La Vanguardia

Monedas, billetes, ‘halcones’ y ‘palomas’

El Bundesbank, el banco central de Alemania, explica con su colección en qué consiste el dinero y la política monetaria

- María-paz López Frankfurt

En la patria de la austeridad y la disciplina presupuest­aria, entender cómo funciona la política monetaria, aunque sea solo a grandes rasgos, es bastante común entre los ciudadanos. Para entusiasta­s de la economía, un viaje a la capital financiera de Alemania, Frankfurt, resulta más redondo si se visita el museo del Dinero (Geldmuseum) del Bundesbank, el banco central alemán. A la entrada del recinto, se despliega una pregunta sencilla y compleja a la vez: “¿Qué es dinero?”, y todas las piezas de la exposición permanente buscan responder a este tema, clave para la humanidad desde tiempos tempranos.

“Dinero es lo que se considera dinero en su época respectiva; pueden ser monedas de oro, billetes o, hoy en día, saldos de cuentas –señala Tobias Pohl, encargado de Educación Económica del Bundesbank y responsabl­e también del Geldmuseum–. El dinero debe funcionar como medio de cambio, unidad de cuenta y depósito de valor, y su valor reside en su poder adquisitiv­o. Por eso, si los precios son estables, el dinero conserva su valor”. En el museo, dirigido por Ulrich Rosseaux, se aborda cómo el sistema europeo de bancos centrales –del que forma parte el Banco de España– utiliza su política monetaria para asegurar el valor del euro, la moneda común de la eurozona.

Inciso: a orillas del río Meno se alza la torre del Banco Central Eu

ropeo (BCE), vector de la política monetaria del euro. La torre está a dos kilómetros del distrito financiero de Frankfurt, donde se hallan las sedes corporativ­as de los bancos comerciale­s. El BCE buscaba así quizá proyectar una imagen de necesaria distancia respecto a los bancos, como también puede detectarse en la decisión del Bundesbank –fundado en 1957 como banco central de la Alemania occidental– de instalarse en el apartado barrio de Bockenheim, donde construyó su cuartel general entre 1967 y 1972. En un edificio anexo se inauguró en 1999 el museo del Dinero, que fue remodelado en 2016.

Su colección numismátic­a incluye más de 90.000 monedas de todo el mundo, desde la antigüedad hasta la actualidad, y 260.000 billetes, pero también elementos que han servido de dinero a lo largo de la historia, como conchas de cauri, granos de cacao y losas de piedra. “Las primeras monedas que se acuñaron tienen una importanci­a excepciona­l para la historia monetaria”, prosigue Tobias Pohl. El museo presenta una de las primeras, datada en los años 561-546 a.c.,

relativa al rey de Lidia Creso, cuya legendaria riqueza se plasmó en expresione­s como “rico como Creso”. Podemos ver además un billete de la dinastía Ming, realizado en corteza de morera hacia 1375, que demuestra los comienzos del papel moneda.

El museo posee además 3.000 objetos vinculados a la historia del dinero, como troqueles, planchas de imprenta, balanzas y pesas, huchas y vasijas decoradas con monedas. Tiene asimismo grabados, decretos, edictos y otros documentos desde finales del siglo XVII hasta inicios del XX.

En el Geldmuseum hay presencia española. Ejemplo: una moneda de ocho reales españoles acuña

Dinero es lo que cada época considera como tal: se han usado granos de cacao, conchas de cauri o losas de piedra

da hacia 1535 en lo que hoy es México. “En la sala renacentis­ta El lenguaje del dinero se analizan las rutas económicas del comercio en Europa alrededor del año 1500, en las que se identifica a Barcelona y a Valencia como importante­s ciudades portuarias y comerciale­s”, explica Tobias Pohl.

Más allá de sus valiosas piezas históricas, el museo del Bundesbank explora conceptos monetarios que pueblan los debates económicos del presente, como la diferencia entre halcones y palomas, asunto este sin relación alguna con la ornitologí­a. Quienes están a favor de una política monetaria más acomodada a las circunstan­cias se llaman palomas, mientras que los halcones se inclinan por una postura más estricta.

El museo aborda también la inflación, retrotrayé­ndose a la terrible hiperinfla­ción alemana de 1923, durante la república de Weimar, cuando llegó a haber billetes con cifras inverosími­les como 1.000 millones de marcos e incluso de 10.000 millones. El año pasado, 44.000 personas visitaron el museo del Dinero, cuya entrada – atención– no cuesta un céntimo. ●

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Team uwe Nölke | Fotografie & Film für Menschen & unternehme­n Billetes de todo el mundo de la colección del Bundesbank, compuesta por más de 260.000
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