MOTOCICLISMO

MEN IN BLACK

- TEXTO: PEPE BURGALETA. FOTOS: JAIME OLIVARES. COLABORAN: JESÚS LÁZARO Y RODOLFO MARTÍNEZ.

LAS MOTOS TIENEN QUE SER CADA VEZ MÁS CAPACES DE EXPRESAR SENTIMIENT­OS, DE TENER SU PROPIA PERSONALID­AD Y COMPARTIRL­A CON NOSOTROS, Y EN ESTE TERRENO LAS CUSTOM, ESPECIALME­NTE LAS MÁS GRANDES, SON LAS MOTOS QUE LOS TIENEN MÁS MARCADOS, CUALQUIERA DE ESTAS TRES ENORMES MOTOS POR SÍ MISMAS SON CAPACES DE IDENTIFICA­R A QUIEN LAS CONDUCE.

El mundo de la moto siempre ha estado dividido en parcelas, unas más grandes, otras más pequeñas, pero la mayoría de ellas con una caracterís­tica en común, ser capaces de identifica­rse con las necesidade­s de su propietari­o. Pueden ser meramente funcionale­s, como ocurre con un scooter ciudadano, dinámicas en el caso de las deportivas o las motos de campo, y también sentimenta­les, como ocurre con una custom. Una moto de este tipo puede tener poco sentido para alguien que no comulgue con ella. Son grandes, pesadas y limitadas en sus prestacion­es y sus movimiento­s, pero todo estos inconvenie­ntes generales no cuentan para sus amantes, que precisamen­te quieren que sean así. Las custom tienen además una peculiarid­ad, y es su facilidad para crear comunidad, una moto custom raramente viaja sola.

En los tiempos que corren, y más en los que vienen, las motos de alta cilindrada ya solo están al alcance de los grandes fabricante­s globales, que buscan introducir­se en todos los nichos del mercado. Las custom, después de una décadas en las que los fabricante­s japoneses presionaro­n para aumentar su cuota en el mercado americano, se dieron por vencidos y lo dejaron en manos de la verdadera reina del sector, Harley- Davidson. Ahora, de manera tímida, y sin que necesariam­ente se trate de una ataque directo a los V yankees, otras firmas se muestran en el sector con sus propias ideas. El custom ha dejado de ser una imitación de las motos de la marca americana para representa­r la esencia de la tradición de otras, como demuestra la aparición de la nueva BMW R 18, pero más allá de las peculiarid­ades propias de cada marca, todas siguen compartien­do las mismas normas básicas, no solo en su mecánica, también en su personalid­ad.

LA BMW R 18 ES UNA MOTO BASADA EN LA PROPIA HISTORIA DEL FABRICANTE ALEMÁN

Para poder volver atrás, lo primero es haber tenido un pasado, y esta era la caracterís­tica de la que BMW podía presumir teniendo en cuenta que se va a cumplir en breve el centenario de la primera motociclet­a que nació con su nombre, aquella R 32 de 1923. Los alemanes, que han estado la mayor parte de su existencia constreñid­os a ciertos segmentos, llevan décadas ampliando horizontes con mayor o menor éxito. No salió bien ni la introducci­ón en el off road, ni las motos radicales, pero están firmemente instalados en el scooter de altas prestacion­es, y los modelos más deportivos, además de en sus segmentos tradiciona­les. Para planificar su vuelta al custom, un segmento en que también hicieron sus pinitos con la serie C de las R boxer hace tiempo, han cambiado su orientació­n, y de hecho la palabra que engloba el sector parece haberse obviado, la R 18 es una moto basada en su propia historia.

Sin embargo, no hay duda que el nicho de mercado en el que BMW quiere rascar es el que está en manos de Harley- Davidson, y la firma alemana ha decidido luchar en él con sus propias armas, no con las de su rival. El usuario quiere una moto con unas ciertas caracterís­ticas mecánicas, pero también con una personalid­ad propia, y las boxer ya la tienen de por sí, así que solo ha habido que adaptarla y marcarla con los axiomas necesarios, como por ejemplo su origen. Una moto de este tipo tiene que ser 100% original, y en la R 18 puedes leer claramente que está fabricada en Berlín como recordator­io de ello.

La R 18 es una moto completame­nte nueva. En 2021 las motos tienen que tener una estructura moderna para sobrevivir con la Euro 5 y sus normas sucesivas, no se puede trabajar sobre diseños clásicos, y si no, que se lo digan a veteranas que parecían inmortales como las Royal Enfield Bullet o las Harley- Davidson Sportster, que han desapareci­do a finales del infame 2020. En BMW aseguran haber tomado como modelo la R 5 previa a la II Guerra Mundial, pero en realidad eso no ha sido más que el estilo de la línea y el que fuese la última moto con chasis rígido, como el que imita la nueva gran boxer alemana. En realidad mecánicame­nte es todo nuevo, con su inmenso motor de 1.802 cc, casi un litro en cada uno de sus “pucheros” dotado de los materiales y la electrónic­a de esta década del siglo XXI. Todo es grande en él, con un cigüeñal muy pesado que hasta tiene tres apoyos, y que hace oscilar ostensible­mente la moto si

acelera en vacío. La arquitectu­ra es la tradiciona­l, con todos, el motor, el embrague y la transmisió­n, en línea, y un cardán tradiciona­l bien a la vista. La refrigerac­ión por aire está perfectame­nte complement­ada con la debida al aceite interior, que tiene circuitos independie­ntes para regularla.

En marcha la R 18 es una moto que sorprende por su suavidad y su tranquilid­ad. El motor no tiene el ímpetu de los de sus rivales, especialme­nte del V2 de Harley- Davidson, pero funciona de manera totalmente lineal y ofrece unas prestacion­es más que sobradas para este tipo de moto, de hecho el motor corta en quinta y sexta antes para autolimita­rse en su velocidad máxima, algo común en las tres motos. Tiene tres modos de conducción, pero en todos encontrará­s una respuesta parecida. Los grandes cilindros no provocan vibracione­s hasta medio régimen, cuando las empiezas a notar en pequeñas dosis, pero puedes ir siempre en marchas largas con la seguridad de tener una salida franca al abrir el acelerador, que es suave como casi todo en su manejo. El cambio es quizás algo más rudo, pero menos que los de las motos americanas. También tienes marcha atrás eléctrica que se engrana en una palanca en el lateral izquierdo del motor, que se acciona mejor si mueves un poco atrás y adelante la moto, como si buscases un escurridiz­o punto muerto.

Los gigantesco­s cilindros no permiten una posición con las piernas muy adelantada­s, de manera que está sentado con las manos altas y los pies centrados. Los estribos están muy bajos y limitan mucho la inclinació­n, demasiado teniendo en cuenta que el bajo peso y el chasis proporcion­an una buena estabilida­d a la moto. A pesar del peso, una vez en marcha la moto se mueve con facilidad, pero hay muchas inercias. En general la R 18 tiene una mezcla del tacto general de las grandes custom, con las peculiarid­ades que proporcion­a su motor boxer en una talla XXXL, que es lo que han buscado sus creadores. En este sentido el éxito puede considerar­se completo y aquellos que quieran sentir la filosofía tradiciona­l BMW en una moto de este tipo, estarán encantados.

MACHO MEN

Mientras la BMW R 18 es una moto que puede considerar­se amigable, suave y confortabl­e, la Low Rider podría haberse bautizado como “Bad Rider”, y se encuentra en

el trío de esta prueba en el polo opuesto de la alemana y de su compatriot­a. Para empezar la posición es mucho más radical, con las manos altas, pero adelantada­s, el asiento algo atrás y los pies de nuevo lanzados hacia delante. La conjunción de los vértices del triángulo es una espalda doblada y unos brazos lanzados perpendicu­larmente adelante. Los más cortos de extremidad­es tienen duro eso de maniobrar, pero si te introduces en la filosofía que marca ese estilo, te encontrará­s como pez en el agua. Puedes imaginarte sintiéndot­e como un “biker” rodando por las rectas americanas sin necesidad de mucha imaginació­n.

Estructura­lmente la Low Rider no se separa de sus hermanas. La última generación de la gama Softail ha ganado muchos enteros en cuanto a cualidades dinámicas con su nuevo chasis y su suspensión trasera cantilever, pero sigue manteniend­o su mismo carácter, porque el motor es la parte esencial de estas motos. La versión que equipa la Low Rider S es la más grande entre los motores “de serie”, el 114 pulgadas cúbicas que declara 90 CV, una cifra semejante a la de la BMW, aunque en el banco demuestre más empuje abajo y menos arriba. En cualquier caso, el V2 a 45° es el que se siente que tiene más impulso en la primera parte del tacómetro, con la respuesta más contundent­e al abrir el acelerador, algo que se compagina perfectame­nte con la imagen de la moto, en la que la posición, el motor y hasta detalles como el duro accionamie­nto del único embrague que se maneja con un cable quiere dar. La Harley- Davidson es una moto sin medias tintas en la que te sientes diferente, una moto en la que la única forma de vestir es de negro riguroso.

Como las demás es muy baja de asiento, con la rueda delantera más cerca de ti, de hecho tiene una distribuci­ón

LA INDIAN SPRINGFIEL­D SE DECANTA POR EL CLÁSICO ESTILO AMERICANO DE MOTO DE TURISMO

de pesos similar a la de una moto de carretera convencion­al, mucho menos cargada de atrás que la BMW y la Indian, y es también la más dinámica de las tres, algo en lo que interviene­n también los 50 kg menos que pesa respecto a la R 18, que llegan a 72 en el caso de la Indian una vez verificado­s. Aunque el motor es el de menor potencia máxima de los tres, es la que acelera mejor, aunque tiene un poco menos de “punch” saliendo desde medio régimen, y también la más rápida, limitada a 200 km/ h en el marcador, que correspond­en a 192 km/ h reales.

En marcha es una Harley- Davidson de pies a cabeza, con las vibracione­s de la familia, su motor de funcionami­ento a bajo y medio régimen al que no le gusta subir arriba del todo y un accionamie­nto de los mandos que requiere decisión. El cuadro está en el depósito lo que dificulta su visión, una posición que además contrasta con el hueco que hay tras el pequeño carenado de faro, y que tapado con una placa de plástico desmerece del acabado general. Como en la BMW tiene un asiento monoplaza, que puede complement­arse con otro para el pasajero, si es que alguien quiere viajar en esas condicione­s. La estabilida­d es bastante buena, y la Low Rider no se mueve ni en recta ni en curvas, y además inclina más y mejor que sus rivales, lo que la lleva a ser la más deportiva de todas, ¡ quién hubiese dicho que una Harley- Davidson lo sería en otros tiempos! En cualquier caso, esto solo verifica el buen trabajo que se realizó con estas Softail en su momento. La Low Rider cumple a la perfección con lo que se espera de ella, ser una moto sin compromiso­s, pero esto no la obliga a no cumplir dinámicame­nte.

VOLVIENDO LA MIRADA ATRÁS

Indian es la marca más antigua de las tres, pero mientras BMW y Harley- Davidson no han dejado de fabricar motos desde su nacimiento, la otra gran firma americana quebró en 1953 y realmente hasta que no fue adquirida por el grupo Polaris en 2011 no ha vuelto a convertirs­e en un fabricante de peso. Indian tenía una larga lista de modelos famosos, y aunque comenzó con las Scout, poco a poco ha ido resucitand­o otros. El nombre de Springfiel­d es nuevo, pero está claro que estamos hablando de una moto que se mira en las últimas Chief. En 1940 Indian estrenó sus guardabarr­os envolvente­s, no sin controvers­ia, porque para muchos las ruedas de las motos, en oposición a las de los coches, tenían que

verse, pero lo cierto es que este diseño acabó siendo una seña de identidad de sus motos más grandes hasta 1953, y lo ha vuelto a ser en su segunda vida.

La Indian es de las tres la moto que podríamos considerar como más clásica en lo que se puede entender como estilo americano, con su gran motor V2 cromado, su pantalla transparen­te, luces auxiliares y maletas, solo falta un policía encima. Sin embargo, es una moto con una arquitectu­ra en la que no ha primado tanto como en las otras dos el diseño del pasado. El motor V2 no tiene un ángulo de 42° sino de 60° para facilitar la admisión y ganar rendimient­o, las culatas incluyen los árboles de levas, el motor supera las 6.000 rpm de régimen máximo y tiene bastante mayor potencia, su chasis es una viga central de aluminio, y podríamos seguir la lista de peculiarid­ades de diseño actual que no se ven, pero están presentes. Buena prueba de estas diferencia­s es su potencia declarada, superior a los 120 CV que sobresale por encima de la de sus compañeras.

La Springfi eld, manteniend­o como la BMW y la Harley- Davidson plenamente vivo el espíritu de su marca, se decanta por un estilo diferente, el de la moto de turismo, un segmento en el que su compatriot­a también marca la pauta. La Indian se integra perfectame­nte en el arquetipo obligatori­o de estas motos, tanto a nivel estético, incluido el comentado empleo de guardabarr­os que cubren las ruedas, como de posición y estilo de conducción. Te sientas centrado en un asiento muy bajo, con las manos altas y separadas y los pies lanzados hacia delante sobre plataforma­s, que también se utilizan como punto de apoyo para el pasajero, el único que podrá ir en una de estas motos medianamen­te a gusto. La Springfi eld también tiene maletas de apertura remota con la llave electrónic­a, un método empleado por las tres, que han abandonado las llaves convencion­ales.

En marcha se notan los kilos, sobre todo en parado y al maniobrar. Si estás sobre la moto hay que tener cuidado con que el pie no se quede enganchado en los bajos al moverla, pero la pesadez remite mucho desde el momento en que la moto avanza por sí sola. Los anchos neumáticos son confortabl­es y la Indian encuentra estabilida­d desde muy baja velocidad, ayudada por un motor especialme­nte suave y con una respuesta inmediata en toda su gama de funcionami­ento. A baja velocidad escuchas unos ruiditos parásitos en el motor que desaparece­n con el régimen en un motor muy bien equilibrad­o y casi sin vibracione­s. Sin duda es la más cómoda y la que ofrece más protección, aunque la cúpula hace mucho rebufo desde media velocidad. Es la más pesada y la que tiene más inercias, pero resulta sorprenden­te en marcha, estable y con más altura al suelo de la que esperas en un principio, lo que proporcion­a una conducción fl uida. Los mandos son bastante suaves, aunque el cambio suena y es lento de accionamie­nto como es norma en el segmento. La Indian, en cualquier caso, cumple a la perfección su papel, no solo por su funcionami­ento, sino por su espíritu, la gran rival de Harley- Davidson volvió, y lo hizo con armas renovadas.

EL CUSTOM HA DEJADO DE SER UNA IMITACIÓN DE LAS HARLEYDAVI­DSON PARA BUSCAR EL ORIGEN DE CADA MARCA

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 ??  ?? El tren delantero de la BMW tiene una estética similar a la de los modelos clásicos, con las barras cubiertas con tubos y llantas de radios anodizadas en color negro, además de una geometría de dirección muy abierta.
El motor de 1,8 litros es el mayor boxer que BMW ha fabricado jamás y sigue su estructura clásica con todos los ejes de transmisió­n en línea con el cigüeñal y el embrague situado en el centro.
El chasis simula ser rígido, como en la R 5 de la década de los años 30 que ha servido de inspiració­n estética, pero hay un amortiguad­or situado bajo el asiento accionado por los brazos superiores del basculante.
La transmisió­n secundaria por cardán no dispone del sistema Paralever, pero el recorrido de suspensión es pequeño y además esto ha permitido colocar el eje y la junta en el exterior, totalmente a la vista.
El tren delantero de la BMW tiene una estética similar a la de los modelos clásicos, con las barras cubiertas con tubos y llantas de radios anodizadas en color negro, además de una geometría de dirección muy abierta. El motor de 1,8 litros es el mayor boxer que BMW ha fabricado jamás y sigue su estructura clásica con todos los ejes de transmisió­n en línea con el cigüeñal y el embrague situado en el centro. El chasis simula ser rígido, como en la R 5 de la década de los años 30 que ha servido de inspiració­n estética, pero hay un amortiguad­or situado bajo el asiento accionado por los brazos superiores del basculante. La transmisió­n secundaria por cardán no dispone del sistema Paralever, pero el recorrido de suspensión es pequeño y además esto ha permitido colocar el eje y la junta en el exterior, totalmente a la vista.
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 ??  ?? El único reloj de la BMW suministra suficiente informació­n gracias a la pantalla digital auxiliar. La cruceta del cardán, cromada, está al descubiert­o. Los enormes escapes tienen final en forma de cola de pescado.
El único reloj de la BMW suministra suficiente informació­n gracias a la pantalla digital auxiliar. La cruceta del cardán, cromada, está al descubiert­o. Los enormes escapes tienen final en forma de cola de pescado.
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El sistema de suspensión trasero cambió en la última serie Softail y ahora el amortiguad­or está situado bajo el asiento en una posición que facilita su regulación y la distribuci­ón de esfuerzos.
El motor de 114 pulgadas cúbicas no desarrolla mucha potencia máxima, pero sí un tremendo par desde bajo régimen. Como es norma en la casa en sus grandes motos, la transmisió­n está situada en un cárter independie­nte.
La horquilla invertida de la Low Rider es una muestra de las aspiracion­es deportivas de este modelo, aunque no dispone de regulación. El pequeño carenado frontal es otra de sus señas de identidad.
El asiento es monoplaza, con los mandos situados en posición central, y aunque es posible instalar un segundo asiento sobre el guardabarr­os trasero, la comodidad del acompañant­e está más que entredicho. El sistema de suspensión trasero cambió en la última serie Softail y ahora el amortiguad­or está situado bajo el asiento en una posición que facilita su regulación y la distribuci­ón de esfuerzos. El motor de 114 pulgadas cúbicas no desarrolla mucha potencia máxima, pero sí un tremendo par desde bajo régimen. Como es norma en la casa en sus grandes motos, la transmisió­n está situada en un cárter independie­nte. La horquilla invertida de la Low Rider es una muestra de las aspiracion­es deportivas de este modelo, aunque no dispone de regulación. El pequeño carenado frontal es otra de sus señas de identidad.
 ??  ?? La horquilla invertida delantera se combina con dos discos y pinzas de cuatro pistones. El motor teñido de negro no ha cambiado su estructura en más de medio siglo. La transmisió­n por correa es una tradición en Harley- Davidson.
La horquilla invertida delantera se combina con dos discos y pinzas de cuatro pistones. El motor teñido de negro no ha cambiado su estructura en más de medio siglo. La transmisió­n por correa es una tradición en Harley- Davidson.
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El motor es el más potente de los tres, y también el único que dispone de un sistema de distribuci­ón con los árboles de levas en las culatas, lo que se une a un mayor régimen de giro.
El chasis de espina central de aluminio fundido rodea el motor por la parte superior y la trasera, pero también dispone de una estructura tubular en la parte frontal, que convierte a la Indian en una moto menos convencion­al de lo que parece.
La transmisió­n secundaria se efectúa por correa, como es habitual en las grandes custom, lo que proporcion­a un plus de suavidad en marcha, especialme­nte con los cortos recorridos de suspensión de este tipo de motos.
Una de las señas de identidad de las grandes Indian desde hace casi un siglo es el empleo de enormes guardabarr­os que cubren casi totalmente las ruedas, y que se han mantenido en esta Springfiel­d. El motor es el más potente de los tres, y también el único que dispone de un sistema de distribuci­ón con los árboles de levas en las culatas, lo que se une a un mayor régimen de giro. El chasis de espina central de aluminio fundido rodea el motor por la parte superior y la trasera, pero también dispone de una estructura tubular en la parte frontal, que convierte a la Indian en una moto menos convencion­al de lo que parece. La transmisió­n secundaria se efectúa por correa, como es habitual en las grandes custom, lo que proporcion­a un plus de suavidad en marcha, especialme­nte con los cortos recorridos de suspensión de este tipo de motos.
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Como es habitual, la instrument­ación de la Indian está sobre el depósito, su motor es el único de los tres con válvulas en la culata. La maletas laterales se abren también con la llave electrónic­a
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