Rescatar el cabaret
Cabareta
Autoras: Maria Molins i Bárbara Granados
Dirección: J. M. Segura Barnades
Lugar y fecha: Sala Muntaner (19/VII/2017)
Que una buena actriz como Maria Molins se tire al género del cabaret, quizás quiere decir, entre otras cosas, que no le gusta esperar que el teléfono suene. Pienso que Maria Molins quiere ser propietaria de todo su tiempo, y me duele no saber si su opción por el cabaret es puramente circunstancial o bien el inicio de una vía artística que quiere recorrer regularmente. De momento, la mujer se ha plantado a la Sala Muntaner para presentar Cabareta –licencia feminista ridícula–, un espectáculo que delata una ambición teatral y musical inequívoca por el teatroconcierto, como dice el subtítulo. Elaborada conjuntamente con la pianista Bárbara Granados, y dirigida por Joan Maria Segura Bernadas, la propuesta contiene una cantidad de ingredientes, a mi entender, absolutamente excesiva. Hay momentos que Cabareta se acerca más a unas variedades indigentes –los efectos sonoros de Granados, con campanillas y copas– como las que agonizaban hace cincuenta años en algunos cines de barrio, que no en el cabaret astuto y alegre en el cual dicen querer inspirarse las autoras del espectáculo.
La crítica de actualidad que la propia Maria Molins quiere vehicular a través del teléfono, es vertiginosa e ineficaz y el relato, en general, se mueve en un imprevisible bilingüismo que dificulta las corrientes de intimidad que necesita el género y que la actriz principal tiene que buscar con las notas intermitentes –las canciones, sobre todo– inteligentemente eróticas y críticas.
A veces parece que Molins no se acabe de aceptar como protagonista del experimento, y necesita intervenciones colaterales, como las de los músicos Dick Them y Miquel Marilach, demasiado actuantes a mi entender. A ver si nos entendemos: Maria Molins tiene un dominio absoluto de los movimientos escénicos y unos recursos interpretativos de primera categoría, aprendidos de hace muchos años; una figura espléndida para practicar con buen gusto las artes de la seducción teatral; una voz privilegiada por todo tipo de canción... virtudes suficientes para conquistar un prestigio rápido y seguro si se que quiere reincidir en el género. Sólo tendrá que acertar cada vez un buen guion y una dirección menos condescendiente.
Si Molins quiere reincidir, deberá contar con buen guion y una dirección menos condescendiente