Siria acusa a Israel de bombardear unas instalaciones militares
El ejército sirio acusó ayer a Israel de haber bombardeado desde el espacio aéreo libanés unas instalaciones militares suyas situadas en Masyaf, en el noroeste del país, en las que murieron dos soldados. Las potencias occidentales sospechan que en el Centro de Estudios e Investigación Científica, como se llama la instalación, se producían armas químicas. Israel mantuvo silencio, como de costumbre.
En una entrevista publicada por el periódico Haaretz el mes pasado, el jefe de la Fuerza Aérea retirado Amir Eshel aseguraba que en los últimos cinco años los israelíes habían atacado un centenar de convoyes con armamento sirios o de su aliado libanés Hizbulah. Masyaf se encuentra en un feudo alauí del presidente sirio, Bashar El Asad, y sobre el que los rusos ejercen su protección de forma especial.
El ejército sirio advirtió de las “peligrosas repercusiones que actos hostiles de ese tipo pueden tener en la seguridad y la estabilidad de la región”. Siria se ha convertido en el campo de batalla en el que se enfrentan las grandes potencias regionales por actores interpuestos. Israel siempre ha dicho que no puede consentir que Irán haga llegar armamento a Hizbulah a través de territorio sirio que luego pueda utilizar en su contra.
Israel se ha mantenido al margen del conflicto interno sirio –en el que el régimen cuenta con el apoyo de Rusia, Irán y Hizbulah– salvo en momentos concretos, como ayer, en los que ha defendido sus intereses por su cuenta. Así, estos últimos años ha bombardeado barcos cuyo cargamento sospechaba que tenía como destinatario a Hizbulah y que supuestamente llevaban misiles antiaéreos, misiles de precisión tierratierra y armas químicas.
También ha bombardeado Israel las instalaciones militares sirias más cercanas a los altos del Golán, ocupados por el Estado hebreo. El Asad, que no quiere ver a su vecino del sudeste involucrarse en el conflicto, nunca ha respondido.
El ataque se produjo al día siguiente de que un informe de la ONU viera la mano del régimen de Bashar el Asad en los ataques con gas sarín ocurridos en Jan Shaijun en abril pasado.
Otro general retirado israelí y asesor de seguridad nacional, Yaakov Amidror, cree que el bombardeo de ayer está relacionado con la última visita del líder de Hizbulah, Hasan Nasralah, a Damasco. Hace un mes, Nasralah comentó que acababa de reunirse en la capital siria con El Asad.
El presidente del Observatorio de Derechos Humanos Sirio, Rami Abdulrahman, declaró que las instalaciones afectadas incluían un centro de investigación científica y una base militar en la que se almacenaban misiles tierra-tierra de corto alcance. Abdulrahman especificó que, además de los dos muertos, hubo cinco heridos.