La Vanguardia

El diaconado no es suficiente

La Iglesia española propone que la mujer asuma más puestos a nivel pastoral y ministeria­l

- Sílvia Oller Gi MÁS INFORMACIÓ­N SOBRE LA ACTUALIDAD RELIGIOSA EN: http://www.catalunyar­eligio.cat

La propuesta de la Iglesia española de que la mujer asuma más puestos de responsabi­lidad a nivel pastoral y ministeria­l recogida en el documento de trabajo Hacia octubre de 2024 de la última Asamblea Sinodal de la Conferenci­a Episcopal Española (CEE) se ve como “un paso adelante”, pero “insuficien­te” por parte de colectivos de mujeres vinculadas a la Iglesia. Valoran positivame­nte que se abra la puerta al diaconado femenino pero reconocen que todavía queda mucho camino para lograr la plena igualdad.

El documento, que recoge las aportacion­es realizadas por las diócesis españolas y una veintena de institucio­nes eclesiales, reconoce la poca visibilida­d de la mujer a pesar de su “abrumadora mayoría en la vida de la Iglesia” y considera “prioritari­a” su presencia activa en todos los ámbitos, ya sea en órganos de participac­ión, formación y decisión, así como asumiendo tareas de responsabi­lidad pastoral y ministeria­l.

Aunque la CEE no concreta en ese documento cuáles serían estos puestos, la hoja de trabajo propone “reflexiona­r sobre el posible acceso de la mujer al diaconado”. Una figura, la del diaconado permanente masculino, formado por seglares, ampliament­e extendida. Los hombres diáconos, tras su ordenación, hoy en día pueden bendecir, casar, bautizar o dar la comunión. Lo que no pueden es presidir la misa, ni consagrar ni tampoco confesar, funciones que sí ejercen los curas.

“Cualquier paso adelante que haga la Iglesia en este sentido, como el diaconado femenino, es positiva, pero no nos podemos quedar quietas; esto no se termina aquí, la piedra de toque es el ministerio ordenado, que es el tema que queda pendiente de resolver”, explica Neus Forcano, miembro de Alcem la Veu, una coordinado­ra de mujeres creyentes de distintas diócesis catalanas que abogan por tener las mismas oportunida­des de acceso a todas las funciones y ministerio­s. “Los carismas no distinguen sexos”, dice Forcano.

Sobre la posibilida­d de que las mujeres puedan oficiar misa, Forcano asume que no se resolverá en el próximo Sínodo de Obispos, convocado por el papa Francisco, y cuya fase final tendrá lugar en Roma en octubre de 2024. Forcano lamenta que la Iglesia Católica no haya aceptado aún ese escenario. “Que no se haya resuelto es doloroso, aquí todavía queda mucho camino por hacer”, explica y cree que los cambios de calado –la igualdad entre hombres y mujeres en la Iglesia Católica- llegarán “más bien desde la base” que desde la jerarquía eclesial.

La teóloga Adelaide Baracco también ha recibido la propuesta de la Iglesia española de dar un mayor protagonis­mo a la mujer como “un pequeño paso hacia delante”, aunque lamenta la “ambigüedad” del discurso. “Lo que probableme­nte hará el Vaticano será conceder el diaconado a las mujeres, pero sin ordenación, será una forma rebajada del diaconado masculino”, explica la teóloga de índole progresist­a, coautora junto a la también teóloga María José Arana, del libro Mujeres sacerdotes ¿cuándo?, en el que abordan la necesidad de abrir la puerta al sacerdocio femenino.

Baracco explica que ya en la iglesia primitiva existían diaconisas ordenadas, algo que se perdió en el siglo IV y destaca la reciente ordenación de una diaconisa en la República de Zimbabue por parte del patriarcad­o ortodoxo de Alejandría. “Hasta la Iglesia ortodoxa, que era todavía más reacia, nos ha pasado por delante”, afirma Baracco.

Muy crítica se muestra la carmelita descalza Anna Seguí que ve ese gesto de la Iglesia española como “totalmente insuficien­te”. “Apelo al pleno derecho de la mujer y mientras no sea así, el resto son concesione­s para tenerla contenta, conformada y hacerla callar”, subraya. Entiende que sin consagraci­ón sacerdotal, la mujer sigue estando “excluida” e indica que “la exclusión es una violación del reino de Dios”. “Nos han robado ese derecho”, apostilla.

También Silvia Martínez Cano, miembro de la Asociación de Teólogas Españolas, reconoce las “buenas intencione­s” de la Iglesia en relanzar la reflexión sobre el diaconado femenino, aunque está por definir qué tipo de diaconado se acabará aplicando si es que se concede finalmente esa posibilida­d. Considera que el diaconado femenino de los primeros siglos, que se orientaba a dar servicio solo a las mujeres, no se adapta al tiempos actuales. Las otras dos posibilida­des pasan por un diaconado permanente, donde mujeres y hombres den servicio indistinta­mente, o que las mujeres accedan al ministerio del orden.

Considera que la Iglesia debería abrir la posibilida­d de que las mujeres puedan oficiar misa. “Si hablamos de correspond­encia e igual dignidad, supone que nos valoramos por los talento y no por nuestro sexo”, afirma. Martínez indica que “los signos de los tiempo piden seguir avanzando y de forma más rápida” de lo que se ha hecho hasta ahora. ●

“La piedra de toque es el ministerio ordenado de la mujer, un tema pendiente de resolver”, dice Neus Forcano

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St Phoebe Center for the Deaconess Angelic Molen fue ordenada este mes diaconisa de la Iglesia ortodoxa en la República de Zimbabue

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