Multa a Daimler
Tal como antes le sucedió a Volkswagen, Daimler, fabricante de Mercedes-benz pagará una multa de 870 millones de euros por las emisiones contaminantes de los diésel.
Después de más de cuatro años desde que se descubrió el escándalo de las emisiones, el tema sigue pasando factura a las grandes marcas automovilísticas. La Fiscalía de Stuttgart impuso ayer una multa de 870 millones de euros a Daimler, fabricante entre otros de Mercedesbenz, por manipulación de las emisiones contaminantes de sus vehículos.
La decisión cierra el procedimiento abierto contra Daimler. La compañía asegurado tras conocer la sanción que no va a presentar alegaciones, con lo que también evita así un proceso judicial. La Fiscalía argumenta que las incongruencias entre las emisiones reales de óxidos de nitrógeno (NOX) de ciertos modelos diésel del fabricante y los niveles que Daimler había consignado implican a su juicio un “incumplimiento negligente de la obligación de supervisión de la dirección”. La compañía logró así, prosigue la Fiscalía en su comunicado, que los modelos diésel obtuvieran el permiso de circulación pese a no cumplir en parte con los límites de emisiones.
La investigación comenzó con la llamada a talleres con la que la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) obligó a revisar 684.000 vehículos de Daimler, medida contra la que la compañía presentó alegaciones. El fabricante explicó ayer que la decisión de la Fiscalía no tendrá repercusiones en los resultados empresariales correspondientes al tercer trimestre.
Por otro lado, la Fiscalía de la ciudad de Braunschweig acusó ayer a otros tres altos directivos de Volkswagen por el escándalo de las emisiones. En concreto, se han presentado cargos penales por manipulación del mercado de valores contra el actual consejero delegado de Volkswagen,
El fabricante de Mercedes acepta una sanción de 870 millones para zanjar el asunto
Herbert Diess, su anterior consejero delegado, Martin Winterkorn, y su presidente, Hans Dieter Poetsch. En esta pieza se les acusa de haber informado “deliberadamente tarde del escándalo del diésel”.
De acuerdo con las diligencias en curso, Martin Winterkorn sabía de los posibles daños que iban a derivarse del caso “a más tardar en mayo del 2015”, Pötsch el 29 de junio y Diess –por entonces responsables de las marcas– el 27 de julio, pero que ninguno de los tres cumplió con esa obligación de informar.
En lugar de eso, el caso saltó a la luz el mes de septiembre siguiente, a raíz de las acusaciones difundidas por las autoridades estadounidense. El pliego de la acusación recuerda, a modo de trasfondo del asunto, que Volkswagen estaba en esos momentos interesada en lanzar al mercado estadounidense un diésel adaptado a las normas vigentes en Estados Unidos para las emisiones de esos motores. Al no estar en disposición de hacerlo, se dotó a esos modelos de un software capaz de engañar y ocultar que se estaban superando los niveles de emisiones permitidos.
Las nuevas acusaciones de la Fiscalía aluden sólo indirectamente a la manipulación de los datos sobre emisiones y se centran en la cuestión de si se pretendió ocultar la dimensión del caso a los inversores para evitar o paliar las consecuencias financieras.