‘Succession’ y ‘Watchmen’ triunfan en los Emmy virtuales
‘Schitt’s Creek’ hace historia al llevarse los principales premios en la categoría de comedia
En la ceremonia más atípica celebrada hasta la fecha, la 72 edición de los premios Emmy de televisión coronaron a Succession como mejor drama y a Watchmen como mejor miniserie, aunque fue Schitt’s Creek la gran triunfadora de la noche al llevarse por primera vez todos los principales premios en la categoría de comedia.
“Hola y bienvenidos a los Pandemmys!”, dijo el presentador Jimmy Kimmel desde el Staples Center de Los Ángeles para inaugurar una gala de los Emmy en la que la mayoría de los famosos participaron remotamente desde sus casas. La pandemia del coronavirus se llevó por delante la alfombra roja y el público presencial. En su lugar, los productores enviaron equipos de cámaras y micrófonos a todos los nominados, dispersos en 125 lugares del mundo, que eligieron cómo y dónde querían ser vistos. Chistes sobre la pandemia, bromas políticas y llamamientos a la justicia racial protagonizaron la velada.
Con la cosecha de premios de Succession y Watchmen, HBO fue la compañía más distinguida en esta edición con 30 galardones (tenía 107 nominaciones) y superó a Netflix, que recibió 160 candidaturas pero finalmente se quedó con 21 premios. Dos compañías que debutaban en estos Emmys tuvieron suerte dispar: Disney+ ganó ocho galardones (siete para The Mandalorian) mientras que Apple TV+ no tuvo gran reconocimiento para su apuesta The morning show, que solo obtuvo el Emmy al mejor actor dramático de reparto para Billy Crudup.
El año pasado Juego de tronos se despedía como la serie más premiada en la historia de los Emmy con 59 estatuillas, incluida la de mejor serie dramática. Su sucesora en esta categoría, nunca mejor dicho, ha sido Succession, un cóctel perfecto de poder, política y familia, en la mejor línea shakesperiana, protagonizada por una acaudalada familia propietaria de un conglomerado mediático. Succession recibió siete Emmy, incluido el de mejor actor para Jeremy Strong, quien se impuso con su papel de hijo oprimido a su compañero de reparto y padre en la serie, Brian Cox.
Precisamente Jesse Armstrong, el creador de la serie de HBO, pronunció uno de los discursos más políticos: “Quiero no dar las gracias al presidente Donald Trump por su horrible y no coordinada respuesta al coronavirus, quiero no dar las gracias al presidente Boris Johnson por hacer lo mismo en mi país (el Reino Unido), quiero no dar las gracias a todos los gobiernos nacionalistas que están haciendo lo opuesto a lo que necesitamos ahora, y quiero no dar las gracias a todos los magnates de los medios que hacen tanto por la gente en el poder”.
Watchmen, adaptación muy libre del cómic de Alan Moore y Dave Gibbons que plantea una inteligente reflexión sobre el racismo en Estados Unidos, fue la serie más premiada de la noche con once distinciones,
incluida la de mejor actriz para Regina King por su papel de hábil detective. “Tengan claro que su voto en las próximas elecciones cuenta”, aseguró King, que vistió una camiseta con la imagen de la joven afroamericana Breonna Taylor, que murió a disparos de la policía. Y es que Watchmen ha conectado con las reivindicaciones antirracistas de Black Lives Matter. Su creador, Damon Lindelof, dedicó su Emmy a las víctimas y supervivientes de la matanza de la comunidad negra en Tulsa, Oklahoma, en 1921, que en parte inspiró la serie.
La noche también deparó sorpresas, como la victoria contra pronóstico de Zendaya, quien con su brillante papel en Euphoria derrotó a la favorita Jennifer Aniston (The morning show) y se convirtió, con 24 años, en la ganadora más joven de esa categoría en los Emmy.
También fue sorprendente el reconocimiento para Schitt’s Creek, serie canadiense que hizo historia al llevarse por primera vez todos los principales premios en la categoría de comedia. Tampoco nunca una comedia había anotado tantos galardones en una sola ceremonia (nueve en total contando los de las galas previas). Un brillante colofón para las seis temporadas de esta comedia sobre un adinerado clan que se reinventa tras arruinarse.
Jimmy Kimmel presentó una atípica gala donde la mayoría de famosos participaron desde sus casas