La Vanguardia

El manual del buen suplente

Jasper Cillessen es en la portería como Vermaelen: todo lo hace discreto pero con acierto

- J.B. MARTÍNEZ

El buen suplente tiene cuatro nombres, Jacobus, Antonius, Peter y Johannes, pero responde como Jasper (28 años). El ejemplo de profesiona­l que espera su momento está en la portería del Barça, su apellido es Cillessen, y es igual de discreto que su colega Thomas Vermaelen, uno de sus puntos de apoyo en el vestuario, aunque reparte más sonrisas que el belga. Parece que no está, siempre a la sombra del enorme Ter Stegen, pero cuando aparece suele actuar con criterio y con acierto. Puede ser más o menos espectacul­ar en sus intervenci­ones pero nadie tiembla al saber que en la Copa siempre juega el holandés. Un tipo cada vez más integrado, que nunca ha dado un problema, que no levanta la voz y que sigue trabajando con la ilusión del primer día. Cuando el Barcelona lo fichó por 13 millones fijos más 2 en variables sabía que lo hacía como segundo portero y ahí sigue. Su relación con el guardameta titular es franca, de sana competenci­a deportiva pero sin tiranteces personales, al contrario de cuando la pareja la formaban Ter Stegen y Bravo. También alternaban competicio­nes pero el alemán tenía el premio de la Champions, además de la Copa, mientras que en este caso los rangos son mucho más claros.

Así fue con Luis Enrique, y Ernesto Valverde continuó con la misma política desde el principio porque, a pesar de hacer una excelente pretempora­da, el holandés pasó al banquillo en cuanto Ter Stegen se incorporó tras sus vacaciones. Cillessen ha disputado siete partidos esta campaña, los coperos más el último de la liguilla de la Champions, y sólo ha encajado dos goles, los que le metieron el Celta y el Espanyol, partido en el que recibió lo que pareció una bola de papel desde la grada. Se quejó al colegiado aunque sin grandes aspaviento­s, en su línea de sobriedad. Pese a que debutó en un día aciago como barcelonis­ta, el 1-2 en la Liga ante el Alavés de la pasada campaña, a partir de entonces su presencia no ha coincidido con grandes desastres blaugrana.

Portero por vocación, ya que a los 9 años escribió en una libreta que de mayor quería ser el mejor guardameta del mundo, su gran ídolo fue su compatriot­a Edwin van der Sar, que también militó en el Ajax. A los 11 comentó, en tono de broma, otra profecía que se ha acabado cumpliendo, según reveló a la revista holandesa Helden. En un tour por el Camp Nou con sus padres y su hermano (clavado a él) les dijo que algún día jugaría en el Estadi.

Sus temporadas en el equipo de Amsterdam le sirvieron a Cillessen para adaptarse mejor al juego con los pies que forma parte de los requisitos esenciales de la posición en el Barcelona. En ese sentido, en más de una ocasión sus servicios en largo han estado en el origen de acciones de ataque muy peligrosas.

Fuera del fútbol el blaugrana todavía se encuentra en pleno proceso de perfeccion­amiento del español (recibe clases dos veces por semana y con Ter Stegen y Rakitic normalment­e habla en inglés) y está en contacto con la jugadora del Barça femenino Lieke Martens, entre otras razones porque es buen amigo de su novio. Es tiempo de Copa. Es tiempo de Cillessen.

SUS ‘PROFECÍAS’

A los 9 años escribió que quería ser el mejor portero y a los 11 comentó que un día jugaría en el Camp Nou

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