Francia sienta el precedente
El cambio de la política penitenciaria con los presos de ETA abre la expectativa del acercamiento en España
La decisión de Francia de acercar a presos de ETA a cárceles próximas al País Vasco ha desatado un torbellino político que desemboca en Madrid. La medida, junto al anuncio de la disolución de la banda antes del verano y la predisposición de sus reclusos a reconocer el daño causado, supone para el Gobierno vasco y los partidos del territorio el paso definitivo para encauzar un cambio en la política penitenciaria.
El movimiento de Francia ha fijado todas las miradas en el Ejecutivo de Mariano Rajoy, interpelado desde Euskadi a seguir la senda gala. “Si el régimen excepcional no tenía ya ningún sentido, ahora todavía menos”, resume el Gobierno de Urkullu.
Alrededor de 60 presos de la banda cumplen condena actualmente en cárceles francesas y casi la mitad de ellos se encuentran bajo el epígrafe de detenido particularmente señalado (DPS), que implica una seguridad especial en prisión así como restricciones.
Los beneficiados por el acercamiento anunciado por París serán trasladados a los centros de Mont de Marsan –Las Landas, a 234 kilómetros de Euskadi– y Lannezeman –Altos Pirineos, a 330 kilómetros–. Sin fecha ni un número concreto todavía, lo que sí ha especificado el Gobierno galo es que, en primer lugar, afectará a aquellos reclusos cuya condena finaliza este año o el próximo y que no tengan delitos de sangre. Para estos últimos, el traslado va para largo.
Francia asegura que está analizando “caso por caso las peticiones de acercamiento” en base al “comportamiento en prisión, fecha del fin de la pena y la situación familiar y médica del preso”. Al traslado de los reclusos se suma a su vez la modificación de la calificación de DPS para, por el momento, siete miembros de la banda.
Si la presión al Gobierno de Rajoy
SELECCIÓN
Los beneficiados en las cárceles francesas no tienen delitos de sangre
CONSENSO
Excepto el PP, todas las fuerzas en Euskadi creen que es hora de cambiar de política
para emprender un cambio en materia penitenciaria era ya una constante desde Euskadi, esta se ha redoblado la última semana. En los pasillos de la Lehendakaritza creen que Francia es el espejo en el que mirarse e insisten que Madrid “no debe resistirse más tiempo”. “El Gobierno central tiene que remover obstáculos”, instó el miércoles el portavoz vasco, Josu Erkoreka.
ETA tiene en torno a 300 presos en la cárcel, de los cuales el 76% se encuentran en centros situados a más de 500 kilómetros del País Vasco. A excepción del PP, todas las fuerzas del territorio ven la brecha abierta por la justicia francesa como la oportunidad para acometer ese cambio y hacerlo comprensible a sus opositores. Es la excusa perfecta.
En este sentido, los socialistas vascos y navarros apelan conjuntamente a la “inteligencia y visión de Estado” para modificar la política penitenciaria. “Es la ocasión”, destacó la secretaria general del PSE, Idoia Mendia. “El movimiento de Francia deja desnudo al Gobierno de España”, subrayan desde el PNV.
Ante el anuncio de que los presos se acogerán a beneficios penitenciarios, históricamente negado por ETA, los partidos vascos piden a Madrid que garantice “seguridad jurídica” en ese “camino de la legalidad”. En el proceso apuntan también a los propios reclusos, a los que exigen una “dinámica individualizada” que no se diluya en “iniciativas en grupo” y en la que es “fundamental” no sólo el reconocimiento del daño causado sino admitir también que este fue “injusto”. “Hay muchas solicitudes individuales –explicó Erkoreka– pero exactamente iguales unas a otras, una reproducción literal: eso no es asumir la individualización de la responsabilidad criminal”.
El Gobierno central ha evitado pronunciarse y tan sólo ha dicho que “respeta” la decisión de Francia, mientras el PP vasco mantiene la pelota de la dispersión sobre el tejado de los presos. “Saben lo que tienen que hacer, renegar de su pasado criminal y salirse de la disciplina de la banda”, destacó la presidenta popular, Amaya Fernández. Las víctimas, por su parte, han mostrado su rechazo al acercamiento.
El Ejecutivo galo las ha convocado el próximo miércoles en París para explicarles la medida.