Con el pasaporte en regla
La afición responde con fervor para inaugurar la decimoquinta presencia de la Real en Europa
Notorio empuje desde la novedosa grada supletoria del gol sur. Parece buena idea
21.479 espectadores se abrigaron con la bufanda de Europa a las puertas del otoño
En la inauguración de la decimoquinta presencia de la Real en Europa, y tres años después de haber dado sus últimas señales, futbolistas y seguidores constataron en Anoeta que el pasaporte del fútbol continental está perfectamente en regla. Adelante. Todo en orden, como la seda. Como si recorrer el planeta fuera la tónica de cada temporada.
No fue una noche más. A fuerza de ser más esporádicas las apariciones en estas competiciones de alto copete, el ambiente se caldea como por defecto. Sabiendo que no es el mismo bocadillo de tortilla del domingo contra el Betis. Hay un equipo noruego en el campo contrario (nunca mejor dicho), o sea que esta noche había que ponerse de gala o, al menos, más elegante y distinguido que en una tarde de café y rutina.
Y las veladas que prometen, normalmente, cumplen con las expectativas. Y la hinchada de la Real no sólo se puso la bufanda de Europa, sino que además rompió con ese estereotipo cercano a la frialdad que históricamente persigue al ambiente guipuzcoano. Los 21.479 animaron de lo lindo, con fervor.
Hacía calor en el sur
El otoño se cuela entre las calles de la provincia con astucia de zorro e instinto sigiloso de felino, sin hacer ruido. El jersey ya forma parte del repertorio obligatorio. Con manga corta y la garganta caliente, el calor en Anoeta llegaba, claro, desde el sur.
La Real ha ideado instalar una grada habilitada para 500 personas en el gol sur, a modo de prueba. A falta de lo que depare el partido de pasado mañana contra el Real Madrid, la fórmula anoche resultó un rotundo éxito. El empuje de los jóvenes seguidores era notorio. Noqueó las distancias con las pistas y, en cierto modo, el estadio donostiarra se asemejaba más a un campo de fútbol. De fútbol puro. De fútbol de verdad.
Mosaico sorpresa
Las incidencias del debut en Europa permitieron que la noche, además
de novedosa y clamorosa, fuera plácida. Desde esa calma siempre es más fácil pararse a pensar, aunque sea durantes unos breves minutos.
En un suspiro se pudo comprobar en Anoeta que la comunión entre el equipo y su gente atraviesa un momento que evoca a los años más felices. Aquellos en los que la Real desfilaba por Europa y contagiaba con su fútbol. El reencuentro con los buenos tiempos empezó con un mosaico sorpresa