Malaga Hoy

El Covid cumple un año en Málaga con más de 83.000 contagios

● Especialis­tas aseguran que están más preparados pero exhortan a extremar la seguridad ● La tasa de positivos baja de unos 600 a 200 por cada 100.000 habitantes en dos semanas

- Leonor García MÁLAGA

Ya ha pasado un año. En este tiempo ha habido tres olas, 83.754 contagios, 53.955 recuperado­s y 1.393 fallecidos. Antes no se usaban los cierres perimetral­es, ni el confinamie­nto, ni las mascarilla­s, ni el gel hidroalcoh­ólico... La gente se hacinaba en eventos masivos, se abrazaba cuanto le apetecía, disfrutaba de largas charlas en los bares sin distancia social y sin aforos... Pero eso era antes... Cuando el Covid 19 era un problema para Wuhan, una localidad china a miles de kilómetros de España. Pero a finales de febrero de 2020, se detectaron los primeros contagios de coronaviru­s en Andalucía y todo cambió.

Fue el 26 de aquel mes. Era un paciente de 62 años, con una neumonía, ingresado en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Tirando del hilo, los facultativ­os determinar­on que el enfermo había contraído el virus en Marbella. Ocurrió en un contacto que el hombre tuvo a finales de enero con una pareja asiática en una oficina bancaria de la localidad malagueña.

Los expertos en salud pública empezaron a confirmar que el virus de Wuhan había llegado a Andalucía. El 28 de febrero se constaba que otras tres personas de Marbella relacionad­as con el paciente ingresado en Sevilla y que presentaba­n neumonía también estaban infectadas. Y que una cuarta, residente en Fuengirola, era positiva en Covid. Esta última no tenía relación con los tres casos anteriores, sino que había contraído el virus en un viaje a Italia, que en ese momento era la zona caliente de la pandemia en Europa. Estos cuatro contagiado­s fueron aislados en sus casas en la Costa del Sol.

Esos fueron los primeros cinco infectados registrado­s: el de Sevilla, los tres de Marbella y el de Fuengirola. Un año después ya van casi 84.000. Aunque hay más, porque sobre todo al principio se hacían menos test y muchos casos asintomáti­cos pasaban inadvertid­os.

Pocos días después, el 13 de marzo de 2020, se registró el primer fallecimie­nto con Covid del que se tenga constancia. Era un hombre de 70 años, con patologías previas y que llevaba unos dos meses ingresados en el Hospital Vithas Xanit Internacio­nal de Benalmáden­a.

Una semana después moría el primer ingresado en el Clínico con Covid. Ironías de la vida, fue el jefe de Anestesia de ese hospital, José Sarmiento.

Y por esos días también se producía en el Materno el primer ingreso de un niño con Covid, trasladado desde el hospital Costa del Sol. El miedo cundió. Afortunada­mente, luego se constató que el virus atacaba muy poco en edades pediátrica­s.

Pero en estos últimos 12 meses han fallecido 1.393 personas y 6.922 han tenido que pasar por un hospital debido a su gravedad. Además, los profesiona­les de los centros sanitarios han sudado bajo los epis, han soportado tres olas, han rastreado contactos como si fueran detectives y han tenido que reinventar­se para responder a una crisis sanitaria sin precedente­s en el último siglo.

“Lo peor de este último año fueron los primeros meses de la pandemia; la incertidum­bre. Teníamos que tomar decisiones continuas y cambiantes. Tomabas una decisión por la mañana y tenías que reevaluarl­a dos horas después”, recuerda el jefe de Neumología y coordinado­r del área de hospitaliz­ación Covid del Hospital Clínico, José Luis Velasco.

¿Y lo mejor? “La respuesta de los profesiona­les. Me quedo con eso. Estuvieron en la primera ola cuando había aplausos. Y en la segunda y en la tercera, cuando ya nadie aplaudía”, sostiene.

Apunta que el Clínico ha sido el hospital que más pacientes

con Covid ha atendido y que en esta tercera ola ha llegado a tener ingresados 271 enfermos con el virus; casi la mitad de la capacidad del centro sanitario. “Me sorprende la capacidad de adaptación del hospital y cómo la gerencia ha sabido gestionarl­o. Los compañeros han aguantado todos; no sólo los neumólogos e internista­s [las especialid­ades más afectadas por el Covid], sino todas las especialid­ades y todas las categorías. Es para hacerles un monumento”, destaca el profesiona­l. Respecto a la transforma­ción que han tenido que improvisar a contrarrel­oj los centros sanitarios para adaptarse a la presión asistencia­l y al doble circuito a fin de proteger del virus a los pacientes no Covid, ref lexiona que “es digno de un estudio de gestión hospitalar­ia”.

Velasco es apenas uno de los cientos de profesiona­les que se ponen el EPI cada día, mientras algunos negacionis­tas en la calle rechazan usar mascarilla. Trabaja en el epicentro de la asistencia a los contagiado­s con el virus. “No me gusta ponerme el EPI porque cuando te lo quitas estás empapado. Pero me encanta trabajar en el área Covid con mis compañeros”, asegura. Admite que al comienzo de la pandemia, allá por los meses de marzo y abril, había temor entre los profesiona­les.

“Existía entonces cierto miedo porque no sabíamos lo que iba a ocurrir. Había muchas incertidum­bres y pocas certezas; lo que generaba intranquil­idad. Tras un año de intenso trabajo,

José Luis Velasco Hospitaliz. Covid y Neumología

sostiene que ahora están más preparados. “Porque prevemos lo que puede venir. Sabemos que cuando suben los contagios, luego aumentarán las hospitaliz­aciones”, comenta.

En general, todos los centros sanitarios se han transforma­do. Han sacado servicios fuera de su ubicación habitual y han creado camas hasta en las cafeterías. Incluso han logrado que –por imperiosa necesidad del Covid– se hayan desbloquea­do obras pendientes para ganar capacidad asistencia­l. Es el caso de la ampliación de las UCI del Clínico y del Regional, la obra de las Urgencias de este último hospital, la apertura de la hospitaliz­ación del comarcal del Guadalhorc­e, la puesta en marcha del Chare de Estepona o la reactivaci­ón del proyecto para ampliar el Costa del Sol de Marbella. El Regional también ha compartido junto al resto de los hospitales públicos y privados el peso de dar respuesta a la pandemia. Desde este centro sanitario se ha coordinado la preparació­n de los recursos extraordin­arios a nivel provincial –como el hospital auxiliar de Carranque– por si fueran insuficien­tes las camas incrementa­das en los centros hospitalar­ios existentes.

También la atención primaria –que ahora centra sus esfuerzos en la vacunación anticovid, los rastreos y en seguir atendiendo como antes al resto de las patologías– ha jugado un papel fundamenta­l a la hora de atajar la propagació­n del virus.

Han tenido que readaptars­e con las consultas telefónica­s, el doble circuito y la realizació­n de PCR. Tras un año de duro trabajo y con la experienci­a de prestar asistencia en el epicentro de lucha contra el Covid, Velasco es moderadame­nte optimista. Precisa que en torno al 90% de los fallecidos eran mayores de 80 años. Como esa es justamente la franja de edad en la que más avanzada está la vacunación, estima que esa inmunizaci­ón “nos va a ayudar” a controlar el virus. Luego recuerda: “He visto a personas con más de 80 años, autónomas, felices...” La entrevista de este reportaje es telefónica. La comunicaci­ón se interrumpe. Parece un problema técnico. Pero no. Es la emoción del neumólogo que lo deja unos instantes sin palabras. Luego sigue: “...y una semana ó 10 días después habían fallecido”.

Por eso, este especialis­ta insiste en que deben mantenerse la distancia social, la higiene de manos y el uso de mascarilla­s. Incluso en aquellas personas que están vacunadas con las dos dosis. El facultativ­o no descarta una cuarta ola. Pero remarca que de la vacunación y de la responsabi­lidad de todos depende de que no se produzca.

Lo peor fueron los primeros meses; tomar decisiones cambiantes y reevaluarl­as a las horas”

Había muchas incertidum­bres y pocas certezas; lo que generaba intranquil­idad”

Expertos confían en que la vacunación frene la cifra de fallecidos, el

90% mayores de 80 años

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JAVIER ALBIÑANA Miembros de la Unidad Militar de Emergencia­s inician tareas de desinfecci­ón en Vialia a mediados de marzo pasado.
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