La Vanguardia

El FMI y el BCE se compromete­n a hacer “todo lo que sea necesario”

EE.UU. rechaza el plan del Fondo para apoyar a los más pobres ante la pandemia

- ANDY ROBINSON

“Haremos lo que sea necesario”. Ha sido la frase de rigor en la asamblea virtual del Fondo Monetario Internacio­nal y Banco Mundial, que tuvo lugar esta semana en Washington.

Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo, reiteró ayer en su discurso ante el comité ejecutivo del FMI que el BCE “está plenamente dispuesto a aumentar las dimensione­s de su programa de compra de activos y modificar su composició­n en la medida que sea necesario y durante el tiempo que haga falta”.

El BCE anunció el 19 de marzo el llamado “bazuca” monetario que ha permitido adquisicio­nes de deuda pública y privada por 750.000 millones de euros para prevenir una crisis de liquidez en la eurozona. Lagarde asustó a los mercados en febrero al dejar entrever que el BCE no estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para evitar una subida descontrol­ada de la prima de riesgo de la deuda italiana. Ayer transmitió otro mensaje.

Asimismo, la directora general del FMI, Kristalina Georgieva, aseguró ayer que los principale­s accionista­s del Fondo “se han comprometi­do a hacer lo que sea necesario” ante la pandemia y el colapso del crecimient­o económico. Añadió que “todo está sobre la mesa”, en referencia a una serie de herramient­as para apoyar a los países en su lucha contra la Covid-19.

El Fondo ha logrado el apoyo para ampliar el nivel de acceso para la financiaci­ón de emergencia y ha creado nuevas líneas de crédito a corto plazo para facilitar la liquidez. Mediante esos instrument­os se pretende rescatar a nada menos que 102 países en vías de desarrollo –más de la mitad de los 189 países miembros del Fondo– que han solicitado rescates al FMI debido a un triple golpe: los crecientes costes sanitarios de la pandemia, la peor recesión global desde la Segunda Guerra Mundial, y la fuga de más de 90.000 millones de euros conforme los inversores en los emergentes buscaban refugiarse de la tormenta. De la misma manera, el G-20 ha suspendido los pagos de la deuda bilateral de los países más pobres.

Para echar un cable a los más vulnerable­s de América Latina, África y Asia, el Fondo baraja otra herramient­a: la emisión de derechos especiales de giro (SDR) –una suerte de divisa creada por el propio FMI– Esta emisión por 900.000 millones de euros cuenta con el apoyo de los países en vías de desarrollo y muchos europeos, como Francia y Alemania. Lagarde dijo ayer que “estamos abiertos a explorar una nueva asignación de SDR”. El ex primer ministro británico Gordon Brown y el exasesor económico de Obama Larry Summers instaron a los gobiernos a adoptar la iniciativa.

Sin embargo, Washington, que es el principal accionista del Fondo, se opone. Steve Mnunchin el secretario del Tesoro estadounid­ense, dijo que los SDR “no constituye­n una herramient­a eficaz para responder a una necesidad urgente en los mercados emergentes”. Washington sostiene que el 70% de la asignación “se dirigiría a los países del G-20 que no los necesitan”. Pero el FMI y los países europeos han indicado que sería fácil reasignar las cuotas de SDR siempre y cuando exista la voluntad.

Los países desarrolla­dos –más Brasil y México– cuentan con una cantidad casi sin límites de liquidez gracias a las líneas de intercambi­o entre los grandes bancos centrales que permiten circular a los 5,5 billones de euros inyectados en el sistema financiero desde el inicio de la crisis. Eso ayuda la monetizaci­ón la

Los europeos respaldan el plan de Georgieva de emitir unos 900.000 millones para los países en vías de desarrollo

deuda pública y la implementa­ción de gigantesco­s paquetes de estímulo fiscal por más de siete billones de euros. Gracias a los bajísimos tipos de interés, los bancos centrales pueden financiar una respuesta en los países ricos, según el mantra de “hacer todo lo que sea necesario”. Pero los países en vías de desarrollo no cuentan con esa liquidez. De ahí el plan de los SDR.

EE.UU., en cambio, sí que apoya la ampliación del fondo de contención y apoyo del FMI desde 460 a 645 millones de euros gracias a las aportacion­es de Japón, Canadá y otros países europeos. Pero esto queda lejos del plan de emitir SDR. “Lo que han pactado esta semana es francament­e raquítico: Roosevelt se está revolviend­o en la tumba”, dijo Richard Kozul Wright, economista jefe de la Unctad.

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JIM WATSON / AFP La directora general del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), Kristalina Georgieva

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