La Penya acaba con la maldición
Un triste Barça cae en Badalona por primera vez en los últimos 12 años
Seguramente, si un entrenador rival pudiera escoger fecha para enfrentarse al Barça Lassa lo haría en un día como ayer. “No era el mejor día para ellos”, admitía Carles Duran, técnico del Divina Seguros Joventut, después del triunfo de su equipo ante los blaugrana. Con la mente puesta en el decisivo partido de Euroliga del miércoles en Estambul y el enorme cansancio acumulado en unas últimas semanas de competición frenéticas, el equipo de Pesic cayó en el Olímpic de Badalona por primera vez en las últimas 12 temporadas.
Aunque sería fácil echarle la culpa a la tan especial situación del Barça, resultaría de lo más injusto no otorgar casi todos los méritos de la victoria a una excelsa Penya, que no afrontaba el partido en su mejor momento pero que recuperó la sonrisa a tiempo para coger un poco de aire en su pugna por acabar entre los ocho primeros y meterse en los playoffs.
La exhibición coral del equipo verdinegro ni siquiera necesitó la mejor versión de Laprovittola para acabar con las pocas fuerzas que llevaba el Barça en la mochila en su visita a Badalona. Aunque no hizo rotaciones en el acta, se ocupó Pesic de cuidar a sus hombres más importantes, especialmente, en la pintura. Tomic, 16 minutos, o Seraphin, 12, deberían llegar al Sinan Erdem en perfectas condiciones, que al fin y al cabo parece lo más trascendente en el equipo blaugrana.
Aunque el dominio fue siempre de la Penya, salvo en el 7-8, el Barça no desapareció del partido hasta el tramo final del tercer cuarto, cuando por momentos se revivió el histórico desastre vivido ante el Efes en el Palau en el tercer partido de la serie. Con un acierto exterior brillante, los verdinegros fueron estirando el marcador hasta los 19 puntos (66-47, min 29) ante el jolgorio en las gradas del Olímpico. Los triples de McFadden, el espectacular rendimiento de Harangody y el extraordinario trabajo defensivo de Todorovic con todo aquel que osó plantarle cara convirtieron el último cuarto en diez minutos de baloncesto intrascendente, más allá de la fiesta montada en Badalona.
El Barça ve recortada su diferencia al frente de la tabla a un solo partido sobre el Real Madrid pero si gana al Efes habrá sido su derrota más dulce de la última década.