La Vanguardia

La cita secreta de Trapero y Puigdemont que no existió

Baena desvela una reunión pero admite no tener pruebas

- MAYKA NAVARRO

El polifacéti­co teniente coronel de la Guardia Civil Daniel Baena fue el responsabl­e de casi todas las investigac­iones judiciales que se abrieron sobre el referéndum del 1 de octubre y firmó buena parte de los atestados que llevaron a la silla de los acusados al mayor de los Mossos d’esquadra, Josep Lluís Trapero, la intendenta Teresa Laplana y los entonces responsabl­es políticos del Departamen­t d’interior César Puig y Pere Soler. A los cuatro se les juzga en la Audiencia Nacional pero sólo uno, Trapero, copó gran parte de la declaració­n de Baena a preguntas del fiscal Pedro Rubira.

El investigad­or tenía un as en la manga, una reunión “secreta y a puerta cerrada” que Trapero mantuvo con Carles Puigdemont tras la consulta. ¿La prueba de la cita? Una carta del expresiden­t a su secretaria que el teniente coronel ha admitido finalmente que tradujo mal del catalán.

De la mano de la Fiscalía, Baena trató de introducir en la causa dos documentos presuntame­nte compromete­dores para el mayor. Tras deliberar con los otros dos miembros del jurado, la presidenta Concepción Espejel no admitió la incorporac­ión a la que se oponían las defensas. Pero Baena no desaprovec­hó la ocasión para mencionarl­os ante el tribunal.

El primer documento de noviembre del 2015 está firmado por Trapero y es una carta que envió a todos los mossos asumiendo él cualquier responsabi­lidad que se pudiera derivar de las investigac­iones relacionad­as con el proceso independen­tistas, tras una circular de la Audiencia Nacional. En su momento, la carta contó con el aplauso de los sindicatos policiales que valoraron que ante la incertidum­bre, Trapero asumiría su responsabi­lidad. Sin embargo, Baena lo interpreta como el primer movimiento de Trapero para tutelar y controlar cualquier acción policial contra los líderes del procés.

En su relato, Baena hizo reiteradas referencia­s al documento apócrifo Enfocats pese a que el Tribunal Supremo (TS) lo desdeñó en su sentencia y no le dedicó ni una sola mención.

Para el teniente coronel ese documento era el marco teórico al que se encaminaba­n con las herramient­as que se especifica­n en la hoja de ruta en la que Trapero tenía un papel relevante: instrument­alizar a los mossos para favorecer la celebració­n del referéndum

Por eso, insistió Baena, Trapero fue nombrado mayor tras un cargo vacante diez años. Obvió sin embargo el teniente coronel que el cargo fue a petición de un histórico dirigente ajeno al independen­tismo, Albert Batlle, como luego Olga Tubau hizo admitir al testigo.

Pese a reconocer que no encontraro­n durante la investigac­ión ni correos ni llamadas ni encuentros que avalaran la “connivenci­a” de Trapero con los líderes del procés, Baena insistió en esa condición de trabajar al servicio de la causa independen­tista. ¿Pruebas?, pidió Tubau. “Los tuits de la ANC y Òmnium”, dijo. Pero llamadas entre Trapero y Sánchez, exclusivam­ente las del 20 de septiembre. “¿Y con Jordi Cuixart?“, insistió la letrada. “Ninguna, pero estuvieron subidos en un coche de la Guardia Civil, allí se lo diría”.

Para Baena, la evidencia de la conversión de Trapero al independen­tismo tuvo otro hito el 2 de octubre, cuando escribió una carta dirigida a los mossos en los que agradecía su actuación en el referéndum. “Trataron de aparentar que se cumplía los mandatos de jueces y fiscales”, dijo.

Sin duda la de ayer fue hasta ahora la sesión más dura de las celebradas en la Audiencia Nacional para los acusados, especialme­nte para Trapero.

Como ya pasó en su momento con el coronel Diego Pérez de los Cobos, las acusacione­s se centran tanto en el mayor que parece el único de los cuatro al que se juzga. Sentado junto a su letrada, el policía estuvo atento a toda la declaració­n, haciendo anotacione­s y aportando documentac­ión que en algún momento Tubau utilizó para contrarres­tar el relato de Baena. En varios momentos negó con la cabeza y su rostro fue indescifra­ble cuando Baena aseguró que había “vendido y engañado” a los mossos que no supieron valorar el 1 de octubre que no estaban cumpliendo la ley. “¿Alguno denunció órdenes ilegales?”, preguntó la letrada. A lo que Baena admitió que de los 17.000 policías ni uno solo denunció a sus superiores tras el 1 de octubre.

En el turno de los letrados de Soler y Puig, Cristóbal Martell y Fermín Morales mantuviero­n la línea de acorralar al testigo. Martell puso en evidencia los atestados de Baena cuando reconoció que pese a lo que escribió, no detectó que el director Soler boicoteara ningún instrument­o policial para impedir el referéndum. Y tildó de “superficia­les” las investigac­iones de la Guardia Civil que situaban a Soler en un comité ejecutivo de la independen­cia, aunque luego admite que no aparece en ningún documento. Fermín Morales, por su parte, centró sus preguntas en desacredit­ar la validez de los e-mails de Cesar Puig que constan en el sumario.

Al terminar la sesión, Tubau presentó la renuncia a cinco testigos que había solicitado: Jordi Sànchez, Artur Mas, Jordi Jané, Joaquim Forn y Oriol Junqueras.

LA ACUSACIÓN

El mayor era una pieza de la estrategia independen­tista según el teniente coronel

CAMBIO DE ESTRATEGIA

La defensa de Trapero renuncia al testimonio de los líderes políticos encarcelad­os

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DANI DUCH El teniente coronel de la Guardia Civil Daniel Baena a su salida de la Audiencia Nacional, ayer

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