Borràs contempla elecciones como respuesta a la sentencia del juicio
Laura Borràs es una mujer de palabras. Tanto es así que su currículum la describe como exconsellera de Cultura y exdirectora de la Institució de les Lletres Catalanes. Pero la número dos de JxCat al Congreso también quiere que se la reconozca como “una mujer de palabra”, es decir, alguien en quien confiar. De este modo pide el voto para la formación posconvergente, con la promesa de ser fiel al mandato del 1-O y condicionar una posible investidura de Pedro Sánchez.
“No le volveremos a regalar la presidencia como hicimos en la moción de censura”, advirtió ayer Borràs al presidente del Gobierno en el foro Barcelona Tribuna. Y es que cree que el jefe de filas del PSOE “no ha aprovechado el cheque en blanco” que se le concedió. Un talón que tras este 28-A cambiará de precio: “Ojalá el PSOE necesite nuestros votos porque ello hará que Sánchez tenga que escuchar nuestras exigencias: el mandato del 1-O”.
Sin embargo, desde Ferraz, la respuesta es diáfana: “Nunca es nunca”, repite Pedro Sánchez, en un final de campaña en el que ha enfriado las posibilidades de pactos con los independentistas. “Sánchez renuncia a lo que debería ser el estandarte de la política: dialogar, ser valiente, reconocer al otro y parlamentar”. Abdicar de ello, a juicio de Borràs, es “una renuncia indigna de alguien que aspira a gobernar un país”. La candidata posconvergente desdeñó, además, los cantos del PSOE hacia la profundización del autogobierno: “Tenemos un autogobierno fake porque el Estado se guarda el comodín de la justicia”.
Pese a ello, los presos que encabezan tres de las cuatro listas de JxCat al Congreso –Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull– tendieron la mano a un ejecutivo estable de los socialistas siempre que se contemple la autodeterminación como opción de salida a la crisis territorial. “Efectivamente”, respondió, tajante, Borràs, para garantizar que JxCat votará en contra de una investidura del líder socialista sin este compromiso sobre la mesa. Punto e fricción entre los discursos de JxCat y ERC después de que los republicanos aseguraran que no facilitarán ni por acción ni por omisión un gobierno de extrema derecha. Aun así,
Borràs apeló a la unidad de acción independentista en las
Cortes.
Mismo mensaje de comunión que la exconsellera reivindicó para la futura respuesta a las sentencias del juicio del procés, momento que, aseguró, “cerrará el ciclo abierto el 1-O”. “El referéndum lo hicimos juntos como país y la reacción deberá ser igual”, señaló una Borràs, que admitió que “ello puede comportar elecciones”. Una variable, la del avance electoral en Catalunya, que hasta hoy JxCat mantenía en segundo plano.
A diferencia de la tónica general de su campaña, Borràs imprimió una pátina económica a su conferencia en el foro organizado por La Vanguardia, la Asociación Española de Directivos y Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País. En este sentido, enumeró su decálogo de agravios: desde el olvido del corredor mediterráneo hasta la centralizada gestión de puertos y aeropuertos, pasando por la falta de inversión en Rodalies. “Tenemos los pies y las manos atadas”, afeó, para defender la independencia como el mejor proyecto económico para los 7,5 millones de catalanes: “Catalunya vive un dinamismo económico que requiere una acción política para gestionar sus recursos”.
En su último día de campaña, Borràs se rodeó de los consellers Damià Calvet, Àngels Chacón, Mariàngela Vilallonga y Jordi Puigneró. También acudieron a la cita los miembros de la Mesa del Parlament Josep Costa y Eusebi Campdepadrós, el presidente del PDECat, David Bonvehí, y Miquel Roca, que presentaron a la exconsellera.
La candidata de JxCat advierte que no volverán a “regalar una investidura” a Pedro Sánchez