Marca País Vasco

Un héroe de Irak contra España

EL SELECCIONA­DOR JORDANO, ADNAN HAMAD, ES UN SUNITA IRAKÍ. DIRIGIÓ A SU PAÍS EN PLENA INVASIÓN Y LO LLEVÓ A SER CUARTO EN LOS JUEGOS DE ATENAS

- MIGUEL ÁNGEL LARA

Adnan Hamad es el selecciona­dor de Jordania. No es jordano. Nació (1-2-1961) al otro lado de la frontera con Irak, en Samarra, en el temido triángulo suní, la región que fue feudo de Sadam Hussein y sus fieles. Su vida, como la de todos sus compatriot­as de su generación, va de la mano del drama, la guerra y la muerte.

La guerra contra el vecino iraní marcó su juventud, en la que el fútbol le llevó a ser capitán de la selección iraquí. Después pasó al banquillo, siguió cursos en Europa y en 2003, pocos meses después de la ocupación estadounid­ense, se puso al mando de la selección de Irak. Tomaba el puesto de Bernd Stange, un alemán oriental que fue depurado tras filtrarse una imagen suya con Jack Straw, ministro británico de Exteriores, y de que sufriera un intento de asesinato.

Al ponerse al frente de la selección de manera definitiva, Hamad tuvo que partir casi de cero. Todo el material guardado había desapareci­do en los bombardeos de Bagdad, en los que el Comité Olímpico Nacional había sido destruido. Su primer desafío fue la clasificac­ión para los Juegos de Atenas. Para ello quiso montar una concentrac­ión es España y jugar un partido en el Camp Nou. Se tuvo que conformar con entrenar en el norte de Irak y jugar un torneo en Teherán. Allí derrotaron a Irán en algo que era mucho más que un partido de fútbol.

El 12 de mayo de 2004, Irak derrotó el casa a Arabia Saudí (3-1) y Omán no era capaz de pasar del 0-0 en Kuwait. Igualadas a puntos, la plaza olímpica era para los irakíes, la selección de un país en el que cada día morían decenas de personas. Las tropas estadounid­enses quisieron que el equipo posara con la nueva bandera: la creada por Rifat al-Chaderchi, la de la medialuna celeste sobre fondo blanco (representa­ndo al Islam y la paz), dos franjas horizontal­es de color azul (simbolizan­do a Mesopotami­a y sus dos ríos, el Tigris y el Éufrates) separadas por una franja dorada representa­n

do al Kurdistán). Se negaron aduciendo que su bandera era la anterior, que era la de Irak, no la de Sadam Hussein.

La celebració­n en las calles de Bagdad fue apoteósica. Y también para un fútbol que había vivido la locura de Uday Hussein, el sádico hijo del dictador que aterrorizó durante décadas a los deportista­s iraquíes.

CRISTIANO, DERROTADO

La selección de Irak viajó a Grecia la primera semana de agosto de 2004. Su llegada fue caótica, con un sinfín de problemas burocrátic­os, entre ellos que los nombres dados previament­e no coincidían con los que llegaban. Eso generó un serio problema de seguridad.

A los mandos de Hamad, Irak escribió la mejor página de su fútbol. Arrancó ganando a la Portugal de Cristiano Ronaldo (4-2) para acabar cuartas. Pelearon el bronce, pero se le escapó (1-0) ante una Italia en la que Pirlo era el capitán y Gilardino hizo el gol que dio el metal a los azzurrini.

El 31 de agosto, Hamad y sus chicos fueron recibidos con una gran fiesta en Bagdad. Pero volvían a su realidad. Cuatro días después, 17 personas morían en un atentado en Kirkuk, el 14 de septiembre un coche bomba en una comisaría de Bagdad causaba más de 50 muertos y un centenar largo de heridos...

En un país en llamas y con los insurgente­s cada vez más activos contra la fuerza occidental­es de ocupación, Hamad dimitió a principios de 2005 después de fracasar en la Copa del Golfo jugada en Qatar y no clasificar­se para el Mundial de Alemania. Regresó de manera breve en 2008 y un año después llegó a Jordania. En un país con menos recorrido en la élite aun que Irak, llegó a la repesca interconti­nental para el Mundial de Brasil, pero Uruguay fue un hueso demasiado duro: 0-5 en Amán y 0-0 en Montevideo.

El 16 de junio de 2021, después de entrenar en los Emiratos, de ser selecciona­dor de Bahrein y de un equipo jordano (Al-Wehdat), la Federación jordana volvió a llamar a su puerta. En Amán se enfrenta ahora a España, un partido parecido al que imaginó en 2003 cuando tomó el relevo de un selecciona­dor, Stange, que puso los cimientos entre las bombas de la mejor época del fútbol de un país que sigue llorando: Irak

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jordana.
SEGUNDA ETAPA EN JORDANIA Adnan Haman lleva sentado en un banquillo desde el año 2000. Esta es su segunda experienci­a a los mandos de la selección jordana.
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