EL REAL MADRID SÓLO HIZO... LO QUE DEBÍA
José Vicente Hernáez
Era un partido difícil para el Madrid, entre otras cosas porque no se le suele dar bien ese campo. Perdió en dos de sus tres últimas visitas. Cierto es que en una de ellas, hace cinco años,
Alberola Rojas se comió un penalti a
Brahim (sí, a Brahim) en el minuto 85, que pudo evitar su derrota... porque los penaltis a veces se fallan. Sea como fuere, se trataba de un partido complicado, aunque Ancelotti lo tuvo que ver muy claro cuando decidió poner en el once inicial a jugadores poco habituales, como Brahim y Joselu capitaneando el ataque. No era un partido para ellos, sobre todo para Joselu, dado que el Real Madrid estaba claro que iba a poner pocos balones en el área. Y tampoco para Brahim, que trató de hacerlo todo él sólo, sin ayuda. Y cuando le fueron bien las cosas (gozó de dos ocasiones claras para el 02), ya con el 0-1, fue Ancelotti y lo cambió. Claro que el hecho de que en el primer tiempo no se le viera se debió a que siempre tenía encima un defensa haciéndole faltas que no siempre se pitaban.
Si bien fue un partido de esos que el Madrid ganó por la vía criminal, esto es, sin hacer nada del otro mundo, lo cierto es que tampoco pasó grandes apuros. Al final hizo una tarea de esas llamadas de aliño, o sea, se limitó a hacer lo que tenía que hacer: los deberes. Dicho de otra manera, ganar sin mirarle los dientes al caballo. Tal como está el patio no se le podían escapar estos tres puntos. Y lo hizo con un gol de esos que entran pocos en la docena. Un pepinazo de Tchouaméni desde la plaza de Cuzco que, con la ayuda de Morlanes, despistó al portero y se coló en la portería del Mallorca. La cosa estaba ya clara para el Real Madrid: 0-1 y a otra cosa mariposa. Y una última reflexión-apunte ¿De verdad pìtó Sánchez Martínez saque de puerta y no falta de Muriqi a Lunin? Para comer cerillas.
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GANÓ SIN HACER NADA DEL OTRO MUNDO, PERO TAMPOCO PASÓ MUCHOS APUROS