Francisco Reynés
Presidente de Naturgy
Francisco Reynés anunció ayer un cambio en la estructura corporativa de Naturgy que reforzará la competitividad de la empresa para hacer frente a la entrada de nuevos operadores en el sector y a la crisis del mercado de la energía.
El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, anunció ayer un cambio en la estructura de negocio del grupo para hacer frente a la situación excepcional provocada por el coronavirus y la transformación que vive el mercado de la distribución de energía con la entrada de nuevos competidores como Repsol, Total o Cepsa.
Reynés explicó en la junta de accionistas de la empresa, que se celebró por primera vez de forma telemática, que la entrada en el mercado de “nuevos operadores con músculo financiero” obliga a la empresa a reestructurar su negocio de comercialización minorista. Así, la compañía creará tres unidades ejecutivas de negocio, que dirigirán tres directivos de nueva incorporación: Pedro Larrea, Jorge Barredo y Carlos Vecino. Estos ejecutivos reportarán directamente a la presidencia, y coordinarán a las cuatro unidades ya existentes. Larrea, al frente de la Unidad de Gestión de la Energía y Redes, tendrá especial relevancia, ya que se focalizará en evolucionar y optimizar el negocio tradicional. Este directivo procede de empresas como Endesa o Ferroatlántica y posee una larga trayectoria en relaciones con los reguladores.
Reynés explicó también que Naturgy ha iniciado la renegociación de los contratos de compra de energía con sus proveedores, con el objetivo de adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado energético, en el que se han producido “caídas sin precedentes” en los precios, por un aumento de la liquidez y por la caída de la demanda que han producido los confinamientos para frenar la expansión del coronavirus.
La empresa, explicó, pretende llegar a acuerdos amistosos con sus proveedores, dado que los contratos “ya prevén estas negociaciones sin esperar a su vencimiento”, pero no descartó recurrir a “procedimientos judiciales o arbitrajes” en caso de que no sea posible. A su juicio, la situación actual del mercado energético va más allá del impacto de la Covid-19 y tiene una parte estructural “por cómo han cambiado muchas industrias, hacia un uso más eficiente de la energía”.
La negociación afecta también al contrato de suministro de gas con Argelia. Reynés recordó que Sonatrach es también accionista de la compañía, y confió que entenderá la necesidad de llegar a acuerdos win-win para que la compañía pueda ajustarse rápidamente a las nuevas circunstancias y seguir siendo competitiva. “El arbitraje será el último recurso”, afirmó.
El presidente de la empresa energética señaló que la firma va a “acelerar la implantación del plan estratégico” para priorizar la reducción de su perfil de riesgo, ser más competitiva y reforzar su liquidez, que tras las nuevas emisiones alcanza los 10.000 millones de euros, lo que, aseguró, “nos permite dormir tranquilos”. El ajuste no contempla despidos masivos, pero la empresa prevé continuar “llegando a acuerdos individuales de salida” con algunos trabajadores. La firma no quiso concretar si mantendrá las inversiones que prevé el plan, señalando que en estos momentos la incertidumbre sobre el futuro impide hacer previsiones más allá del corto plazo.
Por el momento la empresa ha paralizado su programa de recompra de acciones propias durante este año, aunque aseguró que prevé mantener su política de dividendo. Así, la junta, como estaba previsto, aprobó ayer el dividendo de un total de 1,37 euros en efectivo por acción a cargo de los resultados del 2019, un 5% más que en el 2018.
Con la liquidez acumulada, la crisis puede dar a la compañía la oportunidad de realizar nuevas compras. Sin embargo, aseguró Reynés, “priorizaremos la creación de valor sobre la posibilidad de ganar tamaño, y manteniendo siempre la disciplina financiera”.
El directivo explicó que Naturgy ha activado diversas medidas para dar apoyo a sus clientes y proveedores afectos por la pandemia, que han incluido el aplazamiento del pago de las facturas a 125.000 familias. Asimismo, la compañía, con aportaciones de la plantilla y los consejeros, han donado 2,3 millones al programa la Cruz Roja Responde para la compra de material sanitario.
La entrada de grandes competidores como Repsol, Total y Cepsa sacude el mercado de la distribución de energía