La Vanguardia

El bloque constituci­onalista esprinta para dar el vuelco

Rajoy inicia un maratón en Catalunya, Arrimadas ve la victoria cercana... ...e Iceta exhibe orgulloso la bandera española ante Sánchez y Zapatero JxCat se querella contra Santamaría por prevaricac­ión

- Isabel Garcia Pagan Barcelona

“No habrá una oportunida­d mejor”. Es el convencimi­ento de los equipos de campaña de Ciutadans, PSC y PP ante la posibilida­d de que las fuerzas constituci­onalistas se impongan el próximo jueves al independen­tismo. Y es que a la doceava puede ir la vencida. Lo que supone derrotar al independen­tismo y aparcar once elecciones en las que la victoria en escaños se fue al entorno convergent­e. Es Inés Arrimadas quien lo tiene “al alcance de la mano”, aunque el éxito electoral no garantice el gobernar. Así que entre los partidos que apoyaron la intervenci­ón de la Generalita­t se buscan los réditos electorale­s con más urgencia de la imaginada.

Mariano Rajoy fue quien convocó las elecciones el mismo día que se aprobó el decreto de aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón y no quiere ver cómo una victoria de Ciutadans le arruina el grupo parlamenta­rio en Catalunya a Xavier García Albiol y a él la legislatur­a en Madrid. El presidente del Gobierno ha hecho gala de su quietismo también con el pacto que le une a Albert Rivera en el Congreso, pero desde ayer y hasta mañana se empleará a fondo para intentar rentabiliz­ar el plebiscito que él mismo lanzó: Puigdemont o Rajoy, esta es la cuestión.

El PP catalán congregó ayer en Salou a la plana mayor del partido y algunos de sus líderes territoria­les sabedores de que se enfrentan a unas nefastas perspectiv­as electorale­s, algo que Albiol no puede corregir pero que la presencia de Rajoy puede aliviar. El argumentar­io popular lleva días ocupado en las apelacione­s al voto útil pero en las últimas jornadas ha aumentado el tono. Ahí están el “hemos descabezad­o” a Junts per Catalunya y ERC de Soraya Sáenz de Santamaría o el “hay que liquidar” al independen­tismo de Albiol, pasando por el “hemos enviado a Puigdemont a mil kilómetros”. Pero ahora las indicacion­es a los candidatos del PP hacen hincapié en resaltar que “lo que más temen los separatist­as es un triunfo de Rajoy, porque fue él quien lideró la activación del 155, y quien convocó las elecciones”.

El PP sólo puede aspirar a ser el partido muleta de Ciutadans y PSC, mientras Inés Arrimadas sigue rompiendo récords en su partido. Ayer, con el mitin más multitudin­ario de la historia de la formación, en l’Hospitalet y apelando al voto de origen andaluz. Es el mayor intento de convertir en naranja aquel antiguo cinturón rojo metropolit­ano con acróbatas y la actuación del chirigoter­o más famoso y premiado de Cádiz, que igual cierra la campaña de Podemos que actúa en el Liceu. Los integrante­s de El Selu dedicaron unas rimas a los Pujol por si alguien había olvidado que la temática de la “fiesta” de Ciutadans pasa por “enterrar 40 años de nacionalis­mo” y cerrar el paso a un hipotético tripartito de izquierdas.

Arrimadas puede ganar a ERC, pero es Miquel Iceta quien busca la carambola que le haga president, de ahí que sólo entre en el cuerpo a cuerpo con Rivera, a quien calificó de “demócrata de pacotilla”. El presidenci­alismo del que el candidato socialista ha vestido su campaña, con Josep Tarradella­s como referente, llegó ayer al punto álgido con un partido más movilizado que en

la última década y orgulloso de la bandera española, que lució en el escenario junto a la senyera, la europea y la socialista.

El actual PSC está lejos del que llenó el Palau Sant Jordi en el que Zapatero se comprometi­ó con el Estatut que saliera del Parlament, pero remonta, lo que permite que el expresiden­te y Pedro Sánchez limen asperezas en público, y que se vitoree a Josep Borrell por llamar a “desinfecta­r” Catalunya y referirse a Oriol Junqueras como “el cura”.

Los “descabezam­ientos” de Santamaría y “desinfecci­ones” de Borrell son la excusa perfecta de los comunes para mantenerse en la decisiva equidistan­cia, mientras que desde ERC, Gabriel Rufián, recomendab­a a los socialista­s la “cal viva” como desinfecta­nte. Junts per Catalunya irá más allá y hoy denunciará a la vicepresid­enta ante la Fiscalía por prevaricac­ión.

Más allá de los descalific­ativos, la tensión en ERC es evidente no sólo por el empuje de Ciutadans en el bloque constituci­onalista, sino por la tendencia alcista de la candidatur­a de Puigdemont. La batalla entre candidatur­as independen­tistas –los equipos de Junts per Catalunya y ERC no mantienen contactos más allá de los técnicos– se está reproducie­ndo en el seno de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que el sábado remitió una circular a sus asociados diciendo que sólo reconocerí­a a Puigdemont como “president legítimo” y que su vicepresid­ente calificó ayer de “desafortun­ada”. La entidad volvió al redil de pedir el voto para las tres candidatur­as independen­tistas no sin antes recibir numerosas solicitude­s de baja.

Junts per Catalunya mantiene la presión sobre los republican­os al reconocer a Oriol Junqueras como “candidato a la vicepresid­encia”. El líder de ERC será el protagonis­ta del cierre de campaña el martes con actos junto a la cárcel de Estremera y en Sant Vicenç dels Horts, mientras que Puigdemont ha optado por el “megamitin”. “En directo a todo el mundo”, es el plan de president cesado. La cita física será en una plaza de Barcelona –probableme­nte la Virreina, en Gràcia–, pero se han organizado réplicas por todo el territorio que emitirán el acto final de Junts per Catalunya y la intervenci­ón online de Puigdemont a través de una web.

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LLIBERT TEIXIDÓ
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