Un banco de ADN mundial
Las empresas de genealogía colaborativa están supliendo la función de un banco de ADN universal que permita a cualquier ciudadano introducir su información genética en aras de rehacer relaciones de parentesco truncadas. Sin embargo, la expansión de este tipo de plataformas se encuentra con limitaciones legales en algunos países y de poder adquisitivo, ya que el kit de ADN más económico cuesta en torno a los 70 euros, una cantidad poco asequible en países pobres.
Es por este motivo que algunas de estas compañías están tejiendo acuerdos de colaboración con asociaciones de niños robados. Este es el caso de My Heritage, que ha anunciado que donará 5.000 kits de ADN gratuitamente en España, Chile, Colombia y México. Recientemente, la plataforma ha conseguido reunir al sueco Tobías Ohrn, que fue sustraído de su familia a los siete meses y dado en adopción, con dos de sus hermanos biológicos, Norma y Rubén Viveros. En España se han registrado otros casos de personas adoptadas de manera irregular que han conseguido reencontrarse con su familia biológica a través de plataformas de genealogía colaborativa. Por ejemplo, el pasado 30 de marzo Cristina Benítez, nacida en 1968 en Madrid, pudo hallar a su hermano biológico, Óscar, tras lograr contactar con un primo tercero, lo que le permitió llegar hasta una prima segunda y, posteriormente, encontrar el paradero de su hermano. No obstante, el presidente de S.O.S Raíces Adoptados, Enrique J.Vila Torres, admite que “el porcentaje de encuentros es muy bajo”, lo que atribuye a la poca implantación que todavía tienen estas compañías en países europeos, si bien se muestra esperanzado de que las bases de datos colaborativas de ADN incorporen muchos más perfiles genéticos.