Triturar presidentes
esde que tengo uso de razón periodística (finales de los años 50) he conocido diez presidentes del Barça (interinos y gestoras aparte) de los que solo dos han podido terminar su mandato. Uno, Agustí Montal (1969-78). El otro, Joan Laporta (2003-10), pese a que a los socios le echaron en una moción de censura que ignoró, en el gesto de indignidad más grande que se recuerda en un presidente. A Miró Sans (1961) le hizo dimitir Llaudet con unas campañas terribles. A Llaudet le echaron los fracasos deportivos y la ruina económica. Narcís de Carreras abandonó por las guerras intestinas en su directiva. Tras Montal, Núñez estuvo 22 años y puso las bases del Barça moderno resistiendo el acoso de la Generalitat pujolista. Tampoco acabó su último mandato. Gaspart no llegó a los tres años. Reyna le sustituyó y duró solo tres meses. Rosell no acabó su primer mandato por decisión personal y ahora a Bartomeu le están pidiendo la dimisión. Desde el 2000, 5 presidentes con un promedio inferior a 4 años. Una locura. Con tamaña inestabilidad el Barça actual es un milagro: no puede tener más socios ni abonados, es líder en recaudación y en redes sociales, da beneficios cada año, todas las secciones compiten al máximo nivel, está remodelando su patrimonio, etc. ¡Ah! Y sus socios son, de largo, los que menos pagan del mundo. El problema es, en parte, la facilidad con que muchos se creen los apocalipsis artificiosos creados por intereses espurios; o sea, por motivos electorales y/o políticas. Por razones importantes, es decir las económicas, deportivas, sociales y patrimoniales, no hay motivo para pedir dimisiones H