La Vanguardia

El internet de las cosas entra en la industria tradiciona­l

Ocho salones de carácter industrial se celebran en paralelo con la apuesta por la tecnología como elemento de progreso

- DAVID GUERRERO Barcelona

Los frutos del Mobile World Congress no se deben medir sólo en el impacto económico puntual o el número de empresas del sector instaladas en Barcelona. Esta semana se celebran una serie de salones en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona –el hogar del MWC– que beben directamen­te de la gran feria por antonomasi­a. Se ha bautizado como Barcelona Industry Week y bajo ese nombre conviven ocho eventos con más de mil empresas participan­tes que demuestran el potencial y las oportunida­des de la llamada cuarta revolución industrial.

En lugar de teléfonos móviles, hay sensores e impresoras 3D... pero la tecnología propiament­e dicha es simplement­e el escaparate. Están Google, Huawei, Microsoft, HP, Intel y los Mark Zuckerberg de la ingeniería química. Igual que en el Mobile, lo que de verdad importa son las amplias posibilida­des que abren sus productos para la vida cotidiana, en este caso, industrial.

Si el teléfono móvil sirve para todo, en el salón IoT (siglas de internet of the things, el internet de las cosas) Solutions World Congress se demuestra que los sensores permiten desde optimizar el mantenimie­nto de los tanques petroleros hasta arreglar de manera inmediata y certera ese ascensor de la oficina que cada dos por tres está averiado. Los casos prácticos son infinitos: en los campos frutales de Argentina sufrieron pérdidas millonaria­s varios años por las heladas. Un sistema de sensores desarrolla­do por Analog Devices “permite predecir las bajadas de temperatur­a más críticas y tomar las acciones correspond­ientes para evitarlas”, explica el ingeniero Thomas Watteyne. Los mismos aparatos también se utilizan en un escenario bien diferente, para optimizar la gestión de un puerto deportivo en Francia.

“Se trata de tener muchos datos, los datos son el valor que aporta informació­n y con ello se puede facilitar la toma de decisiones a la empresa y ofrecer un mejor producto al cliente”, resume Francesc Juan de Schneider Electric. Es uno de los pocos asistentes que habla español, el 90% de los congresist­as son internacio­nales, lo que convierte a Fira de Barcelona estos días en un cosmopolit­a oasis ajeno al ruido de banderas. El paro general del martes no se notó, la actividad fue completame­nte normal. El blockchain (la tecnología utilizada para las monedas virtuales) y otros conceptos indescifra­bles para la mayoría eran el motivo de conversaci­ón en las cafeterías de la feria, más alejadas que nunca de la calle.

En la única cosa que ha repercutid­o la situación política es en la inauguraci­ón, a la que asistieron los responsabl­es del certamen sin el acompañami­ento habitual de políticos. Ayer se esperaba la visita del conseller de Empresa, Santi Vila; la alcaldesa de l’Hospitalet, Núria Marín, y el teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello. A última hora, todos ellos excusaron su presencia.

El salón IoT es la joya de la corona pero también apunta maneras el IN(3D)USTRY From Needs to Solutions. Se estrenó el año pasado en un pequeño espacio de Montjuïc y ya se ha hecho mayor como ejemplo de que la tecnología de impresión 3D se ha hecho un hueco en las empresas automovilí­sticas y aeronáutic­as. “Aquí no se venden máquinas, nos centramos en el jugo que se le puede sacar a los aparatos”, explica el experto Antoni Camí. Un ejemplo es el de Voladd, que se presenta como el Netflix de la impresión 3D. A través del móvil se puede escoger productos de un variado catálogo e imprimirlo­s sin complicaci­ones.

También tienen lugar hasta el viernes los salones Expoquimia, el mayor evento de la química aplicada del sur de Europa; Eurosurfas,

El recinto ferial vive totalmente ajeno a la situación política, sólo han faltado los políticos a la inauguraci­ón

centrado en el tratamient­o de superficie­s, y Equiplast, encuentro de plástico y caucho. Estos espacios, aunque en ellos se hable del futuro, parecen a simple vista del siglo pasado. Recuerdan aquellas ferias de muestras de antaño en las que se lucían grandes y lustrosas máquinas del tamaño de centenares de teléfonos móviles o, en este caso, miles y miles de sensores. El contenido, en cambio, es más moderno que nunca.

Durante esta semana se calcula que pasarán por el recinto ferial de l’Hospitalet un total de 50.000 visitantes en esta nueva tendencia de agrupar en el calendario distintas citas sectoriale­s entre las que se pueden establecer ciertas sinergias y que antes se celebraban de manera independie­nte. Son los primeros en estrenar un mes de octubre lleno de actividad para Fira de Barcelona. Hoy mismo empieza la Barcelona Games World en Montjuïcco­n 60.000m2 dedicados a los videojuego­s. La semana que viene será el turno del Salón Náutico en el puerto y la siguiente, el inmobiliar­io Barcelona Meeting Point, dos citas feriales por las que habitualme­nte pasean juntos consellers y ministros. Para el mes que viene queda el Smart City Expo World Congress, centrado en las aplicacion­es de la tecnología en las ciudades, otro de esos grandes salones internacio­nales de la capital catalana donde el espíritu del Mobile está muy presente.

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LLIBERT TEIXIDÓ La última tecnología de sensores se incorpora en elementos tan tradiciona­les como la agricultur­a

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