La Vanguardia

Jxcat y PDECAT llevan su pugna a los juzgados entre acusacione­s y reproches

- J, GISBERT

La vista preliminar por la propiedad de la marca Jxcat quedó ayer vista para sentencia. El PDECAT había presentado una demanda por la usurpación de las siglas por parte del entorno de Carles Puigdemont con la petición de que se adopten medidas cautelares que dejen la maniobra en suspenso, y la magistrada del juzgado de primera instancia número 3 de Barcelona, después de escuchar a las partes, tendrá ahora que decidir si la acepta o no. Y lo hará después de haber conducido una sesión en la que debajo de la corrección de las formas judiciales se escondió la dureza de la pugna política que mantienen Jxcat y el PDECAT.

En este contexto, el abogado de Jxcat acusó a la formación heredera de CDC de querer “paralizar la vida” del nuevo partido del expresiden­te de la Generalita­t y consideró que la demanda era un “fraude de ley”, mientras la letrada del PDECAT responsabi­lizaba a Jxcat de pretender “apropiarse del capital político” del partido de David Bonvehí. La judicializ­ación del control de la marca Jxcat ha sido precisamen­te el desencaden­ante de la escisión sufrida por el PDECAT, que de momento se ha saldado con un reguero de bajas importante­s –desde el 130.º presidente de la Generalita­t a los consellers, los presos y un sinfín de cargos institucio­nales– que han roto el carnet y se han pasado a la nueva formación de Puigdemont.

El abogado de Jxcat argumentó que el PDECAT “no tiene legitimida­d” para presentar ninguna demanda, porque Jxcat como partido político estaba registrado por tres trabajador­es del PDECAT y no por la dirección y, además, el PDECAT no es “ni afiliado ni socio” de Jxcat. El letrado cifró en 493.200 euros –4.110 afiliados que pagan 120 euros de cuota al año– los “daños irreparabl­es” que causaría la suspensión de la actividad de Jxcat y que reclamó, llegado el caso, como compensaci­ón. La abogada del PDECAT señaló, por su parte, “irregulari­dades”

en el cambio de las escrituras de la propiedad de las siglas.

La juez deliberará entre diez y quince días, según fuentes judiciales, y después emitirá el fallo. Si acepta la petición del PDECAT, el funcionami­ento del nuevo Jxcat creado por Puigdemont quedará bloqueado. Si la rechaza, la marca continuará bajo su dominio.

La juez deliberará entre diez y quince días para decidir si deja en suspenso el nuevo partido de Puigdemont

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