El carril bici de Via Laietana divide a Ayuntamiento y comerciantes
Una treintena de entidades se agrupan para ofrecer una alternativa a los planes municipales
La división entre el gobierno de Ada Colau y los comerciantes de Via Laietana a santo de la reforma de este eje no cesa de crecer. Unos y otros entienden que el principal problema de la avenida es su tráfico insoportable, insostenible, indignante... Además, tal y como muestra la foto sobre estos párrafos, muchos ciclistas circulan por donde les da la gana. La Via Laietana es una de las calles de Barcelona que más exabruptos inspiran. Unos y otros están de acuerdo en que las aceras han de ser ampliadas, en que el peatón ha de ganar espacio. Pero sus planes para reordenar la calzada y rebajar sus humos y ruidos están enfrentados. Así se puso ayer de manifiesto en la presentación de la Taula per la Via Laietana, la nueva plataforma de una treintena de entidades constituida para ofrecer una alternativa a los planes municipales.
“Hace mucho que esta reforma es necesaria –dijo David González, de la asociación de comerciantes–. Pero el proceso participativo del Ayuntamiento es incompleto. Le falta rigor técnico y no nos representa. Tiene demasiadas ideas preconcebidas”.
Las pretensiones del Ayuntamiento de acomodar el paso de la bici mediante la instalación de una ciclovía agravan este divorcio. Los comerciantes se oponen de un modo tajante a este tipo de segregación y apuestan por el establecimiento de carriles compartidos donde la velocidad máxima permitida sea de 30 km/h. De este modo no sería necesario restringir el tráfico de subida a fin de otorgar a los ciclistas su propio carril. Como dijo ayer el profesor de la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de la Universitat Politècnica de Catalunya, Julián Galindo, asesor de los comerciantes de la zona, “la Via Laietana tiene unos 20 metros de anchura, aquí cabe lo que cabe”. Según los técnicos municipales, los conductores que emprenden el camino de subida lo hacen sobre todo para entrar en la ciudad. Disponen de alternativas para ello: el paseo Lluís Companys y la avenida Paral·lel. Sin embargo, los comerciantes, y también la asociación de vecinos de la Barceloneta, piensan que esta medida aislará aún más el barrio. A su entender, de este modo, la Via Laietana continuará siendo una barrera entre los barrios que la envuelven.
A los comunes, no obstante, los carriles compartidos les parecen una iniciativa insuficiente. En estos momentos las espadas están todo lo alto. De un modo velado, a base de indirectas e insinuaciones, unos y otros se acusan mutuamente de boicotear el debate, de no mostrarse dispuestos a ceder ni un ápice. La Via Laietana es el último de los grandes ejes de Barcelona pendiente de reforma. La reivindicación de los comerciantes viene de los años del alcalde Hereu. Atenderla nunca fue una prioridad del gobierno de Colau. Siempre dijo que la ciudad y sus barrios tienen otras muchas necesidades. De todas formas, sendas propuestas son aún apenas un boceto. Ninguna de ellas es todavía oficial, siquiera firme.
La del gobierno de Colau depende del proceso participativo abierto seis meses atrás a fin de que la ciudadanía haga sus aportaciones al proyecto de reforma. El proceso se encuentra en estos momentos en sus últimas fases. Sus conclusiones estarán listas en primavera. El gobierno municipal confía en disponer de un anteproyecto de reforma de la Via Laietana antes de las elecciones, y en que comiencen las obras durante el próximo mandato. Este fue siempre su compromiso.
Pero los comerciantes entienden que el ejecutivo de los comunes
SEGREGAR LA CALZADA...
El Consistorio se muestra más partidario de habilitar una vía para los ciclistas
...O COMPARTIR ESPACIOS Muchas entidades ciudadanas apuestan por establecer una zona 30 para vehículos y bicis
condicionó en exceso este proceso participativo, que planteó las alternativas de un modo muy sesgado con el objetivo de que se impongan sus tesis, que en verdad las grandes decisiones ya están del todo tomadas. Por ello los comerciantes presentaron ayer su Taula Tècnica, su propio espacio de discusión para definir palmo a palmo su propuesta final. Esta mesa será su particular proceso participativo. Según fuentes próximas al gobierno municipal, los comerciantes están enfadados porque el Ayuntamiento abrió el
AMPLIANDO EL ZOOM Los comerciantes creen que esta reforma es un proyecto de ciudad
LA PETICIÓN DE LA BARCELONETA El barrio teme que las restricciones del tráfico compliquen sus comunicaciones
debate a los vecinos de los alrededores, lo planteó como una cuestión de proximidad.
Los comerciantes responden que las opciones que el Ayuntamiento propuso a los participantes en su proceso participativo marcan con un complaciente “ok” aquellas que plantean un carril exclusivo para los ciclistas, y con un “ko” mucho más inquietante aquellas que dibujan viales compartidos. La verdad es que los técnicos municipales no ven con buenos ojos que coches y bicicletas circulen por el mismo lado de la calzada, sobre todo en el distrito de Ciutat Vella, muy especialmente en el barrio del Gòtic. El último plan municipal de movilidad del distrito ya apunta que la saturación de bicicletas, patinetes eléctricos y otros muchos trastos sobre ruedas que padecen muchos puntos de Ciutat Vella obligará en un futuro aún borroso a aplicar muy duras restricciones al paso de estos medios de transporte. Hablamos de un problema de convivencia, principalmente en el norte del Gòtic. Pero los técnicos entienden que estas restricciones a unos vehículos tan sostenibles no podrán llevarse a cabo si no se ofrecen alternativas seguras, sobre todo en los viales que atraviesan el distrito. Otra de las medidas que baraja el gobierno municipal a fin de acomodar el paso de los nuevos medios más sostenibles, también a largo plazo, pasaría por eliminar el paso del Bus Turístic.