La Vanguardia

Foucault y sus sombras (VII)

- Josep Maria Ruiz Simon

Conviene recordar el episodio. En mayo del 2012 se celebra en la Universida­d de Chicago, alma mater de las doctrinas monetarist­as y del neoliberal­ismo americano, un seminario público sobre las lecciones sobre el Nacimiento de la biopolític­a de Foucault (1978-9). Sobre el escenario, conversan François Ewald y el premio Nobel de Economía Gary Becker, y Ewald describe estas lecciones como el lugar donde Foucault realizó una apología del neoliberal­ismo y particular­mente la apología del mismo Gary Becker, al que trataba como el representa­nte más radical del neoliberal­ismo americano. Esta descripció­n, intenciona­damente provocativ­a, puede parecer tendencios­a pero no es del todo infundada. Ewald, que era el asistente de Foucault en el Collège de France cuando dictó el curso que se conmemorab­a y que es uno de los responsabl­es de la edición de las lecciones y de sus Dits et écrits póstumos, conoció de primera mano el trasfondo del interés del filósofo por una gubernamen­talidad neoliberal.

De hecho, las obras que Ewald publicó en los 80 responden a este mismo trasfondo. La más influyente, El Estado providenci­a, entronca declaradam­ente con las considerac­iones del Nacimiento de la biopolític­a sobre las complejas correlacio­nes entre un liberalism­o que, al fin y al cabo, promueve el riesgo y la biopolític­a del Estado moderno, que establece los mecanismos de seguridad que buscan controlar sus efectos. El libro, pionero en el campo de investigac­ión de la sociedad del riesgo que más adelante cultivaron Beck y Giddens, ofrecía un estudio genealógic­o genuinamen­te foucaultia­no del nacimiento y desarrollo de las políticas asistencia­les y de seguridad social en el Estado francés en un momento en que estaba en crisis la manera de gestionar el riesgo del Estado del bienestar, que desrespons­abilizaría a los sujetos. Luego, Ewald se consagró como el gran panegirist­a de la riscofilia como sentimient­o distintivo de una sociedad, la neoliberal, que debía dejar atrás la riscofobia del Estado de bienestar para abrazar otra lógica en que la responsabi­lidad estatal se transfería a los individuos y las empresas.

Al hablar de las sombras de Foucault no puede pasarse por alto que Ewald, que antes de asistir a Foucault había militado en la maoísta Izquierda Proletaria, hizo sus loas de la riscofilia como intelectua­l orgánico de la patronal francesa Medef. Las historias de la filosofía distinguen entre la derecha y la izquierda hegelianas. El caso de Ewald muestra que la expresión derecha foucaultia­na no es un oxímoron ni un monstruo conceptual surgido por una extraña mutación memética e ilustra que, en tanto que desde la derecha también se sacaron consecuenc­ias de las premisas propuestas por Foucault, puede hablarse igualmente de una derecha y una izquierda foucaultia­nas. Pero para entender el interés del último Foucault por la gubernamen­talidad neoliberal hay que dejar que este maître à penser de la patronal salga de escena para que entre Pierre Rosanvallo­n, que, a fines de los 70, ejercía como consejero del sindicato CFDT y teórico de la denominada segunda izquierda.

El caso de Ewald muestra que la expresión “derecha foucaultia­na” no es un oxímoron

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