presidente del Comité Técnico de Árbitros,
Carlos Velasco Carballo, sigue en su línea de transparencia -que se agradece-, de colgarse medallas y de poca autocrítica. Según él, en el segundo año de aplicación, el VAR estuvo mejor que en la primera Liga. Claro que pasa de puntillas sobre lo que sucedió en 8 de los 11 partidos del Madrid tras el confinamiento. Él sigue lamentando la incomprensión de los medios hacia el colectivo arbitral y quejándose de que nadie destacó que el VAR intervino con acierto en 150 ocasiones. Seguirá habiendo errores, en el campo y en la sala de imágenes, claro que sí, porque la subjetividad y la apreciación personal es lo que tiene. Lo que se trata es de minimizarlos y aplicar criterios equivalentes ante jugadas similares. Por ello, tendrían que secundar una propuesta para mejorar el invento del uso de la tecnología en la Liga.
El sistema actual es perverso porque, en cada jornada, tienen 10 árbitros sobre el césped y otros 10 en la sala VOR. Otra semana será al revés. Es decir, el factor humano entra en juego. Si hoy estás tú en la sala de las imágenes e intervienes y me pitas al revés de lo señalado en el campo… Si tú no entras mucho, esperas reciprocidad en el no dejarte en evidencia… Mateu
Lahoz, por ejemplo. ¿Todos osan rectificarle cuando está en el campo o entran con él menos que con otros colegiados? Este es un punto nuclear. Además, hay un conflicto de intereses. Los árbitros reciben puntuaciones a cada encuentro. Y con la puntuación de esos informadores los colegiados llegan a ser, o no, internacionales. Si dos árbitros compiten en esa puntuación, igual al de la sala le interesa, sibilinamente, recalcar que el del césped no está atinado…
Y de ahí surge el pertinente debate de si deben ser los mismos 20 colegiados que lo hagan todo, pitar el partido desde abajo y desde arriba.
La justicia sería más independiente si en la sala VOR hubiera árbitros -de primer nivel- pero que ya no piten partidos. Así desaparecerían las suspicacias del hoy por ti mañana por mí y los juicios serían más independientes. Eso sí, los de la sala tendrían que ser especialistas. Al igual que en su día los líniers se especializaron en ser jueces de banda y dejaron de hacer esa función los árbitros de otras categorías que subían a primera para correr sobre la línea, aquí también haría falta encontrar 10 buenos especialistas y que fueran, sólo ellos, el gran hermano que vigila un partido por jornada. Igual que los líniers, cuando solo fueron líniers con una formación específica, mejoraron mucho en la señalización de los fueras de juego, el VAR también necesita especialistas preparados e independientes. No que sean los 20 mismos que, domingo tras domingo, en el campo o en la sala se reparten y comen todo el pastel.
A menos vínculo y menos compadreo, mucho mejor para el fútbol. Si lo que queríamos era que fuera más justo y minimizar el error, este paso sería muy importante ●