Horta lucha contra el paro con sillas de ruedas
Barcelona invertirá un mínimo de 6,25 millones de euros en el desarrollo económico de Horta-Guinardó en los próximos cinco años
Una masía del siglo XIX, Ca n’Andalet, en el barrio de la Clota, de Horta-Guinardó, ejemplifica eso que Gerardo Pisarello llama “la economía puerta a puerta”. El teniente de alcalde dijo ayer, a propósito del plan de desarrollo económico de este distrito, que las ferias y acontecimientos que tienen lugar una vez al año en Barcelona tienen mucha importancia, pero no hay que olvidar esta otra economía “de proximidad, viva los 365 días del año”.
En Ca n’Andalet, una pieza clave de Horta-Guinardó en la reinserción laboral y la lucha contra el paro, enseñan por ejemplo a ponerse en la piel de una persona obligada a ir en silla de ruedas. Este centro, una de las joyas de la corona de la empresa municipal Barcelona Activa, no sólo forma y asesora a parados. También ayuda a buscar empleo. Dos de sus cursos están dedicados a la atención sociosanitaria, ya sea en domicilios particulares (480 horas lectivas) o en instituciones (370 horas). Los alumnos aprenden a colocar pañales o a elaborar menús adecuados para según qué tipo de enfermedades, entre otros conocimientos teóricos y prácticos. Hay aulas de informática, pero también otras que reproducen una habitación de un hospital o una residencia con camas y maniquíes que hacen de enfermos. Además de buscar salidas laborales, las lecciones fomentan la empatía, como descubren los estudiantes el día que pasan cinco horas en silla de ruedas. “Tenéis que descubrir qué sienten las personas con movilidad reducida”, les explican las profesoras.
Ca n’Andalet y su hermano ,el Mas Guinardó, prevén atender este año a más de 3.000 personas. Ambos centros serán dos de los beneficiados de la inyección municipal, con una inversión “mínima” de 6,25 millones de euros de aquí al 2022. Más de 34 entidades y 78 personas han elaborado el proyecto. El de Horta-Guinardó, que pondrá especial atención en barrios como la Clota, Guinardó, Teixonera y Sant Genís, es el quinto plan de desarrollo económico de los distritos de Barcelona. Antes hubo los de Ciutat Vella, Nou Barris, Sant Andreu y Sants-Monjuïc. En junio tendrá lugar el sexto, y último de este mandato, el de Sant Martí.
Se trata de inversiones que complementan las del plan de barrios. En el caso de Horta-Guinardó, especialmente deficitario en tejido empresarial, están más que justificadas. El desempleo aquí, como recordó la concejal del distrito, Mercedes Vidal, supera la media: un 40% de las vecinas y vecinos en paro llevan así más de un año (el porcentaje en el resto de la ciudad es del 35,4%).
Cada uno de los cinco planes de desarrollo de distritos impulsados hasta ahora han sido distintos. El último en llegar, que fomentará los programas de empleo y orientación laboral y ayudará a jóvenes en riesgo de exclusión social, tendrá uno de sus ejes en unos bajos de más de 360 m2, que llevaban años en desuso y son propiedad del Patronat de l’Habitatge. Estos locales, en la avenida del Estatut, albergará una experiencia pionera de “cotrabajo con retorno social”.
Los ejemplos son más reveladores que el anglicismo (coworking) o que las definiciones. En este nuevo espacio vecinal, que se adecentará con una inversión inicial de 350.000 euros, se podrá aprender a cocinar o a reparar bicicletas y a diseñar moda, estudiar robótica o imprimir en 3D.
Una masía de la Clota imparte formación sociosanitaria en aulas que parecen salas de hospital o residencias