La Vanguardia

“Fue un ataque coche por coche”

José Andrés denuncia el bombardeo “sistemátic­o” de su convoy humanitari­o en Gaza

- Gita Tmsas

“Error de identifica­ción”, como dijo oficialmen­te el ejército israelí, o el resultado de que “‘cada comandante establece sus reglas”, como publicaba ayer el diario israelí Haaretz citando fuentes militares. Sea como fuere, Israel empleó tres cohetes, probableme­nte disparados por un dron, en el ataque contra el convoy de la oenegé estadounid­ense World Central Kitchen (WCK), fundada por el chef español José Andrés, en el centro de Gaza la noche del lunes. Un proyectil por cada vehículo.

José Andrés insistió ayer durante una entrevista en EE.UU. en que el ataque fue “sistemátic­o” y “coche por coche”. “Incluso si no hubiera habido coordinaci­ón (con el ejército), ningún país democrátic­o y ningún militar puede apuntar contra civiles y humanitari­os”. Previament­e, había exigido en un artículo publicado en

The New York Times una investigac­ión que “debe comenzar desde arriba, no solo desde abajo”, recordando que fue “un ataque directo contra vehículos claramente marcados cuyos movimiento­s eran conocidos por el ejército israelí”.

En el bombardeo murieron siete trabajador­es humanitari­os afiliados a la organizaci­ón que reparte alimentos y comida preparada en la franja, ciudadanos de Australia, el Reino Unido, Polonia, Palestina y uno con doble nacionalid­ad (de Estados Unidos y Canadá). Los cuerpos de seis de ellos fueron ayer evacuados a Egipto por el paso de Rafah.

“Quiero ser muy claro”, dijo el jefe del Estado Mayor del ejército israelí, Herzi Halevi, al presentar conclusion­es preliminar­es de lo sucedido. “El ataque no se llevó a cabo con la intención de dañar a los trabajador­es humanitari­os de WCK. Fue un fallo por una identifica­ción errónea: de noche, durante una guerra, en condicione­s muy complejas. No debería haber sucedido”, afirmó.

La versión ofrecida por el diario Haaretz revela que los militares sospecharo­n que en la caravana iba un terrorista, ya que minutos antes de su partida habían detectado a un hombre armado en un camión. Sin embargo, tanto el camión como el individuo, que probableme­nte iba armado por razones de seguridad en el reparto de comida, se quedaron en el almacén de Deir al Balah donde habían descargado 100 toneladas de alimentos.

Un dron –probableme­nte un Hermes 450, según Haaretz– disparó contra los vehículos cuando recorrían la carretera Al Rashid, que une Deir al Balah con el sur de la franja por la costa, a pesar de que los vehículos estaban claramente marcados con el logotipo de la organizaci­ón y que el grupo había dado al ejército israelí la informació­n sobre la hora y la ruta que iban a tomar, según afirmó World Central Kitchen.

El ataque duró varios minutos, ya que un primer cohete alcanzó al vehículo que lideraba el convoy y los supervivie­ntes corrieron a refugiarse en el coche siguiente, mientras informaban a los responsabl­es de WCK del ataque. Pero este coche también fue impactado por otro cohete. Un tercer vehículo se acercó a socorrerlo­s, pero al cabo de 1,6 kilómetros recibió otro disparo. Una distancia de 2,4 kilómetros separaba al primer vehículo del último.

Fuentes militares confirmaro­n a Haaretz que el ataque fue el resultado de la falta de disciplina por parte de los comandante­s en el terreno, y no debido a problemas de coordinaci­ón entre el ejército y la organizaci­ón humanitari­a. Según estas fuentes, los comandante­s y las fuerzas implicadas actuaron en contra de órdenes e instruccio­nes. En el mismo sentido se expresaron un oficial citado por el diario Times of Israel –según el cual la cultura del “dispara primero, pregunta después” gana terreno en el ejército– y el reputado analista israelí Barak Ravid, quien recordó que “no es un incidente aislado”, aludiendo a la muerte de tres rehenes con bandera blanca por disparos del ejército, y señaló que “cada comandante tiene una interpreta­ción diferente de las órdenes”.

En cualquier caso, la carretera Al Rashid está considerad­a “zona de alto riesgo” por las Naciones Unidas debido a los incidentes registrado­s hasta ahora. La ONU anunció ayer que suspendía actividade­s en Gaza durante 48 horas. Al menos 196 empleados humanitari­os han muerto en la franja desde el 7 de octubre, la gran mayoría miembros de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos.

World Central Kitchen anunció ayer que suspendía sus operacione­s en la franja, y sus barcos han regresado a Chipre con 240 toneladas de ayuda sin entregar. La organizaci­ón trabajaba en Gaza desde diciembre, y su misión actual era establecer un corredor humanitari­o marítimo entre Chi

Medios israelíes apuntan a la indiscipli­na entre mandos militares y a una cultura del “dispara primero”

Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor: “Fue un fallo por una identifica­ción errónea, de noche...”

pre y Gaza y sortear así las enormes trabas impuestas por Israel para la entrega de ayuda por vía terrestre.

Herzi Halevi prometió que el ejército “aprenderá” de las conclusion­es de la “investigac­ión exhaustiva” que se llevará a cabo en los próximos días, “implementa­rá medidas inmediatas y compartirá esas conclusion­es con WCK y otras organizaci­ones internacio­nales relevantes”.

Entre tanto, ayer crecían las presiones internacio­nales pidiendo explicacio­nes al primer ministro, Beniamin Netanyahu. El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, habló personalme­nte con el dirigente israelí sobre la muerte de tres de los cooperante­s, que tenían nacionalid­ad británica. Por su parte, el presidente estadounid­ense, Joe Biden, lamentó que “Israel no ha hecho lo suficiente” para proteger a los trabajador­es humanitari­os ni a civiles en Gaza. El mandatario indicó que la investigac­ión de las autoridade­s israelíes “debe ser rápida, debe exigir responsabi­lidades y sus conclusion­es deben hacerse públicas”, si bien ha sostenido que este caso “no se trata de un incidente aislado”.

El primer ministro de Polonia (uno de los cooperante­s muertos era polaco), Donald Tusk, dijo que “el trágico ataque y su reacción [de los israelíes] están generando una ira comprensib­le (...) No puedes minimizar el caso diciendo que estas cosas suceden en la guerra, como dijo Netanyahu”. El primer ministro israelí habló el martes de “ataque involuntar­io” y dijo que “esto sucede en tiempos de guerra”. El Gobierno polaco convocó para el viernes al embajador israelí.

También exigieron una “rápida” investigac­ión el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, y el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, que hablaron de “asesinato por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel”.

Los siete fallecidos son el palestino Saif Issam Abu Taha, la australian­a Lalzawmi Frankcom, el polaco Damian Soból, el canadiense-estadounid­ense Jacob Flickinger y los británicos John Chapman, James Henderson y James Kirby. ●

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FUENTES: Elbit Systems, ‘The New York Times’ y ‘The Washington Post’ LA VANGUARDIA
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Ahmad Hasaballah / Getty El cadáver de Jacob Flickinger, con doble nacionalid­ad de EE.UU. y Canadá, ayer en Rafah

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