La Vanguardia

El Gobierno alarga dos años más el plazo para salir del nuevo Caixabank

El núcleo duro de la dirección de Goirigolza­rri en Bankia queda fuera tras la fusión

- EDUARDO MAGALLÓN CONCHI LAFRAYA

El Gobierno dio ayer un voto de confianza de dos años a la entidad que saldrá de la absorción de Bankia por parte de Caixabank al prorrogar hasta el 2023 el periodo para salir del accionaria­do de la entidad. Se trata de la tercera prórroga que concede el Gobierno para llevar a cabo la desinversi­ón del 61,8% de Bankia. Una vez cerrada la fusión, esa participac­ión pasará a ser del 16,11% de Caixabank.

La prórroga se anunció el mismo día que el núcleo duro de Bankia, formado por cuatro personas (incluido el consejero delegado, José Sevilla), informó que no formará parte del nuevo proyecto. En paralelo, el actual presidente de Caixabank, Jordi Gual, podría estar vinculado en el futuro a la filial asegurador­a Vidacaixa, según fuentes financiera­s.

Tras el Consejo de Ministros, la portavoz y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, explicó que la finalidad de esa ampliación de plazos es favorecer la utilizació­n más eficiente de los recursos públicos maximizand­o la recuperaci­ón de ayudas, ya que se tendrá “más flexibilid­ad” en la estrategia de desinversi­ón. El grupo Bfa-bankia recibió una inyección de 22.424 millones de euros, de los que sólo ha devuelto 3.303 millones. Un total de 1.304 millones se recuperaro­n cuando el Estado vendió una participac­ión del 7,5% en febrero del 2014; 818 millones, con una segunda y última colocación de un 7% en diciembre del 2017, y el resto, con el pago de dividendos.

A día de hoy, la valoración del paquete en Bankia es de unos 3.000 millones, muy lejos de la cantidad pendiente de recuperar. La de ayer es la tercera prórroga que se da a la salida del Estado de Bankia después de las del 2016 y el 2018.

Mientras, la fusión avanza hacia el cierre de la operación previsto para el mes que viene. Ayer, en la sede de Bankia se vivió un consejo de despedidas con el anuncio de que cuatro de los directivos del equipo más próximo del actual presidente, José Ignacio Goirigolza­rri, no seguirán en la nueva Caixabank. Tres de ellos, además, llegaron al banco de la mano del propio Goirigolza­rri. Se trata del citado número dos, José Sevilla; el consejero ejecutivo y director general de personas, medios y tecnología­s, Antonio Ortega; y la directora general adjunta de comunicaci­ón y relaciones externas, Amalia Blanco. El secretario general del consejo, Miguel Crespo, ya estaba y continuó en el cargo.

“No puedo estar más agradecido al trabajo que han realizado los cuatro, cómo se han dejado la piel por sacar adelante la entidad y cómo han ayudado a cambiar el estado anímico de los profesiona­les de Bankia, que ha sido la verdadera fuerza que ha permitido situar a Bankia como el banco más solvente de entre las grandes entidades financiera­s”, apuntó Goirigolza­rri, informa Efe.

El que será nuevo presidente de Caixabank manifestó “comprender” la decisión de los cuatro directivos, pero al mismo tiempo lamentó la salida de todos ellos.

La marcha de su número dos, José Sevilla, sorprendió al mercado porque hace unos meses Goirigolza­rri dijo en la presentaci­ón de la operación en Valencia que se “mantendría en un puesto relevante” en la entidad fusionada. Según algunas fuentes, al no formar parte del nuevo consejo de administra­ción de Caixabank, Sevilla opta por abandonar el barco, ya que no podía aceptar un puesto de nivel inferior al que actualment­e ocupa. Otras fuentes apuntan que Sevilla no dio opción a que le ofrecieran nada y que apostó por cerrar una etapa.

Otro de los miembros del comité de dirección que ya han notificado que se va es el director financiero de Bankia, Leopoldo Alvear, que ha sido fichado por el Sabadell para ocupar el mismo puesto en la entidad catalana. Alvear llega al nuevo equipo que está configuran­do César González-bueno en su papel de consejero delegado.

El comité de dirección definitivo de la nueva Caixabank se dará a conocer mañana jueves después del consejo de administra­ción que realizará la entidad. Salvo sorpresa de última hora, el actual número tres de Caixabank, Juan Alcaraz, mantendrá su puesto en el nuevo organigram­a del banco fusionado. Oficialmen­te, la entidad con sede

PRESIDENTE

El futuro de Jordi Gual podría estar vinculado a Vidacaixa, según fuentes financiera­s

ENTIDAD FUSIONADA

El Estado mantendrá una participac­ión del 16,11% en el capital de Caixabank

operativa en Barcelona mantiene silencio hasta que se valide ese nuevo equipo. Fuentes consultada­s dan por hecho que en el nuevo comité de dirección habrá algún miembro provenient­e de Bankia, pero que, como se hizo público ayer, no serán de la primera línea de Goirigolza­rri.

Quien ya se ha anunciado que dejará su cargo en Caixabank es el actual presidente, Jordi Gual, a quien fuentes financiera­s sitúan en el consejo de administra­ción de la asegurador­a Vidacaixa (filial al 100% de Caixabank). No obstante, fuentes del banco señalaron ayer que “no está cerrado y no se ha adoptado ningún acuerdo todavía” en esta cuestión.

Mientras, los trabajador­es de Caixabank confían en que una vez fijado el comité de dirección obtengan informació­n sobre el impacto que tendrá la fusión en la plantilla. El nuevo Caixabank cuenta con una plantilla de trabajador­es potencialm­ente prejubilab­les de unas 7.500 personas, según fuente sindicales. No obstante, las mismas fuentes advierten que el ajuste podría superar esa cifra y estar en torno a las 10.000 personas.

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La marca comercial de Bankia va a desaparece­r antes del verano, aunque la integració­n tecnológic­a no llegará hasta finales del ejercicio
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MANÉ ESPINOSA

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