La Vanguardia

La crisis catalana hunde la bolsa y encarece la deuda

Los inversores castigan a los bancos catalanes por la posible declaració­n de independen­cia El Ibex pierde un 2,9%, la mayor caída en un día desde el Brexit

- RAMON AYMERICH EDUARDO MAGALLÓN

El Cercle d’Economia, el lobby más representa­tivo de la élite empresaria­l barcelones­a y el que mejor refleja los intereses del sector financiero, publicó ayer un comunicado en el que muestra su “máxima preocupaci­ón” ante la posibilida­d de que el Govern proclame en los próximos días una declaració­n unilateral de independen­cia (DUI). La entidad que preside Juan José Brugera, y en cuya junta directiva se integran empresario­s familiares, financiero­s y académicos califica también de “inexplicab­le y sin justificac­ión” la violencia vivida en la jornada del domingo 1 de octubre, que “ha deteriorad­o nuestro marco de convivenci­a y nuestra imagen colectiva en el mundo”.

El Cercle no se había manifestad­o públicamen­te sobre la situación en Catalunya desde finales del mes de mayo, en el transcurso de las Jornadas de Sitges que organiza anualmente esta institució­n. Ahora ha elaborado una nota de urgencia “Después del 1-O. Para evitar los peores escenarios”. Lo ha hecho horas después de que el Rey pronunciar­a un discurso la noche del martes en el que cerraba cualquier ventana de oportunida­d para una eventual negociació­n entre el Gobierno español y la Generalita­t, opción que el Cercle –con mayor o menor equidistan­cia– ha venido apoyando. La nota se publica también a sólo unos días de que el gobierno de la Generalita­t y el Parlament de Catalunya puedan proclamar una declaració­n unilateral de independen­cia, opción que considera “sumiría al país en una situación extraordin­ariamente compleja y de consecuenc­ias desconocid­as, pero en cualquier caso muy graves”.

La nota del Cercle es coherente con la línea seguida por esta institució­n en los últimos años, que se ha ido distancian­do lenta y progresiva­mente del soberanism­o gobernante en la Generalita­t, pese a que desde Madrid siempre se le ha reprochado, como al resto de entidades de la sociedad civil catalana, tibieza frente al proyecto independen­tista. El Cercle argumenta en su nota que en ese camino seguido “no se ha incorporad­o la necesaria combinació­n de los principios democrátic­os y de legalidad” y considera que los acontecimi­entos del domingo pasado reflejan “la incomprens­ible e irracional dinámica por la cual, desde hace años, se desarrolla el llamado conflicto catalán”.

En la nota publicada ayer se indica que una declaració­n como la que se propone, “no sólo perjudicar­ía todas las opciones políticas, sino que, más preocupant­e todavía, sometería la ciudadanía catalana, sea cual sea su sensibilid­ad política, a una tensión de difícil control”. El Cercle acaba con una llamada a explorar en las próximas semanas “aquellas vías que permitan que la política, por imposible que pueda parecer, regrese a la vía del diálogo y la transacció­n”.

La crisis institucio­nal, iniciada en Catalunya pero ahora extendida ya a toda España, amenaza con impactar en la actividad bancaria, la más sensible a la inestabili­dad política y social. Las dos entidades de mayor tamaño con sede en Catalunya –CaixaBank y Banc Sabadell– están preparadas para tomar las decisiones que sean necesarias durante los próximos días.

Banc Sabadell, que preside Josep Oliu, ha sido desde siempre la entidad más diáfana en esta cuestión. El banco siempre ha defendido que no se plantea permanecer ni un segundo fuera de la zona euro y que la opción de cambiar la sede es única-

mente una cuestión administra­tiva porque las personas y los activos inmobiliar­ios permanecer­ían en el mismo lugar que ahora. El martes, Oliu aseguró en Oviedo que, ante la “inquietant­e” situación, la entidad financiera cuenta con los instrument­os adecuados en el marco de la UE y del sistema de supervisió­n bancario europeo para proteger los intereses de sus clientes. “Si fuera necesario se tomarían las medidas suficiente­s” en alusión a un posible cambio de sede fuera de Catalunya.

CaixaBank no se ha manifestad­o. El martes, la dirección remitió una nota interna a sus empleados en el marco del “paro de país” del día 3 para resaltar que el “único objetivo que persigue la entidad es el de proteger en todo momento los intereses de sus clientes, accionista­s y empleados, garantizan­do la integridad de los depósitos”.

La posibilida­d de un cambio de sede social de las entidades financiera­s nace de las consecuenc­ias que podría tener una declaració­n unilateral de independen­cia (DUI) por parte del Parlament de Catalunya. En un escenario inédito como ese, no está claro que Catalunya permanezca en el seno de la Unión Europea y, por lo tanto, si seguiría bajo el paraguas del Banco Central Europeo (BCE), entidad que tiene no sólo carácter de supervisió­n, sino también de garante de la liquidez de los bancos que operan en su área.

El objetivo, pues, sería el de desplazar la sede a un territorio (no necesariam­ente España) bajo la cobertura del BCE. Para cambiar de sede, el Sabadell adoptó en su día en sus estatutos sociales un cambio legislativ­o aprobado por el PP que permite cambiar de sede con un simple consejo de administra­ción convocado con horas de antelación. En el caso de CaixaBank, el proceso requiere de la aprobación por una junta extraordin­aria de accionista­s que para celebrarse precisa de una convocator­ia de un mes de antelación.

El lobby considera “inexplicab­le y sin justificac­ión” la violencia de la jornada del 1 de octubre

 ?? RAFA GARRIDO / ACN ?? Carles Puigdemont, presidente de la Generalita­t, y Juan José Brugera en las jornadas del Cercle de Sitges en mayo
RAFA GARRIDO / ACN Carles Puigdemont, presidente de la Generalita­t, y Juan José Brugera en las jornadas del Cercle de Sitges en mayo

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