La tensión con Catalunya provoca la mayor caída del Ibex desde el Brexit
La prima de riesgo escala a los 133 puntos básicos pese a las compras del BCE
El Ibex perdió ayer un 2,85%, su mayor caída desde la jornada posterior a la del Brexit –curiosamente, otro referéndum que disgustó a los inversores–, cuando se desplomó un 12,3%. En el caso de la bolsa española, la penalización de ayer se produjo por la creencia de que se aproxima el escenario más temido: el de una declaración unilateral de independencia de Catalunya seguida de la suspensión de la autonomía por aplicación del artículo 155 de la Constitución. Sería el temido caos, la incertidumbre en grado extremo, la ausencia de la visibilidad que reclaman los inversores para apostar su dinero en un mercado.
El miedo a lo desconocido empieza a hacer estragos. Ayer, las ventas se impusieron en bolsa y se cebaron en los dos buques insignia de las finanzas catalanas: Banc Sabadell y CaixaBank. El primero llegó a perder un 7%, aunque en la parte final de la sesión logró suavizar el castigo y cerró con un descenso del 5,7%. En el caso de CaixaBank ocurrió algo parecido y el 6,5% de máximo castigo intradía se quedó finalmente en un retroceso del 4,9%. Los inversores penalizaron la exposición de los dos bancos a Catalunya, donde tienen su sede y una parte importante del negocio. En la última semana, la entidad presidida por Jordi Gual ha perdido un 9% de su valor, un castigo que se ha elevado al 12,7% en la que comanda Josep Oliu. Pese a lo anterior, ambos bancos aún suben un 26,5% y un 22,5%, respectivamente, en lo que va de año.
Pero ahora, los fundamentales del negocio –las ratios, la perspectiva de una subida de tipos, el incremento del negocio derivado del crecimiento de la economía– cuentan bastante poco. Ahora sólo se tiene presente un futuro repleto de dudas, sobre todo en Catalunya. No por casualidad, una inmobiliaria catalana, Colonial, se coló entre los dos bancos en el podium de las empresas más castigadas en bolsa. La firma que preside Juan José Brugera dilapidó en un solo día el 5,5% de su valor. Las inmobiliarias, con una excelente evolución bursátil en lo que va de año, están corrigiendo sus precios desde las alturas a las que se habían encaramado.
Al margen de las tres firmas catalanas, entre los mayores damnificados se encontraron los bancos. El Santander, Bankia, BBVA y Bankinter no pudieron evitar el contagio y perdieron todos ellos entre un 3,5% y un 3,8%. El mercado tiene muy claro que si le va mal a Catalunya, España y sus bancos también sufrirán. Algunos, además, tienen también una parte importante de su negocio español entre la desembocadura del Ebro y el cabo de Creus.
No es tiempo para excesos y, al margen de las cotizadas antes mencionadas, la prudencia ante el riesgo España se traslada a muchos otros valores de la bolsa española. En especial a las entidades financieras, cuyo negocio es muy sensible al posible encarecimiento de la financiación y a la menor actividad que pueden registrar si se evapora la confianza y, con ella, vuelan también las ansias de consumo de las familias y los planes de inversión de las empresas.
Algo de lo anterior está ya en el mercado, como se puede comprobar por la reciente evolución de la prima de riesgo. Aunque el mercado secundario de bonos está realmente intervenido por las compras del Banco Central Europeo (BCE), en los últimos días se ha registrado un alza significativa del indicador. Ayer, la prima escaló hasta los 133 puntos básicos, una cota no preocupante todavía, pero mucho más elevada de lo que correspondería si se atiende a los buenos fundamentos que tiene ahora la economía española. El mercado apuesta por una salida negociada al conflicto. Mientras tanto, la volatilidad marca el ritmo.
Banc Sabadell pierde un 5,7% y CaixaBank se deja un 4,9% en una jornada aciaga para la bolsa española