Nicolás Maduro
Presidente de Venezuela
El régimen venezolano se apoya cada vez más en los
colectivos, grupos paramilitares que ayer utilizó para volver a impedir el normal funcionamiento de la Asamblea Nacional, en manos de la oposición. La democracia parece inviable en Venezuela.
Prosigue la disputa entre el Gobierno venezolano y la oposición por ocupar físicamente la Asamblea Nacional (AN), la única institución que hasta ahora controlaba el antichavismo. El autoproclamado presidente interino de Venezuela y titular del Parlamento, Juan Guaidó, no pudo ingresar ayer al Palacio Federal Legislativo después de que grupos de choque chavistas, los denominados colectivos, bloquearan el edificio generando pánico y agrediendo a diputados opositores y sus acompañantes, ante la pasividad policial. Guaidó decidió trasladar la sesión a un anfiteatro.
El líder opositor no llegó a trasladarse a la AN, sino que envió en uno de sus vehículos blindados a una delegación encabezada por el vicepresidente de la Cámara, Carlos Berrizbeitia, y varios diputados, para constatar si era seguro celebrar la sesión. La avanzada y su comitiva fue recibida con palos y piedras por los colectivos, sin que las fuerzas del orden lo impidieran.
La diputada Delsa Solórzano, que iba dentro del coche, denunció que fueron tiroteados, aunque los daños de los vidrios parecen más de piedras que de balas. “Se trató de un atentado contra nuestras vidas porque ellos no estaban al tanto de saber que el vehículo era blindado, así que evidentemente trataron de matarnos”, aseguró Solórzano.
El Parlamento venezolano es bicéfalo desde que el 5 de enero Guaidó fuera reelegido por los suyos como presidente de la AN, al igual que el diputado opositor disidente, Luis Parra, fuera designado al frente del legislativo con el apoyo del chavismo, en una sesión irregular. Parra y Guaidó convocaron sesiones para el pasado martes, pero luego el “presidente interino” cambió el pleno al miércoles para evitar incidentes. Sin embargo, el número dos del chavismo y presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) –un Congreso paralelo controlado unánimemente por el oficialismo– Diosdado Cabello, convocó el mismo martes una reunión en el Palacio Legislativo a la misma hora del miércoles que lo había hecho Guaidó.
Tras evitar la entrada de los opositores en la AN, Cabello ingresó al Parlamento y agradeció su acción a los colectivos, considerados grupos paramilitares por la oposición. “Me siento orgulloso de los colectivos defensores de estos espacios de la revolución bolivariana”, afirmó. “Si nos toca defender esta Asamblea, lo vamos a hacer; así somos los revolucionarios, no necesitamos una invitación con bordes de oro, lo único que necesitamos es que el clarín de la patria suene y aquí estaremos con lo que podamos, defendiendo la patria”, agregó Cabello. “Me siento orgulloso de ustedes, hermanos, que nos presentemos así, como un sólido grupo”, indicó el número dos chavista.
Mientras tanto, en el anfiteatro de El Hatillo, municipio cercano a Caracas de alcalde antichavista, Guaidó presidía un pleno de la AN donde, tratando de dotarse de credibilidad, quedaron vacíos con su nombre los asientos de los diputados oficialistas y opositores disidentes, incluido el de Parra. “Ellos quieren seguir exponiéndose de manera brutal como lo que son, unos dictadores”, dijo Guaidó al llegar a El Hatillo, denunciando la “complicidad” del Gobierno y las fuerzas de seguridad con “los colectivos, los paramilitares”.
Cabello dice sentirse “orgulloso” de los ‘colectivos’ armados y Guaidó celebra el pleno en un anfiteatro