Los británicos no lo ven claro
CADA vez son más los británicos que piensan que votar Brexit fue un grave error: una encuesta reciente de The Guardian ha puesto de manifiesto que el 47% de los ciudadanos del Reino Unido estaría a favor de llevar a cabo una nueva consulta, frente a un 34% que se opone a la repetición del referéndum. La opinión pública empieza a darse cuenta del disparate que cometió cuando hace veinte meses votó la ruptura con la UE. Así se entiende que una nueva formación, Renew, inspirada en el movimiento En Marcha de Emmanuel Macron, haya lanzado una campaña en Gran Bretaña para que el país permanezca en la UE. Los impulsores de Renew definen la organización como centrista y esperan superar la desafección de los electores por conservadores y laboristas, actuando de ariete contra el Brexit. Su intención es presentar candidatos en todas las circunscripciones en las legislativas, previstas para el 2022. El único problema es que a finales de año se habrá cerrado la puerta abierta a un continente que se abrió en 1973.
Los británicos son conscientes de que las negociaciones están siendo un drama y de que el desenlace puede resultar una tragedia. El Gobierno de Theresa May tiene estudios reveladores en los que se advierte que las regiones que votaron Brexit son las que más sufrirán consecuencias. May empezó con la tautología del “Brexit es Brexit”, una frase que la ha perseguido a lo largo de unas negociaciones en las que cada vez levanta menos la voz y agacha más la cabeza. Y mientras, libran una batalla campal en su partido por el poder, a la vez que discuten qué hacer el día después con un país aislado.
Hasta ahora, sólo los liberaldemócratas defendían repetir la consulta, pero a diario aparecen nuevas iniciativas para lograrlo. El colectivo más movilizado son los jóvenes, que saben que les va en ello su futuro y que las peores fronteras son las mentales. Ellos son la esperanza entre tanta mediocridad apelmazada.