Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Mejoría, pero hasta cierto punto
El Athletic creó y atacó más y mejor en Riazor, pero careció de contundencia abajo
Pese a haber sabido remontar su complicada situación en la Europa League y tener encauzado el inminentecruce copero ante el Formentera, el Athletic sigue sin despegar en Liga. El equipo de Ziganda acumula una racha de cinco partidos seguidos sin conocer la victoria y sensaciones de todo tipo a lo largo de este tortuoso recorrido. En Riazor tuvo todo a su favor para ganar, pero a punto estuvo de perder en el último lance.
El técnico navarro toca, toca y vuelve a retocar las piezas; pero siempre acaba habiendo alguna que desentona. Cuando no es en la delantera es en la media o la defensa. El pasado domingo en A Coruña, sin ir más lejos; los leones mejoraron a nivel ofensivo, pero concedieron mucho en defensa, sobre todo a balón parado. Arrizabalaga, de hecho, recibió sus dos goles en sendos córners.
Ziganda, dicen, ha acertado al situar a Mikel Rico junto a Iturraspe en el doble pivote. Los que llevaban tiempo pidiendo la cabeza de San José se han salido con la suya. El navarro se pasó todo el partido de Riazor en el banquillo. A lo mejor ninguno de los dos tantos a saques de esquina hubiesen acabado en la red caso de estar él a ras de césped; pero eso, en cualquier caso, parece secundario.
De lo que se trata, dicen, es de crear, combinar y tocar del centro del campo hacia adelante. El Athletic, justo es reconocerlo, mejoró a ese nivel en Riazor (el repliegue de los locales facilitó en parte su labor); pero en defensa pareció mucho más vulnerable. Los errores individuales penalizaron así el buen hacer general del bloque. Adrián y Cartabia supieron sacar provecho de la coyuntura.
La maldita manta
Más allá del propio rendimiento y saber hacer tanto de Iturraspe como de Rico convendría valorar a los compañeros que tenían a su alrededor. La presencia de Susaeta en el interior zurdo y de De Marcos como media punta sirvió, entre otras cosas, para que la presión bilbaína resultase mucho más efectiva a la hora de recuperar balones y de que la búsqueda del marco rival no se limitase a los balones arriba a Aduriz. El Athletic, dicho de otra manera, metió mayor tralla y velocidad a su fútbol de ataque y el rival lo acusó.
El problema del equipo, pese a todo, va más allá de quiénes sean los once elegidos de turno. El dilema de la manta continúa vigente. Cuando los rojiblancos se tapan la cabeza dejan al aire los pies y viceversa. En Riazor se atacó mejor, pero se defendió de forma poco consistente. Más allá de los dos goles recibidos a salida de sendos córners, algunas facilidades dadas son impropias de un equipo que compite en Europa
Ziganda ’sacrificó’ a San José y el equipo recibió sus dos goles a balón parado