Barroca Sara
Sara Blanch Intérpretes: Sara Blanch, soprano; Vespres d’Arnadí, formación barroca Lugar y fecha: Auditorio de La Pedrera (18/III/2018)
Acontecimiento, sí. Un recital de la soprano Sara Blanch congrega a un considerable número de seguidores de la soprano de las tierras del Ebro, que se ha ganado a base de distinciones y éxitos el renombre que tiene ya, en plena juventud.
En esta ocasión, además, ha hecho conocer una faceta menos conocida de la ya suya notable carrera: el repertorio barroco, con arias de Händel y del repertorio atribuido a Vivaldi, tarea en la que ha contado con la exquisita formación barroca Vísperas de Arnadí, fundada ya hace algunos años por Dani Espasa y Pere Saragossa, el primero de los cuales ha llevado la dirección del acontecimiento desde el clavicémbalo con la solvencia y la musicalidad que lo han caracterizado siempre.
La joven soprano, pues, propone a través de su registro único y timbre flexible, un viaje por el barroco. Y el grupo de cuerda ha hecho una tarea ejemplar que, en el escenario, ha permitido brillar la soprano, que ha ofrecido dos grupos de arias de Händel y de Vivaldi.
En la primera parte, arias del Giulio Cesare de Rinaldo y de Alcina (esta última, el aria de Morgana Tornami en Vagheggiar) con una bonita cosecha de coloratura de muy alto nivel.
En la segunda parte Sara Blanch se ha mostrado todavía mejor vivaldista que händeliana, con un canto más liberado de preocupaciones técnicas y con un timbre más claro y penetrante. En esta segunda parte ha habido también una brillante interpretación del motete vivaldiano In furore justissimae irae de un grosor considerable por su complejidad vocal. En la primera parte la orquesta ha interpretado a uno bailo de la ópera Agrippina, de Händel, y en la segunda un concierto para cuerda de Vivaldi.
Sorprende que bastantes de los asistentes a la sesión aplaudieran a destiempo, lo que rompe el encanto. En cualquier caso el éxito fue absoluto. Un éxito al que Sara Blanch añadió como regalo la famosa aria Sombra nunca fu, del Jerjes, una aria dedicada a un árbol que da –en Persia– una sombra refrescante. Como la breve propina de nuestra cantante.