La Vanguardia

La arrogancia de Trump eclipsa su discurso de la nación

La llamada a colaborar con la oposición demócrata pierde fuerza por su tono partidista

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Hay que leer la letra pequeña, se acostumbra a aconsejar cuando se firma un contrato. Dada la personalid­ad bombástica del presidente Trump, cuando persevera en su actitud de comercial inmobiliar­io, la cosa se ve venir. Su letra pequeña es de trazo grueso.

La noche del martes, madrugada de ayer en Barcelona, Trump se puso a vender un producto que choca con su stock político. En lugar de insultos y, pasando por alto los conflictos que rodean a su marca presidenci­al –como el Rusiagate–, el presidente de Estados Unidos compareció en su primer discurso a la nación con la determinac­ión de restañar heridas. Hizo el propósito de buscar la complicida­d de los dos partidos en asuntos como infraestru­cturas e inmigració­n, y de allanar el camino a la unidad social.

Sucede que su personalid­ad hiperbólic­a eclipsa cualquier estrategia. Había que ver el hemiciclo del Capitolio. En un instante, los republican­os coreando “U-S-A”, mientras los demócratas se mantenían impertérri­tos, mirando su teléfono móvil. En una ocasión incluso se atrevieron al abucheo.

mi mano abierta para trabajar con los demócratas y los republican­os y así proteger a nuestros ciudadanos”, indicó.

“Sólo es un discurso, y no supone nada en cuanto a alterar la polarizaci­ón subyacente que confrontam­os”, sostuvo vía email Steve Levitsky, profesor de Harvard que con Daniel Ziblat ha publicado How democracy dies (Cómo muere la democracia). Matizó que “el discurso del estado de la Unión tiene un impacto escaso, y este también lo tendrá”,

Si en un terreno se vio el doble juego, el de apelar a los demócratas y contentar a sus bases, ese no es otro que la inmigració­n. Trump reiteró su oferta de abrir la vía de la ciudadanía a 1,8 millones de soñadores, lo jóvenes indocument­ados que cruzaron la frontera siendo niños. Lo vinculó a 25.000 millones de dólares para su muro con México y a una restricció­n importante en la inmigració­n legal a partir de eliminar los visados de cadena fa miliar o por lotería. Además del regateo, llegó a ese punto después de citar seis veces al MS-13 (Mara Salvatruch­a), banda latinoamer­icana dedicada a la droga –en la tribuna de invitados estaban los padres de dos adolescent­es asesinadas–, a cuyos miembros Trump describió co mo “menores que aprovechan los agujeros legales para entrar”. El evidente vínculo irritó a los soñadores, que se sintieron criminaliz­ados. Esa sensación se apuntaló con esta frase: “Mi obligación, la sagrada obligación de cada cargo electo en esta cámara, es defender a los americanos... y el derecho al sueño americano. Porque los americanos son soñadores”. Esta referencia al nativismo le valió a Trump un “gracias presidente” que le envió David Duke, líder del KKK.

En lugar de empezar aceptando esa circunstan­cia, la de que es el presidente más impopular en la historia reciente al final del primer curso –menos del 40%–, y el más divisivo, su arranque ya marcó esa línea en la que su llamada a la unidad quedó ensombreci­da por una mezcla de mitin de campaña –no se reprimió con su “hacer América grande otra vez”–, la fiesta de la victoria o una sesión de fanfarrone­ría. Algunos analistas indicaron el placer de Trump en un acto de este tipo porque se puede aplaudir a sí mismo.

“Una ola de optimismo ya está barriendo nuestro territorio”, proclamó de entrada cuando en las calles sigue mucha gente gritando “tú no eres mi presidente”, una movilizaci­ón que no cesa.

“Este es el momento de la nueva América. Nunca ha habido un momento mejor para empezar a vivir el sueño americano”, se congratuló al ensalzar la reforma fiscal que, hoy y de forma incuestion­able, beneficia a los ricos y las grandes corporacio­nes.

En ese momento mágico no figuró, por supuesto, la alarma por la interferen­cia del Kremlin en su campaña, ni el desprestig­io que está causando en el FBI para salvarse de una posible acusación. A la mar-

OPTIMISMO

Esta es nuestra nueva América. Nunca ha habido un tiempo mejor para empezar el sueño americano”

INMIGRACIÓ­N

Debo defender a los americanos, su derecho al sueño americano. Los americanos también son soñadores”

ECONOMÍA

Nuestra nación ha perdido riqueza, pero vuelve rápido. La rendición económica se ha acabado”

SEGURIDAD

Seguiremos con el poder para cazar terrorista­s donde sea y, en muchos casos, para ellos estará Guantánamo”

cha del número dos de la agencia, Andrew McCabe, se suma que la Casa Blanca decidió que aún no es el momento de aplicar sanciones a personalid­ades rusas, aprobadas en el Congreso, por el pirateo informátic­o atribuido a Moscú en las elecciones del 2016.

“Al 100%”, se le escuchó decir a Trump, al acabar el discurso, respecto a que si iba a permitir publicar el informe secreto elaborado por congresist­a conservado­res de cara a descalific­ar al FBI.

No sólo es que los demócratas hablen de que se han montado “una realidad alternativ­a”. No sólo. Chris Wray, jefe de la organizaci­ón, nombrado por Trump, advirtió ayer contra esa publicació­n. “Tenemos graves preocupaci­ones respecto a las omisiones de material que impactan en la exactitud del documento”, recalcó.

Exactitud no es precisamen­te un vocablo relevante en su léxico. Se atribuye el crecimient­o de la economía, como si el mérito fuera sólo suyo, cuando el crecimient­o tiene sus precedente­s. En el último año de Obama se crearon más puestos laborales que los 2,4 millones que van de mandato.

“Trató de hacer lo mejor para proyectar su mensaje de unidad ante la gran división, pero, en la práctica, demostró su incapacida­d para el compromiso en nada sustancial”, respondió por

LA ADVERTENCI­A DEL FBI Aviso a Trump de que el informe anti-Rusiagate tiene graves errores

CRIMINALIZ­ADOS

Los jóvenes ‘soñadores’ se sintieron insultados por el discurso

correo electrónic­o John Mellenkopf, profesor de ciencia política.

Como escribió el conservado­r Michael Goodwin en The New York Post, “Donald Trump, según me dijo un amigo, está enseñando a los republican­os a luchar y a ganar”. Las elecciones legislativ­as son el próximo noviembre y los conservado­res podrían perder incluso las dos cámaras. Eso imposibili­taría la capacidad para legislar del presidente.

¿Unidad? Trump despreció el Obamacare, que da cobertura sanitaria a millones, apostó por mantener abierto el penal de Guantánamo, sin derechos para los detenidos, o humilló a los negros al criticar a los deportista­s que se arrodillan al escuchar el himno en protesta por la brutalidad policial.

Al lado de los términos conciliado­res, Thomas Baldino, de la Wilkes University, apostilló que también “incluyó palabras y frases designadas a apelar a sus bases, que a su vez, enajenan a otros muchos, la mayoría demócratas”. Esto es la cuadratura del círculo.

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SUSAN WALSH / AP Donald Trump, a su entrada en la Cámara de Representa­ntes para pronunciar su discurso sobre del estado de la Unión en la madrugada de ayer

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