¿Un segundo referéndum del Brexit?
EN los últimos meses, los europeístas británicos han conseguido sacar decenas de miles de personas a la calle pidiendo un nuevo referéndum sobre el Brexit, sobre todo porque consideran que la consulta estuvo contaminada por las mentiras de los partidarios de salir de la UE. Pancartas como “Aún no nos hemos ido”o “Queremos tener la última palabra” estaban presentes en la manifestación del 23 de junio pasado, cuando se cumplieron dos años de la aciaga fecha. La City, horrorizada con lo que se le viene encima –incluso en el caso de que sea un Brexit blando–, anda atenta a estos movimientos, que secunda con la esperanza de que el electorado tome conciencia de la tragedia que se avecina. No tan sólo no habrá más dinero para la sanidad, sino que los recortes debilitarán el sistema de salud.
Mientras Theresa May sabe que apenas tiene un mes para presentar un nuevo memorándum para salir de Europa ordenadamente y con los mínimos costes, después del fiasco de la pasada semana, el líder laborista Jeremy Corbyn ha aceptado apoyar un segundo referéndum sobre el Brexit, una vez que la conferencia nacional de su partido aprobara ayer en Liverpool la celebración de otra consulta. Sin embargo, la prioridad de Corbyn era un adelanto electoral que le permitiera vencer a May, en retroceso en las encuestas, antes de negociar una nueva relación con la UE. De hecho, uno de cada dos británicos quiere pronunciarse de nuevo.
Corbyn, que en las elecciones de hace un año consiguió el 40% de los votos y dejó sin la mayoría absoluta a los tories ,es consciente de que una salida a la brava sería un drama. May replica que volver a votar supondría una “traición a la democracia” y, para no ser arrollada por los suyos, acaba de proclamar que el Reino Unido no dará un trato preferente a los trabajadores europeos. Como el capitán del Titanic, ve acercarse el iceberg y pone rumbo a toda máquina. Habrá que ir cogiendo los chalecos salvavidas.