El gran legado de Núñez
Uno de los mejores días de
Josep Lluís Núñez como presidente del FC Barcelona era cuando convocaba a la prensa económica por la mañana y al resto por la tarde y les explicaba la auditoría del club. Fue el primer dirigente del mundo del fútbol que lo hizo en un gesto de transparencia único. Núñez fichó a Ricard
Maxenchs, que se convirtió en el primer jefe de prensa de un club de fútbol y montó la primera estructura digna para los medios de comunicación que antes compartían la tribuna de prensa con invitados ajenos a los medios.
NÚÑEZ ENTENDIÓ
que debía introducirse en las estructuras federativas para poder combatir el poder hegemónico en aquella época del Real Madrid. Fue vicepresidente de la Federación y prohibió el fútbol por televisión, con lo que se granjeó la enemistad de todos los aficionados, pero la admiración de los presidentes. Un día se le ocurrió preguntar cuánto se pagaba a los clubs por retransmitir los partidos y le contestaron que nada, que solo había un club que cobraba, unos 50 millones de pesetas al año, el Real Madrid. Después de la gestión de Núñez cobraron todos. En la década de los 90 acabó con la hegemonía blanca.
EL PRESIDENTE DEL BARÇA
fue el primero en crear una residencia para los jóvenes de la cantera, La Masia, piedra angular del concepto del club, y el Camp Nou fue el primer estadio cinco estrellas de máxima capacidad. Núñez elevó la dimensión del FC Barcelona, dotándolo de un extraordinario patrimonio y consiguiendo que no fuera una sociedad anónima tras convencer al secretario de Estado Javier Gómez Navarro de excluir a los clubs que habían tenido beneficio en los últimos cinco años (Barça, Madrid, Athletic y Osasuna). Prometió un Barça triomfant y cumplió, a pesar de ser perseguido desde la noche en que ganó las elecciones hasta el día que lo dejó. Núñez pagó el precio de ser independiente y disfrutó del valor de ser independiente. Nadie pudo con él. Solo la muerte