“HOY SE TIENE MENOS TIEMPO PARA PENSAR”
➔ En su enésima visita a Catalunya y horas antes de jugar unas simultáneas en el Museo Marítimo organizadas por la Diputació de Barcelona, el mítico Anatoly Karpov (Zlatoust, URSS, 23 mayo 1951), visitó la redacción de Mundo Deportivo y con él compartimos la siguiente entrevista.
¿Qué le mantiene tan en activo a sus 70 años y después de todo lo que ha vivido en el mundo del ajedrez?
Pues que me encanta seguir jugando, enseñando a los jóvenes a través de las academias que tengo por el mundo, y una de ellas en Platja d’Aro. Catalunya es un gran país para ello.
¿Está siguiendo el Mundial de Dubai Carlsen-Nepo?
En las cinco primeras partidas Nepo tuvo buenas oportunidades pero de las tres últimas ha habido dos donde prácticamente no hubo partida y Carlsen ha tomado una importante ventaja. Ha sabido explotar sus virtudes y plasmar en el tablero su superioridad. Tiene bien revalidar el título.
¿Ha jugado alguna vez contra Carlsen?
Sí, varias. He perdido la mayoría pero le gané una partida en 21 movimientos.
¿Han cambiado mucho los enfrentamientos por el Mundial, de cuando jugaba contra Korchnoi o Kasparov al ajedrez actual?
Sí, claro, los jugadores tienen menos tiempo para pensar el movimiento lo que resta calidad a la partida. Las computadoras han irrumpido en el camino del ajedrez, los jugadores preparan las partidas con ellas y por tanto tienen gran influencia en el rendimiento restándole imaginación e inteligencia al juego. Las partidas han de terminarse en la sesión.
¿Quién ha sido su rival más duro?
He tenido muchos y muy distintos. Piense que he jugado durante dieciséis años al más alto nivel de exigencia. Sí, Kasparov fue uno de mis grandes rivales, pero no el único, también jugué emocionantes e increíbles partidas contra Korchnoi cuando Viktor estaba a su máximo nivel, en el 74 y en el 78. También con Anand, muy fuerte en su momento. Sí es cierto que con Kasparov fue la rivalidad más larga porque ambos luchamos por el título mundial durante siete años. Piense que he sido campeón del mundo siete veces, así que es normal la de rivales complicados con los que me he enfrentado.
Su relación con Gary Kasparov dio mucho que hablar en los años 80. Hubo mucha rivalidad, enfrentamientos dialécticos, políticos y la escisión del campeonato del mundo…¿Tiene contacto con él?
No nos vemos mucho porque él vive muy lejos de Rusia. En Nueva York. Y yo en Moscú, así que no hay muchas opciones de verse.
¿Qué le dice la frase “sin Karpov no hubiera existido Kasparov”?
(Ríe). Kasparov dixit. Y difícil de discutirle una frase así a Gary. La relación es cordial. La lucha y rivalidad que tuvimos en el ajedrez es historia, es algo ya que está muy lejos en el tiempo. Él tiene su propia vida, yo tengo la mía y no nos cruzamos tanto en el camino. Pero cuando nos vemos nos saludamos muy cordialmente y charlamos, claro.
¿Qué relación mantiene con el presidente de su país Vladimir Putin?
Lo conozco personalmente. Y le tengo mucho respeto y admiración como persona y como líder. Creo que la mayoría de ciudadanos rusos valoran su actividad política y lo que está haciendo en estos momentos tan complicados que vivimos.
Ahora que está tan de moda hablar de paridad, ¿cómo ve el ajedrez femenino, no hay en la actualidad una figura como en su día Judith Polgar, no?
Sí, es verdad que quizá no haya una figura que destaque pero hay muchas jugadoras que vienen empujando fuerte y que tienen un gran futuro.
¿Qué recuerdos tiene de España y qué supuso para usted y su carrera por ejemplo el Torneo de Linares, catalogado entonces como un Mundial ‘oficioso’?
No solo Linares. Gané mi primer torneo en Madrid en 1973. Ese fue mi primer gran triunfo en España. He jugado muchos torneos por todo el país, en Canarias, por supuesto Linares, el duelo por el Mundial en Sevilla con Kasparov, en el País Vasco, en Gijón, en León, en Valencia.
¿Sigue algo de cerca el ajedrez español, ve algún crack para el futuro?
No en los últimos años. No estoy entrenando tan seguido y cerca de los futuros cracks porque viajo mucho y todavía no hay resultados concretos con las academias.
¿Qué pretende transmitir con las academias que está abriendo por el mundo, como por ejemplo la de Platja d’Aro, en la Costa Brava?
Es el principio de nuestro programa de apertura de varias Chess Karpov Academies. Catalunya tiene una gran tradición de ajedrez, ha organizado muchos grandes torneos y la gente tiene un nivel medio superior al resto de academias de otros países.
¿Qué momento de su extensa carrera recuerda con más cariño?
Tengo muchos, pero quizá el récord que batí en Linares en 1994 y que durará muchos, muchos años. (Linares 1994 será siempre uno de los torneos más importantes de la historia. Y el triunfo de Karpov está entre las mayores hazañas de todos los deportes: 11 puntos de 13 posibles tras una Liga entre catorce estrellas, invicto, con 9 victorias y 4 empates, 2,5 puntos de ventaja sobre Kasparov y Shirov. Por detrás acabaron Bareiev, Lautier, Kramnik, Topalov, Anand, Kamsky, Ivanchuk, Gelfand, Illescas, Judit Polgar y Beliavsky. La hazaña tuvo lugar un año después del cisma, cuando Kasparov era el campeón oficioso, pero reconocido como el auténtico por la gran mayoría de los aficionados, y Karpov el oficial).
¿Cómo le gustaría que le recordaran?
Pues no lo sé. Quizá como uno de los grandes campeones del mundo que ha tenido el ajedrez. No solo me gustaría que destacaran mi carrera como ajedrecista, ahora también soy diputado en la Duma, estoy metido en movimientos de defensa de la ecología, defiendo también la paz en el mundo, y estoy muy involucrado en la educación de los niños ●