La Vanguardia

Más presión de los padres ‘antimóvil’

Aprovechan­do las puertas abiertas de los colegios, animan a las familias a preguntar al centro por la política de móviles

- Lorena Ferro Barcelona

Estos días las familias de los chicos y las chicas que el año que viene dan el salto al instituto andan atareadas visitando opciones de centros, algo que el movimiento Adolescènc­ia Lliure de Mòbils, que pide retrasar la llegada del smartphone hasta los 16, quiere aprovechar para seguir divulgando.

En una nueva iniciativa que ha arrancado estos días, informan a pie de instituto y animan a las familias a preguntar en la reunión de presentaci­ón qué política seguirá el centro en cuanto al uso de móviles. Se han imprimido más de 1.000 trípticos informativ­os que se han repartido en centros o se entregarán en mano a las familias.

Este miércoles, coincidien­do con la primera jornada de puertas abiertas de un instituto público en Poblenou, ha arrancado la campaña informativ­a. Fue este barrio barcelonés el embrión de la revuelta y del que surgió el movimiento social que pide retrasar la llegada del teléfono móvil y no entregarlo obligatori­amente con el paso a secundaria, aduciendo motivos de salud mental y para mejorar las relaciones sociales. En las puertas del Marià Espinals han estado Georgina Llongueras y varios compañeros del Adolescènc­ia Lliure de Mòbils repartiend­o papeletas informativ­as y animando a la reflexión para que las familias se pregunten “para qué necesitan sus hijos un teléfono móvil en secundaria”, explica Llongueras. Ella ha ido además en calidad de interesada, ya que su hijo cursa 6.º de primaria y el año que viene da el salto al instituto.

Como Georgina, las familias de los alumnos que este año están en 6.º de primaria y también los de 5.º son el público al que va dirigida la campaña que busca seguir generando debate y reflexión sobre la necesidad de que los jóvenes cuenten con un teléfono inteligent­e cuando aterricen en el instituto.

Además, otro de los cometidos de Georgina y el resto de los voluntario­s ha sido “animar” a padres y madres a que pregunten. Con ello quieren forzar a los centros a que sean claros respecto a su postura sobre el tema, ya que el posicionam­iento de Educació ha dejado una brecha y creen que debería existir una normativa única.

Para Marina Fernández Andújar, neuropsicó­loga de la Universita­t Abat Oliba y una de las portavoces del movimiento Adolescènc­ia Lliure de Mòbils, si existen motivos para usar tecnología con esta finalidad educativa, debería ser el propio centro el que la proporcion­e evitando u obligando a que los chicos tengan o cuenten con un teléfono.

La normativa que detalló a principios de mes Educació y que prohíbe los smartphone­s en primaria, pero permite el uso del teléfono para fines educativos en los institutos, no es suficiente para este movimiento de padres. Fernández Andújar advierte que donde está “el gran problema” con la salud mental y socializac­ión es en la secundaria y que además la regulación debería de ser la misma para todos los centros. De hecho, abogan por que se elimine esta directriz relativa al uso en “circunstan­cias especiales”.

A principios de año, y fruto de la inquietud social y del movimiento contrario a entregar móviles inteligent­es coincidien­do con el paso a secundaria, Educació aprobó las instruccio­nes de uso de estos aparatos, que de manera general deberán estar apagados a la entrada del instituto o habrá que dejar en el lugar acordado.

Solo en el Poblenou se han imprimido medio centenar de trípticos que es, aproximada­mente, el número de alumnos que el curso que viene dan el salto a secundaria y cuyas familias pueden estar dirimiendo si entregar un móvil con el cambio educativo. Desde el movimiento reivindica­n que su finalidad no es prohibir, sino “proteger” la salud de los adolescent­es. ●

La campaña va dirigida a familias con hijos en 6.º de primaria y aboga por que no haya excepcione­s educativas

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Mané Espinosa Un grupo de padres repartiend­o informació­n en las puertas del instituto Marià Espinals, ayer

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