La Vanguardia

Un vendaval ‘hispano’ barre todas las dudas

Un parcial de 1-7 al inicio del segundo tiempo acaba con la resistenci­a macedonia

- TONI LÓPEZ JORDÀ

A España le hacía falta un mal trago, un rival antipático como Macedonia, para poner a prueba su capacidad de reacción, su nivel de madurez y su fortaleza como ensayo general para su primera minifinal, hoy ante Croacia, con la primera plaza del grupo B en juego (y poder sumar 2 puntos más para la segunda fase). Los de Jordi Ribera cumplieron con creces al envite balcánico con un arranque de segundo tiempo para enmarcar. De lo mejor del torneo.

Después del susto contra Japón, motivado sobre todo por la incomodida­d de un rival tan aguerrido como desconocid­o, España se encontraba con un adversario familiar. Desde el banquillo, con el dúo Raúl González (PSG)-Roberto García Parrondo (Vardar), hasta la pista, con los exazulgran­a Lazarov y Ristovski. Un arma de doble filo, tanta familiarid­ad, ya que los dos técnicos son sobradamen­te conocedore­s de los entresijos del equipo español.

Aunque también Ribera sabía de la querencia de Jota González por jugar sin portero, con siete jugadores de pista, es decir, con ventaja numérica; un sistema tan anómalo como incómodo para afrontarlo. “Pero cuando te lo hacen, tienes las herramient­as para defenderte”, comentaba el profesor de Sarrià de Ter, que replicó con su defensa 6:0 muy móvil, basculando para cerrar los huecos de los dos pivotes, y en ocasiones en 5:1, con mixtas sobre el lanzamisil­es Lazarov.

A España le costó frenar la superiorid­ad numérica de Macedonia, que llegaba a irse de 3 goles (5-2, 6-3), con un amplio repertorio: los cañonazos de Lazarov, las colgadas a Manaskov, los martillazo­s de Peshevski desde 6 metros... Hasta que Gonzalo Pérez de Vargas, deslucido en anteriores citas, empezó a sacar brazos y piernas. El meta azulgrana enlazó paradas –acabó con un 18/38 (47%)–, que combinadas con las buenas acciones de movilidad de los Dujshebaev y de Entrerríos dieron la vuelta al marcador. Un giro al simultáneo que llegó, precisamen­te, en un gol de portería a portería (vacía) de Gonzalo, el 7-8. A partir de ahí, España tomó la iniciativa a base de velocidad, con Sarmiento y Aleix Gómez, que establecía el 12-13 para ir al descanso. La renta podía haber sido superior de no haber estrellado seis balones a los palos.

El arranque del segundo tiempo fue demoledor: parcial de 1-7 en 5m, para plantarse en un cómodo 13-20, con goles al contragolp­e (9) y a portería vacía que caían como misiles

GRAN CAPACIDAD DE REACCIÓN Las paradas de Pérez de Vargas (18) y la batuta de Entrerríos (5), conjugadas con velocidad, son la clave

en la meta macedonia. Los balcánicos probaban su propia medicina. Es lo que tiene atacar sin portero...

Con 6-7 goles de renta España se hizo con el tempo del juego, administró a su antojo la ventaja y convirtió la segunda parte en un divertimen­to pensando en Croacia.

España: Gonzalo (2), Solé (1p), A. Dujshebaev (2), Aginagalde (3), Cañellas (2), Fernández (1), Entrerríos (5); Morros, Gurbindo (1), Sarmiento (2), Aleix (6, 1p), Ariño (3), Guardiola, Figueras, D. Dujshebaev (4).

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