La noche y el día
Hace justo una temporada, en la octava jornada de la 16/17, la Real era séptima y tenía 13 puntos. Hoy en día es novena y suma 11. La diferencia radica en que una de las cuatro victorias conseguidas en los primeros ocho partidos del curso pasado ha sido un empate en el actual. En lo tangible, la diferencia es prácticamente imperceptible e irrelevante. Pero si uno mira la Real de hoy la de entonces, las diferencias son inmensas. Fundamentalmente porque quienes la dirigen son radicalmente distintos. Garitano y Eusebio son como la noche y el día. Empezando por su propuesta futbolística. El de La Seca considerará una herejía que a alguien se la “refanfinfle” la posesión del balón, como confesó el guipuzcoano. También son polos o puestos en cuestión comunicativa: el de Bergara es directo, claro y emplea un lenguaje sencillo para hacerse entender. El pucelano se perdía en palabras como “espíritu”, “automatismo”, “convencimiento”, “mentalidad”... para dibujar un discurso tan repetitivo como confuso y con el que le costó mucho conectar con el aficionado. También son la noche y el día Eusebio y Garitano en gestión de la plantilla. El de Bergara ha dado la titularidad a 21 jugadores en 8 partidos porque, como él dice, “no sólo vale con decirles que son buenos, hay que ponerlos”. Y con esa política ha resucitado a jugadores, como Rubén Pardo. Este sí que ha pasado de la noche al día y entre su trabajo diario y el técnico han recuperado para la Real un centrocampista que sólo cumplirá 26 años el lunes. Está a tiempo de todo