“LA MEJOR PLANTILLA NO SÉ, PERO SÍ SOMOS EL MEJOR EQUIPO”
Lucas Mondelo (28 de julio de 1967, Barcelona), seleccionador femenino absoluto, lleva ganadas cinco medallas en cinco veranos con la selección española y ha sumado títulos a nivel de clubs en China y en la Euroliga con el Dynamo Kursk. En resumen, no para de ganar. Tras conquistar el oro en el Eurobasket, ahora afronta las ‘ventanas FIBA’ clasificatorias para el próximo campeonato europeo, el de 2019.
¿Cuál es el planteamiento que hace para estos dos partidos?
Cada jugadora viene de sus clubs y de sus competiciones y hay poco tiempo para entrenar, no hay posibilidad de inventar grandes cosas. Vamos a lo práctico. Nosotros tenemos la suerte de que somos más un equipo que una selección y tenemos un núcleo duro, las patas de la mesa, que llevan tiempo ya juntas. Trabajaremos sobre lo que ya hecho e incorporaremos algún matiz del rival. Y también lo vamos a aprovechar para poner la base de la segunda ‘ventana’, en la que tendremos un poquito más de tiempo y nos mediremos a Ucrania, que será un rival muy complicado. Bulgaria y Holanda están un nivel por debajo de Ucrania, pero en selecciones nacionales y en Euroliga siempre es complicado jugar fuera de casa. El primer objetivo de las ‘ventanas’ es clasificarse y sólo se clasifica directo el primero de grupo.
Decía Anna Cruz que intentaban olvidarse en cierto modo de que eran las vigentes campeonas y que lo pasado ya es pasado. ¿Le preocupa este tema mental de intentar pasar esa página para competir al máximo de nuevo?
Bueno, hemos creado unas expectativas muy altas por nuestros resultados, pero otra cosa es la realidad de los niveles de los equipos, porque es muy igualado. Lo que hemos hecho, que es ganar durante mucho tiempo, es algo que no es el estado natural de las cosas. Tenemos muchas jugadoras que están acostumbradas a jugar grandes partidos y eso nos ayuda llevar bien la presión. Yo creo que es un equipo muy bien amueblado mentalmente y tiene ambición y tiene hambre. Mientras tengan eso... Pero con la camiseta de España, por haber ganado el oro no sales con un 20-0 a la pista, sino que sales con 0-0. Y no sólo eso, sino que tienes al rival con más ganas de ganarte, porque ya están hartos. Sobre todo en Europa ya nos tienen, entre comillas, manía, damos rabia. Hay una cosa muy difícil, que es ganar después de ganar y siempre empezamos de cero y nos reinventamos cada año. De momento lo hemos logrado. Este verano tendremos una presión que no hemos vivido nunca, que es el jugar en casa. Vamos a intentar transformar esa presión extra en motivación.
Hablando de adaptarse, no está Laia Palau ni Sancho Lyttle y entran nuevas jugadoras...
Mira, esto es como lo del senado romano, que eran todos mayores y patricios y llegaban senadores nuevos. Se adaptaban fácil porque los otros les enseñaban el camino a seguir, las costumbres y las tradiciones. En el equipo hay unas patas de la mesa que son constante desde hace años y ese núcleo se cambiará por otro, pero ahí está el legado de todas las que estaban, primero Marta Fernández, Anna Montañana, Amaya Valdemoro, Elisa Aguilar o Cindy Lima y ahora las Marta Xargay, Anna Cruz, Alba Torrens, Laura Nicholls... y claro, Laia Palau. Y, cuidado, que Laia no viene a esta ‘ventana’, pero no está descartada. Las que entran vienen con
el respeto, palabra clave, pero les es fácil la entrada y se adaptan con facilidad. Eso nos ayuda mucho. Las bajas de Laia y de Sancho Lyttle son importantes, pero Cris Ouviña y Astou Ndour ya estaban en la órbita de la selección, lo mismo que otras jugadoras como Queralt Casas, Nuria Martínez, Laura Quevedo, Belén Arrojo... Tenemos una base de 16 a 18 jugadoras y eso es bueno. Donde vamos más cortitos es en la posición de pívot, porque la genética manda, pero en las posiciones de perímetro estamos muy bien.
Generaciones jóvenes pisando fuerte y una cita clave como es el Mundial, una combinación que invita al optimismo...
Sí, tenemos buen material, se está trabajando muy bien en los clubs, la Liga Día cada vez es más competitiva, tenemos a cinco jugadoras de la Liga Dia en esta selección, los directivos apuestan por el baloncesto, la televisión también lo hace... Todo esto hace que vaya hacia arriba, pero esto es muy delicado, porque la frontera es muy fina. Esta generación es la mejor de la historia, pero hemos podido quedarnos fuera dos veces, en el Europeo de Hungría y en los Juegos Olímpicos de Rio. Te vas fuera ahí y no eres plata olímpica ni oro europeo. Nosotros no vamos sobrados de nada. Si de algo vamos sobrados es de que los egos están al servicio del grupo, jugadoras de muy alto nivel y con unos roles muy importantes en sus clubs aquí se ponen al servicio del grupo. Esa es nuestra fuerza. Hay plantillas con mucha calidad y mucho físico, pero nosotros somos el mejor equipo. Quitando Estados Unidos, que come aparte, nosotros quizá no tenemos la mejor plantilla, pero somos el mejor equipo.
Después de cinco años ganándolo todo imagino que muchas veces le han preguntado por cuál es su secreto. ¿Sabría decir cuál es?
¡Ojalá lo supiera, escribiría un libro! No, la verdad es que no lo sé, Igual es aquello que decían de Miguel Muñoz de la flor en el culo. No lo sé. La palabra adaptación no sólo me la creo sino que la ejecuto, quizás también por supervivencia, porque he trabajado en Salamanca, en Europa, en China, en Rusia, en la selección... Quizás otro secreto sería escuchar. Escuchar y observar. Y adaptarte a lo que tienes. Evidentemente, yo siempre he tenido buenas jugadoras, pero yo siempre digo lo del pato, lo tengo como lema en el Twitter, tú puedes entrenar mucho, mucho a un pato y conseguirás un pato veloz, pero nunca sera un caballo de carreras. Eso es así, tal cual. Yo tengo una filosofía de trabajo y una mentalidad y tengo un baloncesto que me gusta más que otro, pero eso tienes que inculcarlo a tus jugadoras en la medida que puedas, no imponerlo. No sé, eso es lo que yo hago.