Colau: “Barcelona necesita un gran pacto por la convivencia”
La alcaldesa pide a comerciantes y restauradores que frenen los excesos
La alcaldesa Ada Colau hizo ayer gala de una cintura política cada día más ágil. La candidata de Bcomú participó en el último de los coloquios organizados por Barcelona Oberta, el Gremi de Restauració de Barcelona y La Vanguardia. Y nada más sentarse alabó el papel de tiendas y bares a la hora de preservar la identidad y la cohesión de los barrios, y también celebró el idilio de Barcelona y el Mobile World Congress, ¡hasta aplaudió la Copa del América! Sí, la misma alcaldesa que otrora dijo que si el Mobile se iba no pasaba nada y que los grandes acontecimientos no son el camino.
De hecho, la alcaldesa alcaldable aprovechó tercio para señalar que el origen de la guerra de las terrazas fue la ordenanza de Xavier Trias, y que fueron sus gobiernos quienes propiciaron un consenso que luego sirvió para superar la pandemia. Lo que pasa es que en esta ciudad los lobbies son muy amables con los políticos, sobre todo cuando ofician de anfitriones. Les cuesta ponerse el cuchillo entre los dientes. Y las palabras de los asistentes no cuadraban con sus expresiones. Además, ni comerciantes ni restauradores quisieron tratarla con más reticencias que al resto de los alcaldables.
Y, ante cuestiones como los horarios de las terrazas o la accesibilidad del centro, Colau no dio muestras de plantearse otra hoja de ruta e invitó a unos y otros a suscribir con los vecinos un pacto por la convivencia, y también a poner fin a los excesos de algunos negocios. “Queremos crear una mesa permanente, con todos”. Colau dejó claro que si gana las elecciones continuará su camino. Y con una sonrisa, y no de uñas, como tantas veces en foros parecidos, dijo que la alegre afluencia de público en el centro en Sant Jordi prueba que sus peatonalizaciones y restricciones al coche ni desalientan a los vecinos del área metropolitana a acercarse a Barcelona ni estrangulan el comercio. “Las regulaciones con diálogo garantizan el crecimiento y la protección de la diversidad”.
Al final, cuando los asistentes tomaron la palabra, los empresarios dieron a entender sus pareceres y sentimientos. La ciudad ha de regularse, las normas son necesarias... Pero ellos no regentan ni fast foods ni comercios globalizados, que ellos también son parte de Barcelona, que no son ejecutivos de grandes marcas... Y ya están cansados de que el Ayuntamiento les ponga tantos palos en las ruedas y necesitan un poco de cariño y complicidad.