¿Hacia dónde vamos?
¿Hacia dónde vamos? Me atrevo a decir que nadie lo sabe. Lo cierto es que la irracionalidad se está instalando en según qué círculos de influencia. No se trata de buscar el bien común, se trata del poder, que cambie de manos y que los nuevos predicadores y sus correligionarios se aseguren de administrarlo como deseen.
El gran déficit de nuestra sociedad es tratar de entender a los demás, esforzarnos por compartir, ser más tolerantes y solidarios, pero eso sí, también hay que ser respetuosos con la justicia, las reglas y leyes elegidas democráticamente. Pero hasta la democracia está mutando y las interpretaciones son cada vez más interesadas. Mi percepción es que estamos en regresión y ahí surge la gran paradoja: increíbles avances y progresos en muchos ámbitos y, a la vez, un enorme déficit mundial de buen liderazgo.
Danys col·laterals? Sí, esclar, però mentre afectin els altres... cosa absolutament incontrolable. Sempre hi ha víctimes i fets injustificables, però per alguns tot val per la causa. Estem entrant en una espiral d’odi que comença de forma verbal i gesticulant i fàcilment pot acabar de forma violenta i fins i tot tràgica. Aquest és el llegat que volem deixar a les joves generacions? No és el meu cas. Em sento cada dia més decebut i molt preocupat.
GABRIEL MASFURROLL
Barcelona