Lo interesante a veces es saber ir lento
Eludir la linea de presión. Fue la clave del partido. De salida el entrenador portugués, un auténtico especialista para jugar contra equipos ofensivos con un juego de definido, decidió con un gran criterio situar la línea de presión lo suficientemente retrasada para no alargar su equipo, pero suficientemente adelantada para que España no pudiera situarse en campo contrario. Cuando los lusos creyeron en eso España lo pasó realmente mal. Tanto ofensiva como defensivamente el juego español fue muy pobre. Cuando las angustias por defender el resultado hicieron que los portugueses retrasaran diez metros su primera linea de presión, España consiguió situar a sus jugadores en campo contrario. Y entonces el juego se enriqueció en ataque y defensa. Quedó claro que la batalla táctica residía en la capacidad para mantener por parte de Portugal esa línea de presión y por parte de España evitarla para situarse en campo contrario.
Reacción emocional. El primer cuarto de hora de la selección fue lamentable en intensidad y concentración. Un dato tremendamente revelador fue que de los siete u ocho balones en largo, todos absolutamente todos, fueron prolongados por un jugador luso. Pero no solamente prolongados sino que lo hicieron con una gran precisión. Todo ello producto de una actitud contemplativa de la selección. Y cuando un equipo cae en esa dinámica y se le pone en contra el marcador es muy difícil cambiar el rumbo del partido. Pero los jugadores que forman esta selección tienen un nivel de calidad y una capacidad competitiva extraordinaria y dieron un vuelco táctico al partido.
Superar una buena táctica. Fernando Santos se dio cuenta de que los suyos habían retrasado en exceso la línea de presión
Tres fallos increíbles de Nacho, De Gea y Piqué rescataron a Portugal
abriendo las puertas para que España pudiera instalarse en su campo. Ordenó sobre el minuto 30 adelantar de nuevo 10 metros la línea de presión. Y fue entonces cuando España dio muestras de su poderío rectificando su juego para anular la táctica rival. Como muy bien dijo hace poco Vettel, muchas veces lo interesante es saber ir lento. Si en la primera fase del encuentro España perdía el esférico por el ansia de instalarse en campo contrario, en esa segunda fase decidió tener toda la paciencia del mundo para esperar el momento oportuno para pasar la frontera. Tocaron más veces los centrales, dando tiempo a los movimientos de sus compañeros. Hasta el punto que un par de veces el pase de los centrales buscaba la boya de Diego Costa que retrasaba su posición para ofrecer ayuda para la salida del esférico. Todos sus compañeros estaban marcados pero el no, porque ni Pepe ni Fonte se atrevían a abandonar su zona. Y una vez instalados en campo contrario entraban en acción los Busquets, Silva, Isco, Iniesta y Thiago y eso es juntar mucho futbol. Pero tres fallos increíbles de Nacho, De Gea y Piqué rescataron a Portugal.