Un vestuario con poder casi ilimitado y cada vez menos competitivo
→ Los ‘pesos pesados’ del Barça pesan mucho, entre otras cosas porque se lo han ganado en el campo y han dado muchas jornadas de gloria al club. Es el caso de, obviamente, Leo Messi, Sergio Busquets, Gerard Piqué, Luis Suárez y Jordi Alba. Pero esa potencia futbolística en jugadores de gran personalidad ha acabado derivando en un poder casi ilimitado. Y claro, en un colectivo en el que debe pesar mucho la figura de un entrenador y, por encima, de un presidente, eso es sinónimo de conflicto si alguien pone coto a actitudes poco edificantes o, si no lo pone, lleva a una sensación de desgobierno.
Y es cierto que las costumbres se han relajado en el equipo porque les han dejado, pero tampoco es de recibo que un ultraprofesional como Piqué alterne grandes actuaciones en el campo con exhibiciones en bicicleta eléctrica llegando a un partido a ojos de todo el mundo o sesiones de wakesurf en plena Liga.
Como se vio ante el Bayern, y también ante Liverpool y Roma, el estado físico del equipo no da para competir ya en la elite europea. Si se juega como se entrena, la intensidad de los entrenamientos no es la adecuada. Algunos jugadores han tolerado mal a técnicos intervencionistas como Guardiola, Luis Enrique y, el último, Setién cuando se ha atrevido a salirse del guión. Pep se fue por miedo “a hacerse daño” con sus jugadores, y un gladiador como Lucho duró tres años en esa caseta, y eso que tras un gran lío con Messi normalizó sus relaciones con Leo y resto de cracks.
Los ‘pesos pesados’ han pedido fichajes como es el caso de Neymar o antes con Coutinho. Y si lo hacen en público ante la prensa, en privado también lo hacen y con fuerza. Todo el mundo sabe que Messi debe comer aparte, pero algunos se han aprovechado de su fuerza en el club para apretar a la directiva. Y las malas caras y los encontronazos con los entrenadores han existido si ha habido suplencias inesperadas. Y lo peor es que a medida que el equipo se hacía mayor y se sentía más seguro de sí mismo, más bajaba el rendimiento.
Este año se han quedado en blanco a nivel de títulos y se han comido un 2-8 que se suma al 4-0 de Liverpool, al 3-0 de Roma, al 3-0 ante la Juventus en Turín y al 4-0 ante el PSG. Y cuando vienes de eso, antes incluso de lo del Bayern, no se debe exigir tanto. Algunas actitudes cuando se pidió una rebaja pactada de sueldo por la pandemia del coronavirus causaron estupor en el club al venir de jugadores muy bien pagados. Ahora se quiere hacer una revolución y algunos pueden pagar los platos rotos. Y es cierto que si se han excedido es porque les han dejado hacer, pero cada uno sabe bien lo que hace por mucho que le dejen ●