Piqué hereda la capitanía de Mascherano
Iniesta, Messi, Busquets y como cuarto valedor del brazalete, el futbolista más rebelde del Barça
Ahí estaba Carles Naval, el delegado del FC Barcelona, indispensable, discreto, profesional, querido. Ordenaba la primera fila del sector futbolero del homenaje a Mascherano. No hacía falta que hablase, con un gesto marcaba las plazas que debían ocupar los capitanes del Barça, en primera fila. Iniesta, el primer capitán, al lado de un elegante Lionel Messi, que se puso traje y corbata para despedir al amigo Javier, el que tantas veces ejerció de hermano mayor y por el que mantiene un respeto y un cariño infinitos. Junto a Messi, el tercer capitán, Sergio Busquets, que sólo habla cuando es preciso. Naval indicó a Piqué que debía sentarse al lado de los capitanes porque la baja de Mascherano deja la cuarta capitanía libre y será Piqué quien lleve con orgullo ese brazalete en el campo (cuando no estén sus tres compañeros) y en el vestuario, cuando se requiera.
Carles Puyol podría explicarle a Piqué muchas de las historias que quiso vivir por sentirse responsabilizado con la capitanía. Noches sin dormir, largas reuniones, gestos de complicidad, todo por creer que ese brazalete significa muchísimo. Abidal, en la misma fila que Puyol (junto a Bartomeu), entendió que muchos conocieran a Puyol como ‘capi’ cuando el de La Poble decidió que fuera Abi quién levantase la Copa de Europa tras vencer el partido más importante de su vida, el que jugó contra el cáncer. Ahí Puyol demostraba esos valores que debe transmitir quien ejerce de líder anímico del vestuario.
Andrés Iniesta es un capitán silencioso. Se ha ganado los galones en La Masia, con una carrera impoluta, llena de esfuerzo y de éxitos. Iniesta no necesita impostar, rezuma fútbol con ADN blaugrana y además se ha ganado el respeto del mundo del fútbol, sin importar el escudo ni los colores.
Lionel Messi no sólo es el jugador franquicia del Barça, ha crecido con la camiseta blaugrana y se ha convertido en el mejor de todos los tiempos. El brazalete le enorgullece, respeta su simbolismo y cada vez ejerce más.
Los códigos de un capitán no se los han tenido que enseñar a Busquets, que antes de esencial en el primer equipo ha sido hijo de Busi, uno de los porteros del Dream Team, un tipo de los que siempre defendió al grupo.
El barcelonismo lo lleva Piqué en los genes, su abuelo Amador Bernabéu es uno de los directivos que mejor ha representado al Barça por todo el mundo. Piqué conoce la historia y la trascendencia del Barça. Se ha divertido ejerciendo de futbolista-forofo, ha utilizado las redes y los micrófonos, hasta las celebraciones, para convertirse en el azote del madridismo. Es tan listo, tan inteligente, que no les puede dar más rabia. Pero ahora como capitán tiene una responsabilidad extra, es lo que tiene llevar el brazalete. Lo mejor es que Puyol le de un par de consejos jugándose un almuerzo en la pista de pádel...