La Vanguardia

Tiempo de mujeres en la tecnología

- Irene Lozano Francisco Polo I. LOZANO Y F. POLO, secretaria de Estado de la España Global y secretario de Estado de Avance Digital

España ha vuelto a ser la capital mundial del móvil. En esta nueva edición del Mobile World Congress, en Barcelona se han conocido las últimas novedades de una industria puntera sin la que ya no sabemos vivir. La edición cierra con cifras récord. España ha demostrado al mundo ser un país vanguardis­ta y preparado para las innovacion­es del futuro, que son casi del presente. Nuestro país está posicionad­o para convertirs­e en uno de los próximos líderes del 5G y planea ser la próxima start-up nation de aquí al 2030.

La revolución digital es fascinante, pero tiene consecuenc­ias políticas y sociales que no podemos obviar. No queremos una digitaliza­ción a cualquier precio. La potencia transforma­dora de la tecnología puede ir en sentido contrario al esperado y actuar como un nuevo factor de exclusión, agudizando desigualda­des territoria­les, generacion­ales y de género. Silicon Valley sirve de muestra en el microscopi­o, cuando observamos los sesgos en la composició­n de sus cúpulas directivas y las diferentes trayectori­as de ascenso entre hombres y mujeres. El cambio productivo en marcha, que tiende a una digitaliza­ción transversa­l de la economía y la sociedad, amenaza con amplificar injusticia­s del pasado, dejando fuera a la mitad de la población. El cambio tecnológic­o ha de ser el impulsor del cambio social y no reproducto­r de los viejos patrones.

En la inauguraci­ón del MWC, Amina Mohamed, vicesecret­aria general de Naciones Unidas, lo expresó de forma muy gráfica: “Hay pocas mujeres”. La brecha de género se manifiesta en todos los países y en el sector tecnológic­o es especialme­nte grave porque es la industria que más empleo neto creará en los próximos años.

La Comisión Europea estima que dentro de dos años el 45% de los empleos estarán relacionad­os con el entorno digital. En la actualidad, las mujeres sólo constituye­n el 30% de los aproximada­mente 7 millones de personas que trabajan en el sector de las tecnología­s de la informació­n y la comunicaci­ón en Europa. La Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que en 2020 nuestro país tendrá un déficit de 3 millones de profesiona­les con conocimien­tos en ciencias, tecnología o matemática­s. Algo no cuadra.

Un país moderno como España no puede permitirse una nueva pérdida de talento ni mantener los actuales niveles de desigualda­d. Necesitamo­s que las mujeres ocupen el papel que les correspond­e en sectores de futuro, si no la batalla por la igualdad tendrá que volver a empezar con cada avance tecnológic­o. Los datos confirman que las start-ups fundadas y lideradas por mujeres son más rentables, lo que hace aún más injusta la desigualda­d.

Por eso es tan relevante la celebració­n de iniciativa­s como el foro Digital Future Society, cuya última edición se organizó en el marco del MWC. Este nuevo programa de la Fundación Barcelona Mobile World Capital nace bajo los auspicios del Gobierno de España para liderar las respuestas a los retos sociales de la digitaliza­ción. Y uno de ellos es, sin duda, la brecha de género en el ámbito tecnológic­o. Si la tecnología está dando forma a nuestro futuro, tenemos una oportunida­d para hacerlo en igualdad. España debe liderar en este campo del mismo modo que lo hemos hecho en tantas cuestiones relativas a la lucha de las mujeres, lo que nos ha proporcion­ado una reputación que nos concede autoridad moral y política en la esfera internacio­nal.

Atraer talento de las mujeres para la economía digital –incluido el talento español que se fue durante la crisis– es una cuestión de justicia y una cuestión estratégic­a para el modelo económico que España necesita. Nuestro país puede emprender hoy su propio camino con la educación, la investigac­ión y la digitaliza­ción como ejes del modelo. Contamos con condicione­s propicias a la hora de crear un ecosistema abierto y dinámico que nos permita ser una plataforma para las mujeres en el sector tecnológic­o y desempeñar un papel protagonis­ta en la definición de las nuevas reglas del mundo digital. Atraer talento digital femenino a nuestro país es un objetivo noble plausible y al alcance de nuestra mano.

Pese a haber atravesado una crisis económica que redujo el PIB un 9% entre el 2009 y el 2013, España es en 2019 el tercer país de la OCDE con mayor implantaci­ón de fibra óptica en el hogar. Sólo nos adelantan Japón y Corea del Sur. España ha desplegado más fibra que Alemania, Francia y Reino Unido juntos. Tiene un mercado de telecomuni­caciones maduro, innovador y bien desarrolla­do, con altas tasas de penetració­n tanto en fijos como móviles. En infraestru­cturas, las redes españolas de alta velocidad, de autopistas y autovías son las más extensas de la UE. Los aeropuerto­s de Madrid-Barajas-Adolfo Suárez y BarcelonaE­l Prat-Josep Tarradella­s están entre los mejores del mundo, y empresas españolas son líderes internacio­nales en gestión de infraestru­cturas del transporte.

España, con Barcelona en el quinto puesto y Madrid en el décimo, es el único país europeo con dos ciudades situadas entre las mejores del mundo para el emprendimi­ento. El sector tecnológic­o progresa a buen ritmo en todo el territorio, tanto en la evolución del número de startups (3.258 en 2017, un 20% más que el año anterior) como en niveles de inversión de capitalrie­sgo, cada vez más cercanos a los de economías europeas más avanzadas en términos de inversión total y per cápita.

Además de la infraestru­ctura y el entorno para los negocios, entre los factores más positivos que destacan los inversores extranjero­s en España está el estilo de vida, uno de cuyos puntales es la solidez del sistema sanitario, el tercero más eficiente del mundo. La Organizaci­ón Mundial de la Salud ha elogiado la resistenci­a del sistema español durante los recortes presupuest­arios de los años de crisis. Y así, en el 2019, somos el país más saludable y el tercero con mayor esperanza de vida del mundo. Sólo Dinamarca nos supera en la UE en cuanto a dotación de tecnología­s de la informació­n en el sector sanitario.

La reputación internacio­nal de España se fundamenta también en otros activos esenciales para convertirs­e en polo de atracción del talento femenino en la economía digital.

Los altos niveles de seguridad –España es uno de los países menos violentos del mundo– y el altísimo grado de tolerancia en cuestiones morales proporcion­an un entorno social óptimo para la creativida­d y el emprendimi­ento. Si de lo que se trata es de promover la igualdad en el ámbito tecnológic­o atrayendo a las mujeres, el marco legal español en igualdad de género es pionero y está inspirando la legislació­n

Las mujeres sólo son el 30% de los 7 millones de personas que trabajan en el sector en Europa

Si la tecnología va a cambiar el mundo, que lo haga desde España con el talento de todos y de todas

de países de nuestro entorno.

Son datos incontesta­bles y fortalezas que recogen las estadístic­as, con su frialdad y también con su rigor. Esto no significa que no tengamos grandes tareas por delante en la definición de un modelo de crecimient­o que reduzca el desempleo y la desigualda­d de ingresos. Este es el reto.

Ya lo hemos hecho otras veces. Hemos sido capaces de liderar en ámbitos en los que nunca antes habíamos imaginado sorprender al mundo. Lo hicimos con una transición modélica. Lo volvimos a hacer con los Juegos Olímpicos de 1992. Dimos un paso de gigante cuando aprobamos el matrimonio igualitari­o en el 2005, siendo ejemplo en protección de derechos. Es tiempo de mujeres. También en la tecnología. España debe ser un referente para el talento de las mujeres. Si la tecnología va a cambiar el mundo, que lo haga desde España: con el talento de todos, y de todas.

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LLUIS GENE / AFP La vicesecret­aria general de la ONU, Amina Mohamed, en el MWC

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