Con achaques creando obras maestras
La RAE dice de la vejez: “Achaques, manías, actitudes propias de la edad de los viejos”
Según el diccionario de la RAE, la vejez es la “cualidad de viejo”, y la “edad senil, senectud”. Pero en la tercera acepción, añade: “Achaques, manías, actitudes propias de la edad de los viejos”. Pero la realidad, como demuestra el reportaje que acompaña a estas líneas, corrige el diccionario.
En la vejez se pueden crear obras maestras. Y nadie puede decir que Sófocles, Verdi, Saramago o Ana María Matute no fueran viejos cuando construyeron algunas de sus obras más importantes. Sí es cierto que, cuando hablamos de un modo coloquial, podemos usar la palabra vejez con un tono despectivo, pero hoy nuestra sociedad no puede despreciar a una persona de 80 o 90 años como si ya no valiera para nada, sólo por el hecho de hacer caso a una fecha marcada en el calendario.
¿Quién puede decir que con esa edad no se puede escribir o pintar, o componer música, o cocinar una receta exquisita, o cantar o interpretar a todo un Rey Lear, como ha hecho Núria Espert? ¿O Montserrat Carulla en La reina de bellesa de Leenane? ¿O Lola Herrera y Las cinco horas con Mario, que representa desde hace cuarenta años, ahora que tiene 84? La vejez, y esta acepción no sale en los diccionarios, es un valioso tesoro por una acumulación de sabiduría y de experiencia.
Joan Manuel Serrat contaba en una ocasión que había dejado de interpretar Señora porque ya no tenía la edad de aquel joven que le reprochaba a la madre de su novia que se lo mirara con desconfianza. Ella, que le había dado a su hija toda la buena educación posible y que ahora iba con un melenudo: “Ese por quien llora su hija, / ese ladrón que os desvalija /de su amor soy yo, señora”. Y un buen día el grupo navarro Marea, más jóvenes que él, sí, pero que la han seguido cantando de mayores, la versionaron y Serrat consideró que, a pesar de su edad, también la podía seguir cantando.
El arte no tiene que ver con la edad. O quizá sí, pero de un modo positivo. Lo que llaman “la escuela de la vida” es la gran universidad del mundo y no se puede echar a la basura como si nada. También canta Serrat en otra canción: “A los viejos se les aparta / después de habernos servido bien”. Pues bien. Si los diccionarios quieren ponerse al día, y ayudar a ser un poco más humanos en esta crisis sanitaria de órdago, tendrían que añadir una nueva acepción:
Vejez: “Edad en que la sabiduría de una persona llega a su punto más elevado”.